Hola a todos los lectores, de antemano gracias por ingresar a leer mi relato. 

Desde muy corta edad sentía atracción por el uso de artículos femeninos, mi hogar estaba sólo y yo me convertía en toda una princesa de cuentos con los artículos disponibles en el, así transcurrió todo el tiempo desde mi infancia hasta hoy, con una chica viviendo dentro de mi que aflora ocasionalmente.

Ya un poco más grande descubrí el placer del sexo anal, un falo de un tamaño considerable tomandote sin piedad alguna, sin embargo, la figura masculina no me atrae, las chicas con un strapon o las travestis son mi perdición. 

Alguna vez hablando con una chica con la que salía ocasionalmente le dije en forma de broma que sería interesante que ella me hiciera sexo anal a lo que accedió con gran entusiasmo, hay conocí el acto sexual más placentero, compramos un consolador de un tamaño pequeño teniendo en cuenta que sería mi primera vez, con mucha paciencia y delicadeza empezó a masajearme y a introducir sus dedos de forma paulatina, ante mi beneplácito decidió tomar el arnés y poner el consolador e ir penetrandome con mucha suavidad. 

Al inicio sentí un gran dolor que se convirtió en una sensación placentera a medida que dilataba mi estrecho ano con el dildo, cuando estaba dentro todo este juguete empieza a moverse con lentitud, dándome tiempo para acostumbrarme, cuando menos pienso, observo su cara de morbo y de picardía pidiendome que le dejará hacerlo rapido y duro a lo que accedo sin pensar. 

Nos sentíamos en una película para adultos, me follaba sin compasión, cuando siento un orgasmo tan intenso que me deja sin aliento, ella no decide quedarse atrás y el roce de la base del consolador hacia su trabajo, teniendo un orgasmo único, luego me cuenta que esa era una de sus grandes fantasías, penetrar a una figura masculina, ahora entiende lo placentero que es dar con una buena verga. 

Espero montar próximos relatos de mis experiencias.

Saludos.