Intento concentrarme en las fórmulas médicas y los exámenes de laboratorio que tengo pendientes, de repente entras a mi consultorio así de imprevisto y sin anunciarte, claro la puerta estaba entreabierta; te entretienes en intentar seducirme, te sentías algo lejos de mi escritorio y abres las piernas!!!! No llevas nada bajo el vestido!!!... empiezo entonces a sentirme agitado y caliente... tu lo adivinas y desabrochas uno o dos botones de tu camisa... tampoco hay nada debajo de Esa camisa... estiras tu pie desnudo debajo de la mesilla y empiezas a acariciar rítmicamente mi duro miembro, pese a la pijama se siente su dura extensión, inoportunamente llega una de mis pacientes...!!!! Es una de estas ancianitas, duras de oído y algo malas de la vista... tu inocentemente, pensé yo en un comienzo, te escondiste debajo del escritorio mientras yo atendía las quejas y preguntas de la señora. Sin embargo empiezo a sentir que bajas mi pantalón y poco y sacas mi miembro ahora flácido por la inicial sorpresa... pero en tu boca en un instante se torna duro... empiezas a chupar y morder frenéticamente pero en silencio, la anciana no nota el cambio en mi rostro y en cómo araño la superficie de la mesa... continua hablando... cuando siento que me vengo, de improvisto detienes tus movimientos y no alcanzo a adivinar que haces por momentos... de pronto siento una humedad diferente en la punta de mi pene y adivino que te he penetrado... la mesa alcanza a moverse casi imperceptiblemente con tus movimientos. Le hago presión para que la paciente no se asuste y siga su queja... en un momento de éxtasis cubro mi rostro y siento como una corriente de cálido sementales de mi... y tu lamiendo... la paciente se fue feliz y aliviada nunca un médico había sido tan atento...