Me encuentro en la primera escena follando con un hombre mayor, no conozco al personaje, su rostro no se me hace familiar, es calvo y por ello creo que mi amante onírico es un hombre maduro; nos encontramos en el clímax de nuestro encuentro, es extraño es como si estuviéramos al borde de la cama a punto de caernos pero no lo hacemos, él se encuentra encima de mí penetrándome con un ritmo desenfrenado, enseguida él saca su pene y tiene prisa por venirse en mis tetas, lo hace, pero su semen es frío y abundante, casi como si en lugar de semen eyaculara agua. Ahí la escena se desvanece, y en la siguiente me encuentro en un baño que no es el mio, me miro al espejo y aprecio su venida en mi pecho, tiene el color del semen pero hay burbujas, es como si eyaculara una soda.

Ahí termina el sueño.

Al despertar le conté mi sueño a R, él me dice que tal vez es señal que debe venirse en mis tetas en el mañanero, reímos un poco. Luego le cuento una idea loca: imagina que yo pudiera leer el futuro o la fortuna, hay quienes lo hacen leyendo el chocolate o un cigarrillo, yo podría hacerlo con venidas en mis senos, dejan una macha y formas tan únicas como el chocolate al fondo de la tasa, tendría que follar con el cliente y que eyaculara en mis tetas, luego voy al baño y hago la lectura. No seria prostitución, pues requeriría un conocimiento especializado y el centro de interés seria la lectura del futuro.

-¿y las mujeres?-

-ehh no lo había pensado, tal vez solo podría leer el futuro de hombres-

-pero perderías mucho dinero-

-Sí, si, bueno voy a desechar la idea-

-Igual deberíamos probarlo, léeme el futuro... a tu estilo-