El día inició más temprano que de costumbre: me citó a las 7:15 am en el mismo lugar donde nos conocimos por primera vez, y precisamente en esta ocasión tendríamos de nuevo una vez primera........Me recogió en su carro y nos dimos el beso apasionado y ardiente con el que nos saludamos desde que nos volvimos cómplices. 

Con expectativa y nerviosismo, nos dirigimos al evento que condicionaría una nueva primera vez para ambos: ¡un encuentro swinger! Yo ni por error había visto sexo en vivo y en directo, palpable, ante mis ojos........ así que mi corazón palpitó a mil cuando entramos al sitio. La mayoría hombres y pocas mujeres, pasaban desnudos ante mis ojos perplejos que no daban crédito a lo que veían. No tuve el valor de despojar mis prendas y desinhibirme delante de todos, así que solo quedé impávida ante la morbosa situación de ver y oír. Mi amante tampoco se desnudó. Quedamos vestidos observando aquellas escenas donde el placer se conjuga con el calor de la pasión.

Pasaron las horas y al medio día terminó el encuentro. Decidimos volver a la misma zona donde nos comemos para entrar a un motel y hablar de nuestra primer vez en un sitio swinger. Estoy segura que esta ocasión no será la excepción de aquello que dice la gente: "la primera vez nunca se olvida", por ello charlamos de cómo en un instante privado, mamé su verga y también de cómo penetró mis huecos mientras yo gritaba fuerte, quizá más fuerte que siempre. Del cómo nos sentimos y del que cuando podamos, volveremos para escribir una nueva historia en los recuerdos del sexo.

El segundo ingrediente extra de la cita número 14, trajo consigo además el cumplimiento de una de las tantas fantasías eróticas que mi mente guardaba: ¡hablar por teléfono con un hombre  mientras me clavaba otro!. Y así fue, mientras volvía a mamar con excitación la verga de mi amo, esta vez en la residencia y ya con el corazón latiendo más lento pero con la misma vehemencia que me produce tirar con un tipo que verdaderamente me fascina, timbré al celular de un amigo al que previamente le comenté de mi fantasía y quien gustoso aceptó hacérmela toda una realidad.

Al otro lado de la línea y en altavoz, él escuchó atento cada uno de mis gritos, preguntándome entonces si me gustaba cómo me estaban dando, que pidiera más verga, más duro, y que deseaba estar allí también para clavarme en una deliciosa doble penetración que por ahora solo he realizado en el interior de mis deseos de mujer arrecha. Al colgar, mi amante siguió dándome duro y con todas sus fuerzas de hombre estremeció mi cuka una y otra vez, haciéndome gritar vorazmente.

El placer acrecentaba cada segundo más, apoderándose de nuestros cuerpos el sudor y el calor extremo del placer sexual. Ese mismo placer que anhelo continuar sintiendo para relatar una nueva fantasía cumplida..........

participar de forma activa en un sitio sw.