Al ir por la calle muchas veces no puedo evitarlo, mis ojos se van detrás de esas figuras hermosas de mujeres de todo tipo, y es que no pasa inadvertida la belleza del ser más completo de este mundo...la mujer. Cómo de costumbre, no lo pude evitar. Era ella una dama madura con un cabello rojizo parecido al cobre más reluciente, una figura esbelta y voluptuosa y una mirada fuerte...una diosa, pensé... Fui detras de ella despues de estar paralizado dos minutos reflexionando cómo la mirada que cuzamos dijo tal vez lo que nuestras bocas callan muchas veces, corrí en dirección por la calle que ella habia tomado y como era de esperarse ya no estaba, me decepcione de haber reaccionado tarde en ese momento pero esa experiencia me enseñó que hay ocasiones en la vida para no limitarse y reaccionar como lo sintamos asi se trate de los deseos más carnales.

El placer no espera porque la vida avanza y se agota con cada segundo...