Por las cosas de la vida, hace ya varios años que mi relación con el amigo que conocí en la Guía Cereza, aunque nunca cesó, se ha visto limitada a las charlas telefónicas en las que procuramos mantenernos al tanto de lo que sucede en nuestras vidas.

Por variadas razones, aunque las probabilidades de un encuentro físico entre nosotros eran bastante remotas, en estos días ocurrió el milagro y hubo un día en el que, como por arte de magia, se esfumaron todos los obstáculos y pudimos pasar unas horas solos en mi casa.

Aunque como era de esperar ambos estábamos un poco ansiosos, todo salió a la medida de nuestros deseos y en cuanto estuvimos solos corrimos a satisfacer nuestras ansias reprimidas por tanto tiempo. A mi amigo le encanta el sexo oral y a mi me excita mucho que me mamen la verga, lo que él hace en forma deliciosa. El único peligro es que me venga antes de tiempo sin permitirnos disfrutar bien el rato, pero mi verga se comportó esta vez de maravilla, dándole la oportunidad de hacerlo cuando y como quiso, mientras yo me retorcía de placer sintiendo lo que su boca le hacía a mi verga rígida y palpitante. Ambos pudimos gozar de unos buenos ratos, aunque no los suficientes para lograr el final feliz de otras veces, cuando terminábamos con una intensa eyaculación en su boca, con muchas contracciones y dilataciones de la verga. Quizá la próxima vez lo logremos.