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En la vida siempre hay historias que nos alegran, otras que nos entristecen y otras que nos sorprenden… Lo increíble es que también hay historias que nos hacen sentir las tres cosas de una manera única.Así es la historia de Mario Fernando.
Para mí, siempre había sido un icono artístico, una persona llena de misterios y una persona a la cual me hubiera gustado tener la oportunidad de conocer.La vida, en sus vueltas de campana indescifrables, me dio esa oportunidad mucho tiempo después, y no solo me dio la oportunidad de conocerla, sino de apoyarla y ser una más de sus amigas.
La historia de Mario Fernando comienza hace 40 años, en Villaviencio.Con el calor de esa tierra creció al lado de su familia, conformada por su mamá, su papá y sus tres hermanos.Allá tuvo una infancia llena de buenos recuerdos, de sol y risas.Lo único que diferenciaba a Mario Fernando de sus amigos y hermanos era su innata vena artística.Pasaba horas admirando a los grandes artistas de Hollywood, o recortando sus retratos que aparecían en la prensa, para armar collages llenos de glamour, belleza y talento.Una esencia que lo fue invadiendo poco a poco y lo alentó para ir maquinando el deseo de salir de Villavicencio y hacer cosas muy grandes.
Ese deseo también fue alimentado por sus escasas visitas a la casa de su tía en Bogotá.Acá conoció los centros comerciales, el bullicio, el frio y ese ambiente que atrapa a cualquiera que visita esta ciudad dinámica y versátil.También hubo otras motivaciones, menos resplandecientes.A los 15 años de edad Mario Fernando pierde a su padre en un accidente de tránsito, lo cual conlleva a una crisis familiar, donde él es consciente de la necesidad de alivianar la carga económica de su madre, una mujer emprendedora y guerrera, ahora cabeza de una familia con 3 niños pequeños.
En Bogotá Mario Fernando vivió las cosas que viviría cualquier adolescente de la época.Consiguió un trabajo en una cadena de comidas rápidas, hizo amigos, conoció la ciudad y fue sacando tímidamente la personalidad interesante y misteriosa de un hombre gay que venía de un pueblito, para abrirse a las oportunidades de una capital.
En la rumba aparte de disfrutar por fin de un espacio donde podía expresarse libremente, la vida le trazo un camino que lo marcaría por siempre.Era una época donde el arte del transformismo estaba naciendo, con todas las dificultades que presentaba salir del esquema y mostrar cosas nunca antes vistas.Dentro de ese marco, la vida le puso a Mario Fernando la prueba de vestirse de mujer por primera vez.
Mario Fernando recuerda claramente los nervios y la inseguridad, pero todo eso no dejo que abandonara ese nuevo propósito, porque contaba con el apoyo de todos sus amigos y porqué tenía la oportunidad de rendir un tributo a uno de sus más grandes iconos: Marilyn Monroe.El evento era un concurso de caracterización, donde el ganador sería aquel que logrará parecerse más a la diva de todos los tiempos.
De ese evento (del cual salió ganador 2 años seguidos) la vida lo llevo a otros escenarios.Aunque su vida como hombre gay transcurrió con total cotidianidad, Mario Fernando vislumbró otras oportunidades.Participo en concursos de belleza, donde se fogueó como arista transformista hasta que un día, un organizador de eventos le mostro algo totalmente desconocido y diferente.Le planteó la idea de montar un show de baile y fono mímica imitando a una artista nueva, italiana de nacimiento, pero con una carrera prometedora en los ámbitos musicales de los Estados Unidos.Se hacía llamar Madonna.Mario Fernando al principio dudaba de hacer esto, que era bastante más arriesgado, pues implicaba ir más allá, explorar su cuerpo a través del movimiento y el arte y sobretodo,enfrentarse a artistas transformistas que tenían una carrera larga, llena de éxitos, con un género musical más romántico y en español.
Para esto se preparó mas a conciencia, así que busco un nombre para su personaje.Y mezcló al ídolo que le había traído tanta fortuna con aquella nueva estrella.De ahí surgió Madorilyn.Y Madorilyn trascendió como una de las artistas pioneras en Colombia del arte transformista.Durante 14 años Madorilyn fue el show transformista más cotizado del país, y piso más de 20 ciudades con su espectáculo, que poco a poco se fue llenando de la producción que Madonna le inspiraba.Bailarines, vestuario, coristas, coreografías… Madorilyn nunca escatimo esfuerzos para mantenerse vigente en la escena transformista, aunque siempre muy alejada del universo LGBT.Para sorpresa de muchos, incluida ella misma, Madorilyn estaba en discotecas heterosexuales, fiestas privadas, desfiles de modas y eventos de caridad.Se codeaba con personas como Pilar Castaño y Camilo Pombo (para quienes no los conocen, son personajes del jet set colombiano).Estuvo en el programa de televisión de Cecilia Bolocco “Sucedió así” y tuvo ofertas para salir del país a trabajar en casinos y clubes, así como una invitación al programa de “El Show de Cristina” para una entrevista y una video conferencia con la mismísima Madonna.
