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Ellas son tres

Para almorzar prepare un pieza de carne. Mientras la cortaba y apreciaba el color rosa, me imaginaba una jugosa vagina. La llevaba a mi boca y pensaba que tal vez solo debía chuparla, exprimirla o mordisquearla suavemente. Dejaba mi fantasía a un lado para permitirme morder y tragar y pasar el hambre. Pero mi ansiedad iba más allá de tener el estómago lleno. Deseaba tener mi clítoris a explotar de la turgencia y mi vagina cual charquito. Quería sentir la eyección de semen justo en el cuello uterino o quemandome la cara. En camino estaba aquel que con solo una mirada sabía que quería y dónde. Lo extrañaba, pero sabía que vendría más delicioso, más recorrido, más perfumado. Fue entonces cuando regreso de su viaje en el que se encontraría con su familia. Madre, padrastro, hermanastras. 

Por la puerta ha pasado la visita. Pero que hermosas son ellas (refiriéndome a las hermanastras), conocía su itinerario maratónico y aún así se veian preciosas. Las miro y trato de imaginar cual de ellas ha probado mi hombre. Lo he sabido de su boca cuando me ha contado que mientras bailaba con una de ellas ha conseguido besarla en completa complicidad. En fin, luego de las atenciones y de ubicar a los recién llegados, mi esposo y yo sabíamos que debíamos hacer de los mejores anfitriones. Qué mejor para unas chicas del otro lado del charco, que conocer la vida nocturna y el ambiente de fiesta de un país tropical. Pues bien. Nos hemos puesto bonitos y a salir.

Han sonado varios temas de salsa...ha sido lindo verlas como intentan llevar los pasos básicos y no puedo evitar pensar que nos iría mejor en la cama. Es normal entre chicas hacernos cumplidos sobre cuan hermosas nos vemos. Para ellas yo era una mujer bella, exótica muy sensual...le hacían chistes a mi esposo sobre como debía cuidarme si no quería que otro me llevara. Yo sonreía mientras las miraba y las imaginaba desnudas. Ellas sí que podrían robarme. Mi esposo saca su carta bajo manga y menciona que no tiene problema en compartirme, ni que yo tengo problema en compartirlo. Es así como de ellas se escapa una sonrisa entre tímida y sensual. Paso a decir que sé lo que pasó entre la mayor de ellas y mi esposo, y que sobre ello, solo puedo sentirme halagada.

La menor de ellas sonríe de manera pícara y nos confiesa que le causa mucho morbo saberlo y que además se siente muy atraída hacia mi. Mi esposo propone ir a un motel y todas ponemos marcha ....ella me besa de una manera esquisita y algunos chicos que estaban por allí nos gritaron que nos veíamos hermosas...le meto más lengua motivada por los espectadores. Al subir al taxi y pedir que nos llevará al motel "x" el conductor no lo puede creer y no deja de mirar con curiosidad a mi esposo. Qué rayos pasará por su cabeza. Era todo un espectáculo verle la cara.

Llegado al motel. El rostro del chico de la recepción se nos hizo mucho más divertido, sonreía de ladito y no pudo aguantar preguntarle a mi esposo "usted que se hecha hermano" y mi conyugue no podía sentirse más admirado. Una vez en la habitación de dos camas cada pareja se dejó llevar por el fogaje de la escena.

Yo me concentre en la vagina de mi amante mientras mi esposo hacia lo mismo con la suya. Era hermoso miramos mientras lo hacíamos y descubríamos que ellas tambien lo hacian. Poco a poco logramos estar más relajados. Intercambiamos besos, caricias, miradas. No nos guardamos nada para más tarde. El éxtasis termino por dejarnos exhaustos y el sueño nos venció. Al despertar y regresar a casa nos mirábamos con complicidad sabiendo que nunca jamás olvidariamos lo que habia pasado. 

negritamonito

Somos pareja swinger

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Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2019-01-03 00:47:12
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