Desde que fui por mis cosas a tu casa, te recuerdo y te extraño como si nunca hubiera pasado nada malo entre nosotros, como si cada poro de mi piel se conviertiera en un receptor de tu ser; pero como acordamos con un pacto silencioso y sin una sola palabra, no nos volveremos a hablar como si cada uno guerdara un secreto. En mi caso es que curiosamente te deseo como aquel niño que desea ese dulce que ve en la vitrina de la tienda, es como si fueras aquel dulce que la vida no me puede dar, gracias a esa sensación recuerdo ese momento en el cual tuvimos sexo por primera vez fue la sensación más excitante, placentera y amorosa que he tenido en mi vida, recuerdo que por mi parte está ansioso por demostrar que era más de lo que yo decía ser con respecto al sexo y tú cómo si quisieras que amarme fuera más fácil.

Ese día fue muy gracioso porque todo comenzó una tarde en la que yo, no tenía clases en todo el día y tú acabaste temprano, nos volvamos como si fuéramos dos ladrones o espías furtivos para verse a escondidas de todos los que pudieran vernos y reconocernos. Quedamos de vernos en la entrada de la u y justo al instante de verte sabía que iba a pasar, pero luego de todo eso continuamos con nuestro plan, que sino mal recuerdo era ir aún centro comercial cerca a mi casa y luego dejar que toda esa pasión y lujuria nos envolviera, así dejándonos seducir por el cuerpo del otro, después de llegar al centro comercial todo el deseo se conviertio en simplemente en concentrarnos en estar fue una sensación muy curiosa...