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NUESTRO PRIMER TRIO (relato Completo)

Somos pareja de casados desde hace 10 años y desde el primer año empezamos a tener inquietudes sobre el mundo swinger y a dejar volar nuestras fantasías, lo que nos llevo en varias ocasiones a visitar sitios de parejas en los cuales nunca interactuábamos con nadie, sino que teníamos sexo entre nosotros con la gran excitación de ver y ser vistos.

Durante el último año las fantasías volaron cada vez mas alto en nuestra cama, imaginando en muchas ocasiones como ella era culiada por otro hombre, como le hacíamos la doble penetración o ella fantaseaba como me hacia sexo oral junto con un macho; y teníamos sexo delicioso; pero después de pasada la excitación y el sexo mi nena siempre me decía que era algo de cama y que no creía que fuera capaz de hacerlo alguna vez.

Hace apenas un mes ocurrió algo que mentalmente cambió todo,  estábamos teniendo sexo como de costumbre, pues llevamos una vida sexual muy activa y placentera, cuando ella me dijo al oído “cuando vas a dejar de amenazarme”, “cuando vas a cumplir todo eso que me dices”; palabras que me pusieron a mil, pues por el tono de su voz, sabía que esta vez hablaba muy en serio. 

Con dicho permiso concedido y la idea rondando en mi cabeza una y otra vez, los siguientes días transcurrieron en una búsqueda activa y obsesiva de parejas y chicos, que empezó por el hecho de abrir el perfil en guía.  Todas las noches al llegar a casa me conectaba y chateaba con parejas y chicos sin encontrar los indicados para llevar a cabo todo eso que deseábamos;  con el agravante de que mi esposa no quería saber nada de dicha búsqueda, en sus palabras me dijo “quiero que te encargues de todo, no deseo saber nada de nadie, solo quiero que me sorprendas, que me lo hagas a la fuerza y no me dejes pensarlo antes por que sino no me atrevo”, lo que lo hizo mas difícil pues no podía saber quien o quienes le iban a gustar a ella, ni entrevistarnos antes con nadie pues mi esposa no quería saber nada de los preparativos pues no se sentía bien al pensarlo.

Transcurrido casi el mes y ya mamado de la búsqueda iba perdiendo las esperanzas, una noche de viernes salimos a cenar, ese día ella estaba especialmente bella y sensual, desde que salimos de casa de solo verla yo iba erecto y rondaban en mi cabeza mil ideas, desde follarmela donde fuera, hasta ir a un sitio swinger y darle su merecido.  Terminada la cena le propuse ir a un sitio de parejas a lo que me contesto que no le agradaba mucho la idea, que el día que hiciéramos algo con alguien fuera algo mas intimo, no público;  con esto dicho mato mi erección inicialmente y dimos unas vueltas mas para luego llegar a casa casi a la media noche. 

Una vez en casa, estando yo tirado en la cama y sin cambiarme y viéndola desvestirse poco a poco para alistarse para dormir, con lo mami que estaba ese día, nuevamente me puse a mil, sentía que mi verga iba a reventar de tantas ganas y deseos  y decidí encender el chat desde mi celular, con tan grande sorpresa que a esa hora solo había un contacto conectado,  este era un chico de 24 años que me había contactado previamente y se había mostrado muy interesado en acompañarnos en un trio. En ese momento deje mi habitual educación y recato  y la conversación fue así:

-Hola

-Hola,  donde están?

-En casa con mi esposa.

-Um, y que hacen.

-Estoy que me la culeo, viejo.

-Al fin que, se van a animar a conocerme? Yo estoy solo y disponible ahora.

-Sabes que? Dame un minuto yo concreto esto por que no aguanto mas y lo que es de hoy esto no pasa.

Dicho esto le dije a mi esposa en tono autoritario:  “me dijiste que tomara el control y ahora lo haré”, “te quiero vestida en cinco minutos”,  ella me miró anonadada como quien no se la cree, pero se empezó a vestir sin decir nada y para calmarla un poco le dije “quiero ir al sitio swinger que te dije y no me voy a quedar con las ganas,  te espero en el carro en cinco minutos”.  Acto seguido, baje hasta el carro y llame al chico, quedando de recogerlo en un punto fácil sobre la autopista.