Hasta que la vida misma le mostró una prueba que ni siquiera la fama de Madorilyn podía enfrentar.A Mario Fernando le diagnosticaron Cáncer de Piel en el hospital Simón Bolívar de Bogotá.Esto, a pesar de todo, nunca lo derrumbó totalmente.Por el contrario, muy a su estilo, Mario Fernando empezó a concluir muchas cosas y a organizarse, para lo que él sabía sería una larga sucesión de eventos, para los cuales necesitaba a su familia y toda su concentración.
A mediados de Agosto del 2005 Madorilyn se despidió de su público con el que pensaba sería su último show; Mario Fernando empacó maletas y se devolvió para su natal Villavicencio, pues entre sus documentos llevaba las órdenes médicas para empezar su tratamiento de quimioterapia, razón por la cual no podía seguir viviendo solo en Bogotá.
La lucha contra su enfermedad fue agotadora y dolorosa, pero Mario Fernando nunca dejó de lado las ganas de vivir.Después de dos años de terapia y recuperación, empezó a ver de nuevo la vida y un renacer se acercaba lento y ascendente.
Mario Fernando siempre ha pensado que esa prueba que Dios le puso, fue para que reaccionara ante el tipo de vida que estaba llevando, lleno de fiesta, lujo, parranda y desenfrene.Él piensa que necesitaba madurar, dejar de lado la mentalidad de una persona de provincia que gasta lo que gana sin mirar al futuro.Como parte de ese proceso de maduración, Mario Fernando le dio vida a un nuevo pasatiempo que jugó un papel fundamental en su recuperación y fue la pintura.Tiempo después el empezó a entender que su vocación como pintor siempre estuvo ahí, pero nunca la dejo salir pues nunca lo vio como una posibilidad real.
Contradictoriamente los cuadros que más recuerda los pintó antes de empezar su tratamiento, aunque ya tenía su dictamen médico.Fueron unos cuadros que le encargo una amiga para una pareja de recién casados que fijarían su residencia en España.Para entonces, Mario Fernando estaba pasando por una crisis económica y cuando le plantearon el negocio, a pesar que nunca lo había hecho, no lo dudo ni un instante.Sus cuadros al salir del país tuvieron que pasar por toda suerte de tramites y lo hicieron sentir como un artista de verdad.
Así en medio de esos recuerdos y esos anhelos, Mario Fernando desarrolló su propio estilo de pintura.Muy naturista, muy erótico, muy propio.Sus cuadros siempre están a su lado menos tiempo del que a él le gustaría, pues la gente que lo conoce gusta de su arte y lo compra, unas veces bien pago, otras no tanto.
Mario Fernando el año pasado (2009) vio otra perspectiva desde su estudio de pintura en Villavicencio.Una de las grandes nuevas artistas transformistas, Roxanna Miranda, lo busco para darle la oportunidad de volver a los escenarios, como Madorilyn, en el marco de un concurso llamado El Fénix de Oro.Para Mario Fernando esto fue algo confuso, se lleno del mismo temor de la primera vez, pero de nuevo lo vio como una oportunidad de hacer otras cosas y de demostrarle a muchos que pensaban que había muerto (como persona y como artista) que no era así y que podía como ese fénix, renacer y vislumbrar nuevos horizontes.
Así volvió al frio bogotano, a las rutinas de ensayo, a la producción de su show, pero ahora con la conciencia de cuidarse, de tomarse sus medicamentos, de comer bien y de entender que Madorilyn es tan solo una linda fantasía, un personaje de un nuevo burlesque llamado transformismo.
Su vuelta a los escenarios trajo lágrimas, emociones y sorpresas a todos aquellos que conocían a Madorilyn de tiempos atrás.Para la gente que nunca la había visto, fue una oportunidad de conocer una forma distinta del arte transformista, pues a pesar del tiempo que ha pasado, el show de Madorilyn sigue lleno de innovación y reinvención, como el de la misma Madonna.
Ahora Mario Fernando vive de nuevo en Bogotá.Llego para quedarse y para desarrollar su arte como pintor.Siente que necesita apoyo en muchos aspectos (en especial económico) pero sabe que esta ciudad que un día lo vio triunfar como transformista, también lo verá triunfar como pintor.Su espectáculo como Madorilyn está disponible, con los últimos éxitos de Madonna y ahora incluye temas de artistas nuevas como Lady Gaga. Su sueño más anhelado ahora es el de lograr tener una cantidad de obras suficientes de buena calidad para organizar una exposición de pintura.
Esta es una historia que no concluye acá, pues a Mario Fernando le sobran las ganas de vivir y de salir adelante y como él mismo lo dice:-“Este ha sido un camino espinosamente exitoso, así que seguiré con estas nuevas oportunidades abriendo las puertas de una nueva vida”-.
