CUANDO ES INEVITABLE PARTE I
Podremos luchar contra muchas cosas, ganar las batallas más intensas, puedes tener la fuerza de voluntad más increíble, pero es cuestiones de amores carnales nunca podrás decir que no cuando es inevitable.
La tierra temblaba con el crujir de los truenos y los ventanales de la casa se iluminaban con cada destello de luz. Tatiana una adulta joven, de esas que apenas han cumplido la mayoría de edad y aún no han salido a conseguir la vida por si mismas; se hallaba en la habitación conjunta que compartía con su hermana y el marido de la misma. Debajo de las cobijas con un extraño temor por la tormenta, decidió levantarse para ir al baño a responder al llamado de la naturaleza, realizó su travesía hasta el baño principal sin mayor contratiempo; al volver se pudo percatar como su hermana estaba disfrutando de una de las mejores faenas sexuales que ella había podido presenciar. Se escurrió cerca al umbral de la puerta y tratando de acostumbrar su vista a la oscuridad y agudizar su oído supo que era el momento de conocer la otra cara de la relación que su hermana llevaba con su marido. Lo primero que pudo notar fue a su querida hermana recostada sobre su cama mientras Alberto su marido se zambullía en la entre pierna de Yanela; era bastante bueno con su lengua, recorría el ancho total de esa deliciosa cuca, insertaba la lengua en la cavidad vaginal mientras que con su dedo y ayudado por el líquido vaginal de su cónyuge se habría paso a través de su culito redondo y firme; esa mujer jadeaba descaradamente al disfrutar la maestría que este hombre poseía con su lengua, le fascinaba cuando su amado succionaba su clítoris de una manera brutal; mordisqueaba sutilmente los labios vaginales y su dedo ya entraba con más facilidad en su dilatado ano. Era una escena digna de admirar para Tatiana que no contaba con mucha experiencia sexual; Alberto dio una pequeña indicación a su esposa para que se pusiera en cuatro, a lo cual esta obedeció de manera rápida, pausó sus movimientos por un par de segundos, sintió una extraña sensación de estar siendo observado, pero restó importancia al sentir el embriagante aroma de un buen coño lubricado cerca de su olfato, he inclinó su rostro para posarse detrás de su esposa y meter su lengua en su ano; una sensación de calambres se armonizaban rítmicamente con la pelvis de su compañera cada vez que Alberto pasaba su lengua por los pliegues anales que adornaban la entrada al paraíso anal de ella; la casual espía no podía creer lo que sus ojos veían, se permitió dudarlo, pero los fluidos vaginales que adornaban su ropa interior era la confirmación de lo que estaba pasando. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un pequeño quejido producido por su hermana al sentir como la verga de Alberto se deslizaba dentro de ella, fue suave al principio pero después las embestidas eran cada vez más fuertes, y eran acompañadas de ese peculiar sonido de una verga penetrando una cuca mojada y se escucha el líquido moverse a través de la cavidad vaginal, halaba su cabello en señal de dominio, la nalgueaba y metía su dedo en el culo de su esposa, en preparación para lo que venía; los minutos pasaban y Alberto sintió como su verga, sus testículos, sus piernas y las sabanas que estaban en la cama eran empapadas por un chorro potente que emanaba de su amante. Y aprovechando los espasmos que acompañan dicha sensación clavó su verga en el culo de su esposa, sin tiempo para una negación por parte de la dama empezó una faena que provocaba que esta mujer jadeara, gritara, maldijera y lanzara una cantidad de palabras que amenizaban la faena que se estaba presentando.Tatiana estaba estupefacta, atónita y enmudecida; no podía creer que su hermana que fuese su ejemplo a seguir fuese tan perra en la cama, y más aún que permitiera que su marido perforara su culo de esa manera tan bestial; pero ni sus prejuicios ni sus objeciones dejaban de lado lo excitante de la escena que estaba presenciando, no sabía cómo, ni en qué momento pero su mano se había depositado en la entrada de su vagina, tal vez tratando de emular las sensaciones que sus ojos registraban pero que su piel y su cuerpo anhelaba sentir también. Intentó concentrarse en la que estaba pasando, en ver como este hombre taladraba el orificio anal de Yanela, podía escuchar claramente como chocaban los huevos de su cuñado en la parte frontal de la pelvis de su hermana, que inesperadamente volvió a correrse, ya esta vez un poco menos fuerte, pero eso si como un almizcle que era un tanto familiar para ella, pero que no podía recordar porque; es olor a sexo con sudor era mágico para la jovencita que vio como Alberto sacó su verga de las entrañas de su esposa para acostarse en la cama matrimonial empapada de líquidos, hizo una señal a Yanela para que empezara una cabalgata espectacular, como las que vemos en películas porno, ella sabía cómo complacer a su hombre y agradecerle por darle un par de buenos orgasmos; no tardó mucho para que Alberto explotara en una ráfaga de semen que barnizo por completo la vagina de Yanela; era tan fuerte que ella sentía los golpes de los chorros en el interior, estrellándose con sus paredes vaginales.
Se bajó despacio y sin perder tiempo metió la verga de su macho en su boca, intentando limpiar los restos de semen que habían quedado en la cabeza brillante de la verga de Alberto; y con un beso selló el eterno amor que se deben demostrar los amantes de verdad. Tatiana no perdió tiempo y con un silencio extremo regresó a su cama a intentar hallar consuelo al mar de sensaciones y pensamientos que la embargaban; y sin saber cómo se juró a sí misma que debía sentir algo parecido a lo que su hermana había sentido, de todas formas era parte de ser una mujer de verdad el sentir dentro de sí un macho de verdad; y pensó en darle una oportunidad a ese joven que la estaba pretendiendo, esta era su oportunidad para crecer y volverse una dama de sociedad y una perra de habitación.
Pero las cosas darían un giro que ni ella misma se imaginaba….
ContinuaráGRACIAS.
