para iniciar habia que escoger quien masajeaba a mi novia, si un hombre o una mujer y por supuesto,yo queria que ella llegara a la plenitud del placer, asi que escogi a un hombre y yo a una mujer. Todo empezo boca abajo, en camillas separadas pero cercanas, de modo tal que con los ojos cerrados, todo murmullo, cada olor de aromas florales y cualquier fina nota musical, era eclecticamente detectada; la sabana empezo a sentir las caricias y debajo de ella, la erizada piel hacia eco a las delicadas manos que surcaban la espalda, los gluteos, las pantorrillas , el cuello y el cuero cabelludo, pero yo le hice una pequeña trampa a mi novia, en el spa habia que en un dibujo, marcar las zonas que se podian y no se podian acariciar y yo con el fin de llevar a mi amada al limite, marque los pezones, el clitoris, la boca, los pies y todas sus zonas mas estimulantes, asi su masajista, fue coqueteando ya sin sabanas, por el ombligo, por los labios mayores, golpeteaba sus erectos pezones y potencializaba sus dedos, con plumas, aceites calientes y pequeños chorros de aire caliente que botaba de su boca, a sus oidos y a su vagina; yo por mi lado, estaba plenamente erecto con las caricias de mi masajista, en especial a mis tetillas que son mis puntos mas libidinosos, ademas de escuchar como mi novia ya empezaba a respirar mas profunda y rapidamente; la locura empezo cuando mi masajista anonima, se concentro en mi verga gruesa y venosa, el aceite subia y bajaba pelando mi prepucio, mis guevas finamente depiladas eran acariciadas desde la base con una candidez, que me las hacia trepar hasta la ingle, eran caricias estremecedoras que me incitaban a llenar de leche ese spa, pero a mis 40 años ya se como demorar mi orgasmo; mientras tanto mi amada deleitaba de extasis, sintiendo los traviesos dedos de su masajista bordear los labios menores y su rojo clitoris; no la penetro con sus dedos porque el protocolo no lo permite, pero mi novia estaba que reventaba; es en ese momento cuando me susurran que me acerque a la camilla de ella y la empieze a acariciar, es entonces que mi mor bello, siente sobre sus grandes tetas 4 manos y al sentirse invadida, solo atino a tocar mi manilla para asegurarse de que era yo. Lo que sigue es la maxima expresion y explosion de amor y de sexo, la penetro con todas mis fuerzas y velocidad, para lo cual me ayudaron empujando mi blanco culo los dos masajistas, de esa manera mi arrecha hembra, sentia como salvajemente la penetraba una y otra vez, hasta que los dos explotamos en gritos y sudor jadeante y la venda volo, igual que nuestro limite sexual; Despues vino el amor, los besos, las caricias, las miradas a los ojos, ese pedacito de vida que hace llenar el sexo, que hace que el sexo no sea solo un aerobico cardiotonico, una simple arrechera; bien dicen que las bonitas son buenas para el coito, pero las amadas son mejores para el poscoito. Como mi novia es igual de arrecha a mi y no nos gusta echarnos uno solo, me apreto la verga con su potente vagina y volvimos a venirnos bestialmente en ese spa, que ya saben diferenciar las parejas latinas por lo calientes, de las parejas anglosajonas. Abrazos.