Sus ojos, sus labios, su sonrisa, fueron suficientes para caer en esta trampa, ahora siento que me equivoque pero fue una de mis pocas veces que logré ser yo misma, su forma de escribirme hacía que mi mente volara de tal manera que mi cama terminaba mojada, sin tocarme, logró lo que hasta ahora nadie ha logrado.

Al fin se llegó el día de vernos, yo con mi expresión de inocencia y atuendo de nerd, me invita a seguir a su carro, esa sonrisa irresistible que hacía que me volviera tonta y no entendiera a nada de lo que me hablaba, mis nervios por ser la primer vez que salía con alguien cada vez se desvanecían, estaba a gusto, en su reproductor de música sonaban hermosas y sublimes canciones de mi hermoso Green Day lo que hacía que me sintiera aún más nerviosa.

Se detuvo frente a un sitio para tomarnos algo, claramente por su expresión deduje que yo no le gusté nada,  se veía muy incómodo y solo veía su celular, cruzamos algunas otras palabras y de nuevo nos subimos al carro, yo ya un poco más tranquila usé mis instintos de mujer seductora pero tampoco lograba convencerlo hasta que una mano suave comenzó a desabrochar mi pantalón y a pocos metió su dedo en mi sexo, yo ya estaba empapada, cada vez aceleraba más el dedo y no pude contenerme hasta soltar un delicioso orgasmo, todo mientras el conducía.

Llegamos a un sitio donde yo tenía que bajarme, él no me dejó bajar sin antes darme un delicioso beso, no sabía que esa sería la última vez que lo vería, él no es de andar con niñas como yo, sus expectativas son mucho más altas pero después de todo fue una experiencia que me ayudó a cambiar, aunque no puedo negar que duré enamorada de este chico mucho tiempo, y lamento que luego de esta extraña cita ya no habían chat calientes ni nada por el estilo, pero al menos aprendí a cómo escribir de una forma sugestiva, pasé de ser una tierna e inocente niña a una mujer con mente retorcida y perversa.