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Sexo duro I

Me pita y lo veo a traves de su ventana. Le hago una seña y enseguida para. Camino sin prisa hacia el, el mientras baja el vidrio y me hace señas para que suba a su auto. 

- ¿Cómo te llamas preciosa?- me pregunta impasible.

- ¡Preciosa! ya lo dijiste corazón- le contesto mirándolo a los ojos.

Me sonríe con su carita pervertida y me mira completa, se saborea. Para mí está bien, está bueno, me gusta, ¡Hagámoslo, que mierda!

- Que clima tan variable este, ¿No te parece?

- Me parece-

- A donde quieres ir nena?

-No sé... ¡Sorprendeme!-

El vehículo suena más duro, con mas potencia, al igual que su sexo. Mientras maneja, con su mano libre toca mi entrepierna, la acaricia y siento como me humedesco sabroso... Cómo me encanta...

Las luces de los faroles me permiten ver por momentos su perfil. Tiene ojos grandes, una nariz hermosa y unos labios provocativos. Su mentón no está nada mal. Sonríe y me mira con sus ojos fascinantes, ¡cómo me excita! 

Por fin llegamos a un pequeño edificio decorado en la entrada principal por dos materas, en las que reposan unas palmeras enanas, frondosas y poco elegantes. Un tipo sale y nos hace señas para que entremos el carro al parqueadero que queda a un par de metros más adelante.

Subimos a la recepción que se encuentra iluminada con lucecitas de colores como si fuera navidad. Yo me siento en el sofá estampado de tigre pero con el fondo rojo y las pintas negras... Desde mi comodo asiento observo al chico de la cara anónima que nos da la bienvenida y conversa aparte con mi amiguito. Yo espero sin prisa... Apoltronada y poderosa, con esas ganas que ya se me subieron hasta la garganta.

Enseguida el tipo que viene conmigo me hace un gesto y me levanto del mueble y le sigo. Subimos por unas escaleras rojas en espiral, cubierta en los bordes por lucecitas rojas provocadoras que se prenden y apagan al son de nuestros pasos. 

Le sigo por el estrecho pasillo de paredes tapizadas por puertas de colores cerradas de donde se escapan los gemidos de otros amantes indiscretos...

Al final está nuestra puerta y entramos a la habitación. El cierra la puerta y me mira con violencia. Me gusta... No me importa lo que haga conmigo.  Por ahora no me besa pero yo no busco sus labios.

-Hey tranquilo, no te comas el ponqué tan rápido que te indigestas, ¿Okey?-

Al instante el man reacciona y me sonríe, ahora más tranquilo y travieso. Otra vez me gusta.

Me huele y yo lo huelo. Su aroma a sexo masculino embriaga mi instinto animal. Recorre con sus manos y su lengua mi cuerpo aún vestido. Ahora me besa y mientras lo hace, baja el cierre de la pretina de mi pantalón y mete su mano, toca mi sexo aún cubierto por mi bikini de encaje de hilo dental que aún no conoce. Sin embargo sus dedos son grandes y no alcanzan a urgar lo suficientemente así que con ellos des abotona el pantalón y los introduce dentro del bikini... Acaricia mi sexo húmedo... Empapado... Lo miro y sus ojos están desorbitados, supongo debo estar igual, juntos en el mismo trance. Nos invade el mismo arranque de furia y como el rayo nos arrancamos la ropa y al instante estamos como dementes eufóricos besándonos, chupándonos y urgándonos.

Hay tiempo.

Me levanto y lo dejo acostado con su miembro hecho un fusil... Listo a disparar... Pero hay tiempo...

Entro al baño, cierro la puerta, abro la llave de la bañera y me siento en la taza a mear. El tibio líquido que sale de mi cuerpo tranquiliza mis emociones. El toca la puerta justo cuando suelto la llave. Le abro y se abalanza sobre mi, me alsa y me sumerge en la bañera con cuidado. El se mete de pie, quiere que se lo chupe. Saco mi lengua y sin dejar de mirarlo se lo lamo despacio, rico, despacio... la llave de la ducha sigue abierta y cubre mi espalda masajeandola mientras cubro su falo de placer.

Mientras lo miro me doy cuenta de su fabuloso cuerpo atlético. Me encanta chuparlo, me ensañó en el como una leona y él se estremece y gime. Yo lo suelto y me mira con angustia pero no me importa, prefiero dejarlo iniciado para que no se venga tan rápido. Sin embargo veo que no aguanta más y saca su preservativo, se lo pone, me levanta con una fuerza descomunal y me penetra mientras nos dejamos caer en el agua caliente y deliciosa..chupa mis senos grandes de pezones rosados.. me los muerde pasito para que yo me excite más y lo logra. El gime y yo también. Luego me levanta y me lleva alsada y conectada a él hasta la cama. Tiene tanta fuerza que logra no despegarme de él.  Caemos juntos y nos seguimos frotando, agitando nuestras nalgas con violencia, en un mismo compás muy afinado. Me pega y yo le devuelvo el golpe en su cara, entonces me suelta furioso y se emputa... Yo también mr emputo. Me lo mete más duro y yo me dejo, me lo saca y me lo mete duro, rápido, muchas veces hasta que gritamos al tiempo el mismo orgasmo largo potente y prolongado que por instantes me nubla la cabeza.

Aún agitados pero totalmente agotados nos dejamos caer en una especie de trance que se prolonga por unos minutos.

El se queda dormido y yo aprovecho para levantarme, vestirme y salir de ese cuarto que ya comienza a hastiarme. Pero justo antes de cerrar la puerta el se levanta de un brinco y me mira con ojos  inocentes, pero yo volteo y cierro la puerta. Estoy segura. No quiero volver a verlo. 

Afrodita75

Soy mujer heterosexual

visitas: 1252
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2018-12-23 01:44:01
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1 Comentario

Me gusto mucho su relato

2019-01-14 21:04:24