¿Cuál es la edad indicada para que una mujer sea la amante perfecta que su pareja quiere?
Para los hombres las mujeres al entrar a su cuarto piso se ponen más interesantes y atractivas, es como si un derroche de belleza cayera sobre ellas y sus feromonas estuvieran en su máximo furor, es una atracción indescriptible que solo con un par de miradas y el comportamiento su cuerpo puede sentir.
Es cierto que la Juventud te da energías y te mantiene en forma, sea por las diversas actividades que realizas o porque tu vitalidad está intacta. Pero lo que la juventud no te da es la experiencia, la tranquilidad y el goce que los años te van ofreciendo, convirtiendo la cama en tu lugar favorito.
“En este sentido, los sexólogos sostienen que la plenitud de las experiencias sexuales aparece a partir de los 40 años, cuando se goza de una mayor experiencia, creatividad y libertad”.
Una verdad que en términos generales se construye desde cada testimonio especializado, es que la década de los cuarentas es hoy para las mujeres el equilibrio perfecto en el que se asumen desprejuiciadas, con menos probabilidades de vivir obsesionadas con la apariencia o el peso, preocupaciones que fortalecen su confianza y les impedían divertirse cuando eran adolescentes o más jóvenes.
La década de los 40 es para las mujeres como su segunda adolescencia, no en un sentido literal porque no tendrán el cuerpo de una adolescente pero si cuentan con una vitalidad, un cambio hormonal y una necesidad de mirarse a ella mismas desde el otro lugar. La mujer logra su lifting natural a los 40, cuando modifica lo que puede cambiar, y acepta aquello que no, sin ningún prejuicio, parada desde la seguridad de una década que la encuentra en la plenitud del ser mujer. Entonces, la sexualidad que en otros momentos le pudo haber causado problemas por inhibición, falta de experiencia o inseguridad es una de las fases que explora de una manera vital.
Esto quiere decir que las mujeres a disfrutar su juventud porque al llegar a los 40 el placer se apoderará de ella y cambiara del deseo al placer, del gusto al querer y del goce al disfrute.