Con esas palabras inicio una aventura que viví, yo cumpliendo mi labor y ella la suya propia clmo rural, un pueblo fue el lugar donde a través de una pequeña charla terminamos siento cómplices y amantes. Por esa época se terminaba en año, la cena de media noche y al Dia siguiente, ella me saluda en el parque principal invitándome a cenar. 

La cena agradable un par de vinos, todo hacía pensar que se trataba de protocolo. Días después vuelvo a saludarle al hospital y me hace pasar , cierra la puerta con seguro y sin mediar saludo me empuja contra la puerta y me toma la cara con ambas manos, yo apenas logré entender que era ese el momento ideal para darme a entender que estaba muy excitada y necesitaba saciar su sed conmigo, los besos llevaba. Mordidas suaves e intensas , las manos entraron en su bata como las suyas en mi pantalón...su hermosos senos tímidos delataban su nivel de satisfacción, la puerta soportó de dos cuerpos en un acto veloz de atracción. Mi cremallera ya había bajado su mano ya estaba dentro de mi pantalón, y vino lo inesperado...bajo su uniforme no habían más que una rosada y húmeda vagina escurriendo gotas x sus piernas y deseando ser penetrada... un salto fue suficiente para colgarse a mi cuello subir sus piernas y encontrar la manera de tenerme dentro de si... corto fue..había gente esperando la consulta, más era yo el afortunado que sin cita previa había recibido man mejor medicina y ella la mejor dosis. 

La historia continuó x varios meses, pasamos a las llamadas calientes, hasta que no supe mas de la doctora y su rosada medicina del amor.