Salimos de casa, y en el carro mi esposa estaba un poco nerviosa, por lo cual la trate un poco mas suave y empecé a mimarla, a tocar su entrepierna y posteriormente su vagina que para el momento se encontraba ya muy calientita, a esto ella me correspondió tocando  mi verga sobre el pantalón; yo internamente en realidad iba muy nervioso pues era nuestra primera vez con alguien, pero no deje que sospechara nada.  Ya tenía mi dedo en clítoris cuando llegue al punto acordado con el chico, cuando me detuve súbitamente ella se puso alerta a que pasaba, afortunadamente el chico estaba ahí y lo reconocí fácilmente, baje la ventanilla del lado de ella y él se acercó quedando justo a su lado, era un chicho joven y afortunadamente bastante guapo, igualmente se veía muy nervioso pues según conversaciones previas me había dicho que nunca había concretado nada con ninguna pareja.  Mi esposa me preguntó ¿el quién es? A lo que yo respondí ¿el que te va a culiar esta noche?

Ella paralizada.  El pregunta ¿entonces que dices?

-Súbete al carro.

 Era ya la media noche del viernes, como les conté en la previamente, era la primera vez que mi esposa y yo probablemente íbamos a interactuar sexualmente con alguien mas, acabábamos de parar en la autopista y aquel chicho hasta el momento totalmente desconocido para ella y con quien apenas había intercambiado yo un par de correo se encontraba subiéndose a la parte trasera de nuestro auto.La cabeza me daba vueltas, los temores afloraban, pero los huevos me hervían y la verga a reventar con pulsaciones sincrónicas que no desaparecían;mi esposa bella y sensualmente arreglada, lucía pálida y casi petrificada en el asiento delantero a derecha; y por el retrovisor se observaba un chico joven (a quien llamaré J)y bastante atractivo que igualmente lucía muy nervioso.Moví mi mano nuevamente hacia la cara interna de los muslos de mi nena, la acaricié suavemente, le di un pequeño apretón y sin más dije: viejo, no te perdono si me la dejas enfriar, quiero que le vas acariciando las téticas”

-(J) estás seguro? 

 -Sí.  Y mirándola a ella le digo  -Y tú, tienes algún problema con eso?

Ella niega con la cabeza levemente, me lanza una mirada como quien solicita aprobación y acto seguido la mano de nuestro amigo aparece por detrás de su silla buscando y palpando suavemente sus pequeños senos.  Entrados en este punto ya no hubo vuelta atrás y todo se desarrolló en una cadena de eventos deliciosos,  pero tan rápido que necesite de escribirlo para continuar viviéndolo interminablemente.  Las manos de J habían alcanzado sus tetas y se habían metido entre su blusa un tanto escotada y su sostén, él procedió a sacar su seno derecho y dejarlo descubierto, cosa que yo agradecí para recrear la vista mientras conducía camino al primer motel que encontrara por que el tiempo y las ganas apremiaban.  Sus senos pequeños pero bien formados y muy firmes se veían resplandecientes en la oscuridad y sus pezones apuntaban directo al horizonte como si fueran a dispararse como proyectiles,  la mano de J la acariciaba suavemente y la expresión de mi esposa estaba cambiando del temor el cual se mezclaba ahora con gestos de placer.  Para reforzar su excitación, con mi mano derecha yo acariciaba suavemente su pubis por encima del pantalón, el cual volvía a sentirse muy caliente con antes de recoger a nuestro acompañante.

No habían transcurrido más de diez minutos cuando llegamos a uno de los moteles cercanos de las afueras de la ciudad, fuimos recibidos e ingresamos rápidamente al garaje de la habitación, a la cual entramos rápidamente como quien tiene un gran apremio.  Una vez adentro la cosa pareció enfriarse un poco debido a que habíamos interrumpido lo que estábamos haciendo; J se sentó en una silla frente a la cama como quien observa con respeto a la espera de autorización para intervenir.  Yo empecé a besar apasionadamente a mi esposa, acariciándola y finalmente tumbándonos a la cama.  Le susurré “estás segura preciosa” y en voz baja me contesto “contigo me siento segura de todo” asintiendo.

