Hola, soy Marco un oficinista más de mi natal Barranquilla, con 30 años, contextura gruesa, 1.80 Mt de estatura, tés de piel trigueña, con algo de suerte en relaciones interpersonales y tal vez como la mayoría de todos los que me leen, con una vida y gustos normales “aparentemente”, pero la verdad es otra, somos un grupo selecto de personas que va en aumento, los cuales consideramos que las reglas sociales y morales, limitan la felicidad en todo su esplendor.

Con un sinfín de historias de sexo, amores y desamores. Debo confesar que mi curiosidad sexual en los últimos años me  ha llevado a lugares y situaciones algo extrañas pero a su vez en extremo excitante. Muy seguramente cada uno vive su propia historia. Esta es una de las mías.

Esta historia empezó el pasado Diciembre, en la fiesta de cierre de año de nuestra compañía. En un restaurante algo fino de la ciudad, un grupo de compañeros y yo ya llevamos días planeando que hacer después de dichosa cena incomoda donde además asistirían los gerentes de sucursal y demás jefes, con sus risas hipócritas, ya queríamos que acabara sin ni siquiera empezar, y mientras tratábamos de comportarnos en la mesa aparentando la clase que no teníamos frente a gente de no caía bien. Llego la asistente administrativa. Geraldine Tobar, siempre la había deseado, pero ese día lo hice desesperadamente. Es una mujer voluptuosa de piel morena y cabellera lisa color negra, la cual le llegaba hasta la inquietante curvatura de su magnífico culo, el cual lucia morbosamente exquisito en aquel vestido amarillo claro  y que terminaba en una falda semi-corta. De senos operados, los cuales lucían perfectos en ese escote. No se veía vulgar realmente, pero si demasiado sexy.

Recuerdo a ver a uno de los jefes más cariñoso y atento de lo normal con aquella compañera, pero la verdad ella era uno más de nosotros la cual también estaba incluida en la fiesta aparte orquestada por nosotros, entre dicho grupo teníamos la confianza de amigos para hablar de todo, pero sin sobrepasarse, ni abusar de la confianza. Pero ese día intentaría algo, a pesar de que sabía que Geraldine tenía un matrimonio de 12 años y dos hijos de 6 y 9 años.

Ella siempre demostró ser una esposa ejemplar y una madre dedicada pero en su cara siempre se notó picardía, era una de esas mujeres que tenía una belleza que no  inspiraba ternura, por el contrario deseos de los más bajos, como muy vulgarmente decíamos los hombres de mi ciudad, en su cara se le pintaba la verga en la cara con solo verla, aunque no nos constara.

Acabada la cena y habiéndonos despedido de nuestros jefes sin comentarles de nuestra fiesta aparte, un grupo de aproximadamente 9 personas nos trasladamos a una discoTK de nuestro agrado y más acorde a nuestros gustos de amigos,  todo transcurría normalmente, todos bailábamos y reíamos entre todos y con el paso de las horas algunos compañeros se fueron retirando. Un amigo ya había ligado con otra compañera y seguramente saldrían a tener sexo ocasional, un par de amigos estaban emocionado con dos mujeres de otra mesa, otro dormía en la mesa pasado de tragos y como en un acto dirigido por fuerzas sobrenaturales quede como pareja de baile el resto de noche con Geraldine.

Con tragos en la cabeza y sin estar para nada borracho ambos, bailábamos más libremente todo tipo de música demasiado pegados, pero cada vez que sonaban un Reggaetón la situación se calentaba mucho, tanto así que no controlaba mis leves erecciones a las que ella seguramente sentía. Incluso empezó a existir un poco de manoseo innecesario de mi parte pero afortunadamente sin desagrado de parte de ella, por el contrario denotaba deseo en su mirada. En una de tantas decidí lanzarme y decirle al oído que quería llevarla a un lugar más privado y que nada de lo que allí pasase iba a ser de conocimiento de la gente del trabajo, dudaba, pero respondió que lo pensaría un poco más en esa noche. Ya era la una de la madrugada y acabándonos de sentar después de bailar, saco su móvil y pude ver que le estaba escribiendo un mensaje a quien titulaba “MI AMOR”, quite la mirada pero supuse que muy seguramente mis planes se habían dañado y le entro un extraño sentimiento de culpa y arrepentimiento, después de unos pocos minutos, me dijo “vámonos a otro lado, pero sin que nadie se dé cuenta por favor”. Enseguida mi mente voló y pensé que los mensajes a su esposo eran seguramente una mentira para llegar mucho más tarde a casa. Pero esa teoría cambio un poco cuando abordo de un taxi ella pidió que la llevaran a la dirección de su casa. Por lo que supuse su esposo estaba de viaje y la noche iba a tener un poco más de picante pues la terminaría en su cama matrimonial.

