Respetado Sr.  Tenga usted buen día. 

A continuación me permito realizar una breve narración de los acontecimientos ocurridos en esta mañana y de los cuales usted fue considerado director y protagonista:

Desperté esta mañana pensando en la escena que quería narrarle y el modo en que iba a hacerlo, esto con el fin de cumplir su caprichito del correo anterior. Pero, el simple hecho de imaginar con detalle cada una de las escenas que usted y yo protagonizabamos hizo que mi cuerpo respondiera casi de forma instantánea y se humedeciera...Al entrar a la ducha y desnudarme por completo continúe imaginando su aspecto, aunque esta vez no se encontraba en un lugar cualquiera, estaba justo ahí!, frente a mí, observando cada movimiento de mis manos, eso me calentó aún más y decidí proporcionarle a mi cuerpo más calor y humedad de la que estaba experimentando. Bajé la mano hasta mi monte de Venus y luego suavemente aparté los labios con uno de mis dedos hasta sentir completamente mi humedad mientras con otro empezaba a juguetear con el centro de mi placer; mis dedos se iban deslizando de adelante hacía atrás, el agua corría lenta y pausadamente al tiempo que me iba mojando por completo. Y ahí estaba usted, frente a mi, cerca pero con la suficiente distancia para detallar toda la escena, recostado en la pared, con un gesto serio, tal vez pensativo, tan sólo mirando como buscaba mi propio clímax. En sus ojos se había instalado todo el descaro que la escena ameritaba...La excitación va en aumento, tanto que mis piernas no la soportan así que decido tumbarme en el suelo de la ducha: es una sensación extraña pasar del calor del agua al frío del piso pero prosigo con mi Juego; esta vez usted se encuentra de pie, bajo la ducha pero continúa mirándome, me arqueo un poco tratando de que el agua que emana de la ducha invada todo mi interior -una sensación indescriptible sentir como la gravedad y la velocidad con la que caen las gotas intensifica el placer que siento en ese momento y me obliga a querer más.  Introduzco dos de mis dedos donde ahora caen chorros de agua y me aprieto fuertemente contra ellos, cierro los ojos e imagino que este es el momento en el que usted va a participar más activamente de este juego; se inclina sobre mí y me abre más las piernas buscando facilitar su acceso a mi interior, introduce su pene en el lugar donde antes mis dedos me proporcionaban placer y se aprieta fuertemente contra mis caderas mientras observo como el agua cae a su cabeza y resbala de sus hombros a mis caderas, hasta llegar finalmente al suelo. El calor es cada vez mayor, la sensación del agua y los movimientos que produce su penetración elevan mi placer a un nivel extasiante que me produce un orgasmo intenso...Abro los ojos y casi puedo ver su silueta Sr. 

Le confieso que me encantaría que su cuerpo físico hubiera participado activamente, pero tengo la certeza que a su llegada a esta ciudad, algo inesperadamente delicioso para ambos puede suceder.