Ella se excuso para tomar una ducha, se retiró al baño y yo dirigiéndome a J le digo:

-viejo, por ahora eres el camarógrafo del lugar.  Le extendí mi cámara fotográfica.  Muévete libremente, toma fotos pero que queden bien chéveres, anda y entra al baño con confianza.

-Ok.

Entró en el baño tras ella cumpliendo su tarea, desde la habitación yo percibía los flashes interminables de la cámara uno tras otro y ocasionalmente una que otra risa nerviosa de mi esposa.  Ella regresó desnuda con la toalla en la mano y se tumbó sobre mi en la cama, empezamos a besarnos nuevamente y dimos media vuelta dejándola a ella debajo y a mi en la posición dominante, que me permitió poco a poco ir bajando por sus senos, tener sus pezones entre la punta de mi lengua y mis dientes apretando suavemente como sé que a ella le gusta, dedicarle unos minutos a esa zona y luego continuar mi camino por el abdomen.   Los flashes de la cámara seguían disparándose y en ese momento era lo único que me hacia acordar de nuestro amigo.   Baje hasta su vagina, encontrándome con su clítoris erecto y rosadito, jugué con el con la punta de mi lengua por unos segundos a lo que mi esposa respondía con gemidos ocasionales y contorsionaba su cadera en un movimiento lento y delicado;  su vagina lucía muy húmeda, casi chorreaba y los labios tumefactos se abrían como una flor rosada desplegando sus pétalos ante lo cual no pude resistir introducir mis dedos índice y medio derechos, primero tocando la entrada en movimientos circulares y después localizando las yemas de los dedos en la parte anterior y superior de su vagina en el punto justo por debajo de la vejiga que suele volver loca a cualquier mujer pero especialmente a la mía.  Los movimientos de cadera se hacían cada vez mas amplios y su cuerpo empezó a tensarse, apretando las sábanas con las manos, apretando sus mandíbulas, rechinando los dientes y gimiendo con mas fuerza hasta que súbitamente estalló en un orgasmo de placer que la hizo contraer intensamente su vagina alrededor de mis dedos para luego quedar totalmente flácida y desmadejada por algunos segundos.  – ¡uff! que delicia mi amor (le dije).

Dejé de estimular su sexo por espacio de un minuto, mientras disminuía su hipersensibilidad, besé su vagina como quien da un beso de amor suave y sin pasión, lamí sus jugos hasta dejarla limpiecita y luego me incorporé, la miré a los ojos y le dije recuperando mi tono autoritario:

-¡Ahora me lo vas a mamar y vas a gozar con el regalo que te traje, te vas a portar bien!

-Lo que tú quieras amor. (contestó)

--¿Y tú lo quieres?

-Siiiiii (apenas audible).

Me dirijo a J, quien se encontraba en bóxer y con cámara en mano,  tomo su mano retirándosela (para entonces ya contaba con mas de cien fotografías), la tomo con ternura pues se sentía temblorosa y la pongo suavemente sobre la vagina de mi mujer.  - ¡que valga la pena marica!

Él instantáneamente bajo a su sexo sin mirarla y empezó nuevamente a hacerle sexo oral acompañándolo de la introducción de sus grandes dedos, los cuales metía y sacaba de una manera un poco mas torpe y frenética característico de los arranques de la juventud,  a lo cual ella fue muy receptiva y segundos mas tarde su expresión era nuevamente de gran goce pero aún combinado con un poco de extrañeza;  yo tomé algunas fotos mientras mi amigo se dedicaba a la tarea y posteriormente me ubique en la cabecera  junto a la cama, tomé su rostro con mis manos y ella abrió su boca para recibir mi verga erecta y mas lubricada que nunca, saboreando una a una las gotas cristalinas que salían de ella.  Dos fotos más  y la cámara a la mierda.   Luego de una buena mamada mientras gozaba, se la saca de la boca y me dice al oído:

-Quiero que me claven ya.

-¿Qué te claven? O ¿deseas que él te clave?

-Sí, que me clave, pero no hagas que yo le diga nada, tú le ordenas.

Refiriéndome a J –Hoy es tu día de suerte, te ganaste el coñito de mi mujer por primera vez.

Me mira sorprendido y se incorpora arrodillado entre las piernas de mi mujer, yo adelanto mis manos y le bajo el bóxer suavemente,  se podía apreciar una gran verga que antes no había notado, no estaba del todo erecta quizá por los nervios pero era bastante gruesa, la tomé entre mis manos, era muy suave al tacto, y empezó a ponerse realmente dura, le di un apretón casi fraterno y le dije –clávala.

