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Mi trío soñado

Nuestro sueño era hacer un delicioso trío MHM y se hizo realidad una cálida y tranquila tarde de noviembre. Los tres lo habíamos soñado cada uno a nuestra manera: María tenía la fantasía de estar con otra chica por primera vez; mi amiga que es bisexual, quería conocerla porque le gustó mucho en la video llamada donde las presenté; yo quería estar con las dos para hacer realidad esa fantasía de un trío que aunque no fuera la primera vez, en esta ocasión tenía una motivación especial.

Decir que las dos son bellas y sensuales es quedarse corto. Mi pareja se llama María, tiene 20 años, una piel blanca, suave y cálida, que se eriza al contacto del sexo, ojos grandes enmarcados en unas ceja largas, que le dan un atractivo adicional a sus ojos, así como su boca de grandes labios rojos, sensuales, provocadores; su cuerpo es sensual por donde se le mire, en el lo que más resalta son sus hermosos pechos grandes aunque no desproporcionados; nalgas en su punto y piernas torneadas. Sara, mi amiga, tiene 19 años, es una hermosa morena de piel bronceada, piernas atléticas, pechos medianos e invitadores, grandes ojos y bello trasero.

Planeamos nuestro encuentro para un día miércoles pero por un malentendido tuvimos que dejarlo para el jueves en la tarde. Mi amiga llegó primero en picap. Mientras llegaba María, fuimos a comprar cigarrillos y chicles a una caseta cercana al conjunto. Debido a los trancones María se demoró un poco. Mientras tanto pudimos hablar un poco, besarnos y empezar a calentarnos.

Como a los 15 minutos llegó mi nena, hermosa, alta, muy elegante con pantalón negro y chaqueta azul. Como no se conocían en persona, al principio estaban un poco nerviosas y unos besos que compartí con las dos por separado no fueron suficientes. Una bebida que tomamos nos empezó a sacar la pena.

Entramos los tres al cuarto con esos deseos a punto de manifestarse. Un beso entre ellas empezó a romper el hielo y quitarnos las chaquetas fue mejorando todo. “Bonitos senos” le dijo María a Sara que le respondió, “también los tuyos”. Cada una estaba a un lado de la cama, se subieron lentamente, se acercaron y se besaron. El ambiente se calentó y yo también participé en un largo y apasionado beso entre los tres.

Cuando acabamos de quitarnos la ropa, Sara empezó a chuparle a mi nena esas grandes tetas. Mientras ella le chupaba una, yo saboreaba la otra, luego intercambiabamos. Nos besamos mucho entre los tres y Sara disfrutó mucho chupando esas grandes tetas, luego chupamos las de ella con María, también estaban deliciosas.

Me paré en la cama y las dos se agacharon para hacerme un delicioso oral, fue inolvidable sentir como una lo sacaba de su boca y se lo pasaba a la otra que me lo chupaba con muchas ganas. Fue tanto el deseo de esas mamadas que eyaculé en la boca de María y ella compartió mi semen con Sara en un largo y profundo beso, abrazadas, excitadas, acariciándose.

Se acostaron con Sara encima. Se besaron sin parar por un buen rato. Luego Sara bajó besando el cuerpo de María hasta llegar abajo, le abrió las piernas y empezó a acariciar su clítoris primero con la mano y metiéndole el dedo, luego la pasó la lengua por toda la vagina. Cuando escuché los gemidos de placer, me les uní. Entre Sara y yo nos comimos esa deliciosa vagina con nuestras lenguas. Ella gemía de placer, sus labios cada vez pedían más y más y con mi amiga también nos besábamos mientras la acariciábamos con nuestros dedos en su vagina. Esos gemidos se fueron haciendo cada vez más fuertes, lo cual nos motivaba a besar más y más su vagina que estaba muy mojada, pero deliciosa. Fue tan intenso que tuvo un orgasmo largo, interminable…

Luego de ese delicioso orgasmo, mi princesa quería algo tierno; la quise complacer con caricias y besitos suaves en la boca, el cuello y la espalda, muy lentos. Sara se sumó pero ella quería besos más calientes. Entonces le llegó su turno. Entre María y yo la besamos de pies a cabeza. Mientras yo le besaba los pies y las piernas, ella le besaba la boca, el cuello, la espalda y luego las tetas. Cuando llegó a la vagina empezó a besársela, a darle dedo y lengua por un buen rato. Como estaba bocabajo yo la penetré.

Fue delicioso. María le besaba el clítoris bocabajo, yo la tenía clavada y le daba cada vez más fuerte. Se sentía en el ambiente el calor de los tres cuerpos excitados en esa deliciosa pose en la que se veía la creciente excitación de nuestra amiga a medida que mi novia le daba largas pasadas con su lengua en el clítoris y yo le metía y sacaba mi pene cada vez más rápido. Llegó un momento de éxtasis en el que los tres llegamos al mismo a un delicioso orgasmo largo, largo, cada vez más largo, lleno de gemidos dulces y roncos.

Mi amiga quería sentir de nuevo en la boca ese pene que solo había estado en la vagina de mi novia durante la última excitación en trío y mi novia quería otra penetración esta vez de una manera diferente porque estaba dispuesta esta vez a probar de todo. Para quedar todos satisfechos Sara me hizo un oral con garganta profunda y luego penetré a María por atrás. Empezamos despacio porque sintió algo de dolor en el ano, pero pronto se acostumbró y pude darle durante un minuto, luego del cual se lo saqué y lo introduje en la boca de mi amiga que se lo metió hasta lo más profundo de su garganta. Así estuvimos un largo rato. 

Descansamos dos minutos luego de esta rica posición. Las chicas se miraban con deseo, especialmente por parte de Sara que miraba a María con pasión. Luego la besó con un beso profundo, largo, encantador. No me atreví a interrumpirlas porque era uno de esos besos que si se interrumpen se rompe el hechizo. Mi novia era la principiante, nunca había tenido experiencias con mujeres, solo besitos con amigas en reuniones con compañeros, tomando cerveza, pero nada más.

Luego de ese largo beso, Sara la acostó con las piernas abiertas. Metió sus piernas entre las de ella en una perfecta tijera, tocando esos dos clítoris rítmicamente, amorosamente, mejor que en esos videos de la red donde todo es montaje y apariencia. No puedo recordar cuanto tiempo, quizás diez, quince, veinte o mas minutos de sexo delicioso en los que nunca intervine porque la sensualidad se estaba expresando en su máxima expresión. Me puse a verlas amarse con deleite, sin tocarlas, solo les decía palabras cariñosas. Cuando ya estaban muy excitadas tuvieron un orgasmo con el que llegaron al máximo clímax. 

El tiempo voló y tuvimos que irnos con tristeza porque queríamos seguir. Más adelante será con placeres iguales o mejores que los de hoy, pero los tres siempre soñaremos con más y más orgasmos. Cuando hay deseo y oportunidad el placer no tiene límites.

Esa tarde fue perfecta para cumplir nuestras fantasías. La de Sara que se llenó de deseos de estar con mi novia desde que la vio pro primera vez. La de María de tener su primera vez con otra chica y lo disfrutó al máximo. Y la mía, porque anteriores tríos no me habían satisfecho completamente y este tenía una motivación especial.

axelier

Soy hombre heterosexual

visitas: 1358
Categoria: Tríos
Fecha de Publicación: 2020-03-29 00:41:58
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