En el taxi ya no había miradas ni dedos acusadores, pude besarla finalmente, pude manosearle sus exquisitas tetas e incluso pude meter mi dedo en su coño por debajo de su vestido, el cual tenía empapado.

Una vez en su casa, entramos. Ella me sentó en un sofá doble de su sala y fue por un trago de whiskey con hielo para dármelo mientras  seguíamos besándonos más apasionadamente. La monte sobre mi mientras agarraba ese par de nalgones grandes sobre la fina tela de su vestido, desabotono mi camisa mientras besaba mi cuello y bajo lentamente, lamiendo mis pezones,  arrastrando en sentido sur su lengua cerca de mi abdomen, obligo y desabrochando ahora mi pantalón, siguió con la travesía de lamerme la verga aun cubierta con mi ropa interior. Mi verga resaltaba notoriamente bajo la tela y eso le encantaba a ella, no soy de miembro grande, pero con mis 17 cm y un grosor muy considerable, creo tener una buena dotación.

Bajo el boxer, y como un resorte brinco mi verga de la cárcel de donde quería escapar.  Y yo hay sentado, en aquella sala semi-iluminada, sin camisa y con mis pantalones en la rodilla, era testigo de lo que sería una de las mejores mamadas de verga. Yo sentado a un lado del sofá y ella de rodillas en el puesto de al lado inclinando toda su cara en mi verga, con mi mano derecha podía subir su vertido y apretar su hermoso culo , mientras con la mano izquierda la obligaba a chuparme más profundamente la verga, presionando su cabeza hacia abajo.

Al rato, mientras me chupaba la verga termine de quitarme el calzado y el pantalón, estaba completamente desnudo, por lo que ella se quitó el vestido, quedo con un hilo diminuto color negro y un brasier de igual color que escasamente tapaba sus tetas

Aun en sus tacones se puso de pie, y al ser muy voluptuosa, pude notar como el diminuto hilo casi se le perdía entre ese par de nalgas. Me dijo que regresaba enseguida y camino al pasillo moviendo ese tremendo culo y tetonas

Pensé que iba a buscar un dildo o algún otro juguete o aceites, pero mi sorpresa fue demasiada, cuando al rato salió del cuarto de igual formar como se fue vestida, pero con su esposo agarrado de manos. Él estaba en piyama.

La verdad sentí susto. Pensé incluso en salir corriendo. Pero se acercó me saludo de mano y me pregunto “ Podemos confiar en ti, Nada de esto se va a saber fuera de estas 4 paredes cierto?”

A lo que me dio algo de calma, pero a su vez alucinada con lo que estaba pasando, no podía creer que fuera cierto, hasta alcance a pensar que podía estar soñando en una borrachera y que era yo el que estaba dormido en la mesa de aquella discoTK.

Por Dios era Geraldine, la buena esposa y madre y estaba planeado desde un comienzo una noche de sexo sucio y liberal. Estaba a millón y mi verga lo demostraba, el intento entablar una conversación, pero de inmediato supe que las riendas las llevaba ella, lo callo y señalándole con un dedo la poltrona al lado del sofá, le dijo que se sentara y observara en silencio, casi como una orden.

Me puso de pie. El me veía de lado. Ella tiro un cojín al piso frente a mi tiesa verga y a 2 pasos de sus esposo, con la mejor vista del lugar, empezó a chuparme la verga con mucha más fuerza. Que morbo sentí, ella chupándome la verga hasta el fondo y el con los ojos bien abiertos y demasiado concentrado pajeandose suavemente su verga

Empecé a tomar mi papel de corneador y le agarre por el pelo fuertemente. Metía mi verga por su boca generándole sonidos de ahogo pero que de igual forma en sus ojos se notaba su disfrute, a tal punto que la verga me salía brillante de la saliva espesa que generaba su garganta. Era tanta la salivación, que mi verga escurría sus babas en sus tetones cada vez que deseaba tomar un poco de aire.

En una oportunidad,  se la saco del fondo de la garganta. Agarro a su esposo por la camisa blanca de su piyama y lo jalo hacia ella para besarlo, y de qué manera lo besaba, sus lenguas se entrelazaban. En ella se veía la intensión clara de transmitir a su esposo el sabor de mi verga. El beso duro aproximadamente 10 segundos. Y antes de separarse del todo ella le dijo “abre la boca”,  el obedientemente la abrió y ella le escupió adentro de su boca. Eso lo puso demasiado morboso, ya que en ese punto su pajazo era más brusco, quería arrancarse la verga a jalones.