Me retiré un poco mientras el empuñaba su espadón, tomé el preservativo que suelen dejar en la mesa de noche en los moteles y lo abrí.  Me disponía a pasárselo cuando recordé algo, una gran fantasía de mi esposa (como les comenté en el relato pasado) que quería ver como un hombre me la mamaba, sin embargo yo sabía que el chico era heterosexual totalmente por conversaciones previas y no iba hacerlo, fue en ese momento cuando me decidí, con el fin de complacerla y la verdad sea dicha el chico tenia una verga muy bonita,  lo miré y le pregunté -¿querés?  Sin decir nada más,  él sabia a que me refería y me respondió -¿estoy deseoso?  Dicho esto me agaché, tomé su verga y la puse en mi boca, la primera impresión fue de algo muy suave y sedoso agradable al tacto de mi lengua y de sabor casi nulo, le di solo unas dos o tres chupadas y mi esposa se incorporó de inmediato, con el entusiasmo que nunca había tenido antes, tomó la verga con sus manos, acerco su boca y me beso al tiempo que la chupaba y luego ella se adueño de lo que debía ser para ella, con mayor desenfreno; le dio  unas pocas chupadas más y se retira me abraza fuertemente y me besa diciendo –¡ahora si los quiero dentro de mi!

Tomé nuevamente el preservativo abierto, y J tenia ya la polla como un poste, con cuidado lo puse en la cabeza de su buena verga y entre los dos lo desplegamos totalmente sobre ella. Mi esposa se acuesta boca arriba, abriendo totalmente sus piernas como quien espera toda la embestida. J pone la cabeza de su miembro en el coñito de mi mujer y lo introduce de una sola y con fuerza;  ella da un leve grito de dolor y placer y él empieza a embestir rítmicamente metiendo y sacando totalmente todo su sable.  Mi esposa disfrutaba al máximo, pero yo sabía como podía llegar al cielo,  así que me ubique en la cabecera de la cama, mas arriba de su cabeza, arrodillado, tomando sus brazos y extendiéndolos en posición alta y la tomé de las muñecas apretando fuertemente como quien sostiene a alguien que esta siendo violado.  Esto la enloqueció, empezó a gemir y gritar fuertemente  sin temor.  -¡Siiiiiiiiii, Massssssssssssssss, Me encanta.  ¡tu sabes lo que me gusta amor!  ¡Ayyyyyyyyyyy!

Ya en el máximo nivel de excitación que al que llega antes de correrse me apresure a bajarme de la cama y ubicarme en la parte de los pies, desde donde contemplaba la escena de espaldas a nuestro amigo, su cuerpo atlético bombeando fuertemente a mi mujer y ella de piernas abiertas con la almohada en la boca, gimiendo y jadeando fuertemente, en esos segundos preciosos alcance a observar como el pene penetraba en pleno por su coño y los huevos grandes del chico golpeaban contra sus nalgas con cada embestida.  El jadeando sudoroso.  Ella con el tono de sus gemidos cada vez mas alto, llegando casi a ser un grito de placer -¡Ay, siii,  asiiiiiiii, me encantaaaaaaah! Vuelve para acá amor, te quiero a mi lado.  Pero yo no acudí, tenia en mente otra cosa y debía actuar rápidamente, aquella imagen de su coño penetrado y por debajo de el su ano dilatado también, invitándome a la tan anhelada doble penetración de la cual tantas veces habíamos hablado,  ¡tenía que actuar rápido! ¡es ahora o nunca!  -Ya voy amor, aguanta un poco que te tengo lo mejor (le dije).  Me ubiqué arrodillado a la espalda de mi compañero, con el pene erecto, en la búsqueda del coño mi pene alcanzo a rozar el culito redondo y tonificado del joven.  Mi esposa al sentirlo cerca grita salvajemente ¡hijueputaaaaaaaa!  y da un grito final ahogado por la almohada -¡Ahhhhhhhhhh! Y explota en un orgasmo gigantesco, siento estremecer todo su cuerpo.  El chico delante de mi se contorsiona intensamente y por primera vez deja escapar un grito de ¡Nooooooo, me vineeeeeee! Llevándose las manos a la cabeza, debatiéndose entre el placer y la pena de no haber durado un poco más para lograr la doble penetración.  –Te viniste maricaaa, la cagasteeeee, dije yo ante la impotencia de no haber podido realizar ese acto final que coronaria la noche de manera perfecta (después le ofrecería disculpas a J por mi comentario en el momento de la calentura). El apenado.  Yo enfrié un poco mi cabeza y le dije –fresco, todo va muy bien.  Él se retiró rápidamente de entre las piernas de mi esposa para evitar accidentes con el condón y mi esposa quedó en cama sudando y temblando; ahora había llegado mi turno de complacerla haciéndole el amor.  La escena era fantástica, su cara de placer y relajación, me acerqué hacia ella por encima,  su vagina se veía mas hinchada que nunca totalmente dilatada, húmeda,  la humedad llegaba hasta la mitad de sus muslos y tenia un aroma exquisito que nunca olvidaré, era una mezcla de su perfume chanel, con olor a sexo, a fluidos vaginales a sudor y a verga.  Me acerque a su cara

