Somos una pareja de Bogota, tenemos 32 años ambos, llevamos 15 años de hermosa relación y nos gusta mucho compartir aventuras exitantes, pero hace mucho no lo hacemos porque el mundo swinger se lleno de parejas prepago y hombres que buscan sexo fácil y plann barato, pero en fin comencemos 

El siguiente relato es verídico y honestamente jamás pensé poder presenciar semejante escena, ocurrió hace unos 2 años, mi esposa y yo fuimos invitados por una amigo a zafiros (el bar swinger de chapinero), llegamos a eso de las 9 y luego de encontrarnos con el y comer algo, el nos dijo que no podía acompañarnos porque se le presentó un inconveniente, pero que nos pagaba la entrada para no hacernos perder la salida (gran detalle de una persona seria) en fin nos despedimos y nos fuimos hacia el bar, una ves allí, como es costumbre nos dieron las llaves de los casilleros y fuimos a quitarnos la ropa y quedamos solo en toalla, luego de buscar una mesa en lugar no tan centrado nos trajeron la botella de ron y charlamos un rato, después de unas canciones se nos acercó un hombre que la invito a bailar y pues no me opuse, bailaron y veía como el le coqueteaba, al regresar a la mesa el quizo sentarse con nosotros y yo le dije que no por el momento, cosa que después de una rato mi esposa me dijo que si le hubiera gustado, pero a veces ellas no son claras y uno es algo lento en captar señales, pero en fin se perdió esa oportunidad pero aun era temprano,.

Después  de unos tragos decidimos movernos un poco más cerca a la pista de baile donde había más acción, y esto era evidente había  varias parejas y un par de chicas deanudas bailando y "jugando" con uno y otro, por nuestra parte nos hicimos en un sofá, junto a un chica que al parecer estaba sola, era de mi gusto, piel blanca, estatura baja cabello corto y rubio y de unos 35 años, luego de unas miradas y coquetería le dije a mi esposa que si nos arriesgabamos y ella acepto, después de presentarnos nos dijo que su pareja estaba dando vueltas por el bar buscando una buena escena para observar, ya que era  de su gusto observar parejas teniendo sexo, luego de bailar un poco y entrar en confianza resulte besándome con esas dos hermosas mujeres (mi esposa y la nueva amiga)  nos sentamos y pudimos conocer al novio de ella, en fin charlamos y todos seguimos es lo que veníamos haciendo yo gozando con las dos bellezas y el mirando las parejas en el sauna y otros ambientes, a eso de las 12 o 1 de la mañana nos encontramos los 4 de nuevo y nos fuimos para la habitación, yo me entretuve y la pasé tan bueno con la chica aquella que no sabría decir que paso entre mi esposa y el, (al parecer no mucho), no se que tiempo paso pero se llego volando la hora de cerrar así que nos vestimos nuevamente, mi esposa tenía una minifalda negra corta, con una velo hasta el tobillo, una blusa con un poquito de escote y unas ricas tantas hilo, bajo la minifalda, al entregar nuevamente las llaves el personal del bar nos ofreció solicitarnos un taxi para irnos a la casa, aceptamos y luego de unos minutos llegó el taxi y nos despedimos de la agradable pareja y cogiimos camino, ya me hacía a la idea que la acción había terminado cuando mi esposa me sorprendió de una manera que nunca creí que ella fuera capaz, me dijo que estaba muy exitada porque en el bar no había hecho nada con nuestro amigo así que empezó a tocarse por todo lado y a subirse la falda y a masturbarse y a mi de entro el temor por la reacción que pudiera tener el conductor, así que trate de detenerla, porque se que ese tipo de actos generan multas, pero el taxista que tendría unos 26 o 28 años dijo que no me preocupara que la dejara, así que ella  empezó a hacerme sexo oral y luego se me subió encima y empezó a tirar como loca, al tiempo se recostó sobre la silla del copiloto que normalmente los taxis llevan bien inclinada hacia adelante y le enseñó ese hermoso y buen par de tetas que se manda mi esposa y obvio el no dudo en empezar a tocar, nadie decía una palabra pero todos estábamos conectados, hibamos llegando a la estación de marsella por la avenida las américas y en ese punto sin mediar palabra el taxi se desvío hacia el interior del barrio buscando una calle solitaria, y con esa calentura no buscamos demasiado, cuando se detuvo ella seguía sobre mi pero se besaba con el y dejaba que le chupara los senos, el corrió la silla hacia atrás y reclino el espaldar, se bajo un poco el pantalón se puso un condon, el tipo estaba bien de herramienta  y se veía muy aseado por lo que mi esposa no dudo en subirsele, yo por mi parte solo vigilaba que no hubiera nadie viendo, pero como ella se movía como loca mientras el la penetraba, los movientos del carro eran muy evidentes, pero la escena era muy exitante como para estar tan pendiente de eso, después de una rato de tirar con el, y escuchar esos ricos gemidos, mi esposa se quito de encima de él no se porqué, si el termino o ella se canso, en fin, se acomodaron la ropa y seguimos el camino como si nada hubiera pasado sin mediar palabras, llegamos a nuestro destino, pagamos la carrera, pero nos bajamos una cuadra antes para evitar que el supiera con exactitud dónde viviamos, entramos a la casa y a nuestra habitación y llegó mi turno, no la quize penetrar pero en la calentura le decía que debía castigarla por "perra" y ella dijo que se lo merecía, así que la puse a que me la chupara hasta que me vine en su boca (cosa que nunca había hecho) pero fue super la experiencia, nos limpiamos y nos acostamos a dormir y al otro día ni ella ni yo creíamos la increíble aventura que habíamos tenido esa noche, ella es muy caliente siempre que las persona y las circunstancias se den para que ella se relaje y pierda el control, la aventura es muy difícil de repetir pero aún hay muchas aventuras por vivir, lastimosamente encontrar las personas con la mentalidad y la actitud correcta para hacerse eas locuras