Era una noche como todas en bogota, mi esposo y yo nos dirigíamos a un bar swinger, a la llegada cruce un par de miradas con una hermosa mujer que aparentemente iba sola, nos preparamos para ingresar al bar de la forma habitual, en el momento que me desnudaba y me acomodaba para entrar, sentía como sus ojos recorrían todo mi cuerpo, era algo con lujuria y deseo que me llenaba de placer; mi esposo también noto la hermosura de esta dama, luego de eso ingresamos al bar, pedimos lo de siempre cada vez que íbamos, el ambiente estaba lleno de erotismo y sensualidad, ellas con su sensual ropa, ellos con una toalla atada a la cintura, disfrutábamos ver como lo hacían y nos encantaba que nos vieran haciéndolo, pero aun no había llegado al puto mas álgido de placer, llego la media noche con su show de striptease, ella era una hermosa bailarina de senos exuberantes, cola redonda y voluminosa y unos labios que deseaba morder con pasión, algo en ella me hacia desearla con desenfreno, me excitaba verla moverse sobre el regazo de los hombres y como se acercaba a seducir a las mujeres; a lo lejos pude ver a aquella mujer con la que cruce miradas al llegar al bar, sentada observando el baile de la sensual mujer que era el entretenimiento de la noche, una vez mas cruzamos miradas y sentía como me invitaba a caer en la tentación, mientras mi esposo estaba hipnotizado con la actuación de la hermosa bailarina, me puse en pie en dirección a esa hermosa mujer, me senté junto a ella y charlamos por un instante, su deseo hacia mi era evidente y bien correspondido, a pesar de ir sola, tenia claro lo que quería y a que había ido, cuando la conversación llego a un punto lleno de mas erotismo, nos escabullimos a uno de los cuartos del bar, sentía la emoción del escape, de hacerlo a escondidas, de una leve infidelidad; una vez terminado el show de media noche, mi esposo me buscaba por todo el bar, cuando finalmente me encontró encerrada con ella.

Abrí la puerta, me vio, la vio a ella y pensé que estaría molesto por haberlo dejado solo, sin embargo sonrío, se sentó en un lugar desde donde pudiera vernos, hubo un silencio que pareció incomodo, pero con la mirada me pidió que siguiera en lo que estaba, nos observaba sin decir nada, solo estaba allí sentado viendo como disfrutaba del cuerpo de una mujer, nos veía besarnos, acariciarnos, observaba con atención como ella recorría mi cuerpo con sus labios y yo el de ella con los míos, nos escuchaba gemir, disfrutaba de ese apasionado encuentro y lo único que hizo fue tocarse mientras nosotras seguíamos con la faena. Yo por mi parte disfrutaba cada sensación que me producía, me sentía extasiada con su aroma, sus senos frotándose con los míos, sus manos en mi cola, como besaba mi cuello y luego llegaba a mi boca, como sus dedos rozaban mi vagina y me hacia estremecer, cuando de pronto llegamos a la posición, que me llevo al clímax, nuestras vaginas frotándose, tocándonos los senos, besándolos, disfrutando de nuestros pezones duros hasta el punto que nuestros gemidos eran cada vez mas fuertes, mientras todo esto pasaba mi esposo nos miraba, se masturbaba, cuando nosotras llegamos, el no lo soporto mas y un chorro de semen salio volando, ella lo vio y sonrió, el se acerco lentamente para abrazarme y ella lo agarro del pene con la intensión de excitarlo de nuevo, yo lo bese, pero no me detuve allí, me incline para hacerle oral, era el momento y el lugar perfecto para incluirlo en nuestro encuentro furtivo, ella se unió a mi en el oral e inmediatamente notamos que lo tenia duro, ella se dio la vuelta y se puso en cuatro para ser penetrada por mi esposo, él me miro esperando mi aprobación, yo le respondí con un beso y allí empezó un delicioso encuentro entre los tres que nos llevo al clímax un par de veces mas. 

aunque al principio fue a escondidas de mi esposo, gracias a nuestra complicidad fue mi experiencia swinger mas gratificante, una que quisiera repetir sin duda alguna.