Ella intento arrodillarse a seguir en su mamada conmigo, pero tome yo el mando, diciéndole que no y obligándola a que se arrodillara sobre los brazos de la poltrona donde estaba sentado su esposo, la jale del cabello y la guie. Una vez en posición le ordene que le pusiera el culo y coño en la cara de su esposo. Los pajazos de su esposo rozaban con sus tetas mientras ella apoyándose en mis piernas e inclinada hacia adelante volvía a chuparme la verga mientras recibía sexo oral de su amoroso esposo. El cual lamia los futuros orificios perforados de su fiel esposa en la comodidad de la silla donde se encontraba.

Las emociones eran bastas que no aguante mucho y me vine a chorros en su cara y boca, la verga la tenía a estallar, las venas se notaban más que nunca e incluso la note mucho más gruesa de lo habitual. Tanto que después de la corrida mi verga seguía dura, gruesa y dispuesta a seguir sin descanso alguno.

La baje de la poltrona, poniéndola de pie, la voltee y de frente a su esposo, la tome por el cabello para inclinarla hacia adelante y así, que apoyara sus brazos en la poltrona y besara a su esposo nuevamente, ahora con su rostros y boca llena de mi tibia leche de verga.

A su vez, ella quedo exponiendo su chucha y culo, por lo que no tarde tanto e darle vergazos en su coño bruscamente. La escena era pornográfica. Yo clavándole duro sosteniéndola por el cabello mientras ella compartía mi leche con su esposo en un apaisando beso y el obviamente paseándose. La verdad no note cuantas veces alcanzo a llegar en toda la noche, pero fueron bastantes.

Mis vergazos iban además acompañado de fuertes nalgadas, y ver su culo apoteósico y hermoso pegar en mi pelvis y rebotando a cada golpeteo me traía extasiado

La aleje un poco de su esposo sin sacársela el coño para que quedara a la altura de su verga. Pero lo hacía con el morbo y la maldad de que se la chupara solo un poco, se emocionara y la jalaba del pelo y le decía “no perra, no se la chupes más, ponle las tetas en la cara” y eso hizo, mientras  a su esposo le decía “Que culón tiene tu esposa. Se lo voy a partir hoy”

Pare la Follada y le dije al esposo que se levantara del sillón, Me senté en su lugar y puse a Geraldine sobre mí a cabalgarme la verga.

Quise meterme en el juego y le chupaba las tetas y la besaba a sabiendas que ella también se la había mamado al esposo hace un rato

Mientras la besaba ella se metía mi verga a sentones y el esposo estaba arrodillado en el piso de la sala viendo de cerca como entraba y le salí mi verga de la chucha de su esposa.

Ella me besaba y me escupía la cara, En esas ella se vino de tal forma que tembló e involuntariamente en ese espasmo se me salió la verga. El esposo de proactivo me agarro la verga y la acomodo en la entrada de la chucha de su mujer mientras que con la otra mano presionaba a su esposa hacia bajo para ensartarla nuevamente, su mujer aun temblaba y más aún por el pequeño detalle de su esposo.

Así pasó varias veces. Pero en una se me salió y antes de acomodarla el cornudo me la mamo. Quise sobresaltarme pero la esposa hizo peso sobre mí me beso en la boca y me dijo. “Deja que la perra de mi esposo la chupe también” para ser algo objetivo el tipo la chupaba muy bien.

Ella se quitó sobre mí y le dije al esposo “escúpemela bien que la necesito bien lubricada para darle vergazos al culo de tu esposa”

Los puse a ellos en pose de 69 sobre el sofá de al lado, Ella arriba con en postura de perrita sacando sus nalgones un poco a un costado del lado izquierdo del sofá, le ordene al esposo el cual ya lamia el coño empapado de su esposa, para que abriera de par en par esos nalgones.

Mi verga la enfile en la entrada de su ano y lo hundí lentamente hasta la mitad. Repetía el movimiento pero cada vez, plantaba un poco más mi verga en su ano, hasta que finalmente la enterré toda, le ordene a su esposo, el cual podía ver por debajo de mis guevas lamiéndole la chucha a su mujer. Que además lamiera mis pelotas mientras el  culo de su esposa se acostumbraba a  mi espesor.

Le di vergazos por el culo a Geraldine  mientras ella  le chupaba la verga a su esposo y a su vez este, le lamia la chucha y mis guevos cargados al tiempo. Y obviamente, además viendo de cerca como clavaba por el culo a su mujer.

Él se vino. En ese momento porque su esposa decía “que rico papi, dame toda esa leche” lo que logro acelerar mi inevitable corrida y tranquearle su culo de otra dosis espesa de tibia leche.

La muy perra al terminar de recibir ambas corridas en boca y culo. Le dijo al marido. Papi ve a ver que los niños estén dormidos, y cuando este subió me regalo un beso apasionado lleno de leche de su marido, lo disfrute pero como venganza  a su acto desprevenido, la arrodille para que limpiara mi verga a lengüetazos. Su esposo regreso y encontró ese cuadro nuevamente.

Mi verga estaba lista, para una larga noche…….CONTINUARA.