Te amo 

-Y yo a ti.

-¿Cómo lo has pasado?

-Hasta ahora como nunca, pero me faltas tú para estar completa.

Fue entonces cuando la penetré, suave y lentamente, con cariño, mientras la besaba y la miraba fijo a sus ojos (cosa que no hizo con J pues me dijo que eso me lo reservaba para mi), consintiéndola, mimándola y bombeando suavemente dentro de su sexo.  Seguimos así por unos minutos más (menos de lo que hubiera querido, pero la excitación era mucha), hasta que llegamos al orgasmo mutuo, derramando todo mi ser en su interior tal como a ella le gusta.  Aquellos minutos nos olvidamos de J, y yo diría que del mundo entero. En aquellos minutos la sentí aun mas ella, aún mas mía.  Posteriormente me tumbe a un lado de la cama, exhausto, acariciándola como de costumbre,  cruzamos algunas palabras al respecto, nos dimos un beso final para luego volver al mundo de la realidad.

Lo demás transcurrió sin lío, la ducha, vestirnos, cancelar la cuenta y salir de ahí, algo de charla en el auto con J pero nada personal, hasta que lo dejamos en donde lo habíamos recogido; ahí termino su fantasía… pero la noche apenas comenzó para nosotros pues al llegar a casa volvimos a vivirlo juntos, de forma intensa, de forma íntima, con la experiencia del conocimiento de nuestros cuerpos, con todo el amor guardado y con la pasión a flor de piel.

Fin.

Dedicado al amor de mi vida.

Tanto sexo frívolo en toda mi vida y lo cambiaría todo solo por vivir un momento pleno de amor y pasión  contigo. A pesar de compartirte, ahora te siento más mía que nunca.  No sé que venga para nosotros ahora, si esta fantasía nos dejará saciados para siempre o si lo repetiremos hasta el cansancio, solo sé que será junto a ti por siempre.

par38

Somos pareja swinger

visitas: 11940
Categoria: Tríos
Fecha de Publicación: 2017-12-14 21:21:28
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7 Comentarios

muy buen relato, soy de cali mi correo y skype es alejo444@hotmail.com para que nos conozcamos tengo 45 años

2018-05-11 17:04:25

Que relato tan caliente. madurovergon1970@gmail.com

2018-04-09 05:00:33

uff que buen relato, gracias por compartirlo

2017-12-18 16:21:47

Excitante experiencia!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Son mis preferidas!!!!!!!!!!!!!

2017-12-15 20:50:10

Gracias. un abrazo igualmente.

2017-12-15 05:22:34

Excelente Relato, muy bien elaborado y excitante, les deseo que vengan nuevas aventuras para que se fortaleza la confianza y la unión entre pareja. De seso se trata el mundo sw, dejar volar la imaginación, realizar toda clase de fantasías, con seguridad , responsabilidad, sin mezclar sentimientos, solo deseo y lujuria.

2017-12-14 14:57:38

Felicidades. Por ese hermoso y bello comienzo en este nuevo mundo de placer y lujuria. Y disfrutar y vivir cada rica fantasía un abrazo en la distancia.

2017-12-14 13:08:00