A principios del 2019 estabamos en una reunión informal de la oficina, traguitos van y vienen, a eso de las 10 pm empezaron algunos a despedirsen y no faltó el que dijo "ahí les dejamos el viejito, cuidenlo" (tengo 64 años)

Y Sandra lo tomo muy a pecho me tomo a su cuidado, al fin terminamos nosotros dos, Carlos y Diana y Jaime, el gay bacán de la oficina.

Bailada va y viene, traguitos traídos por Jaime y musiquita variada, de un momento a otro Sandra me dice, dónde están las manos de Carlos y Diana?

Que las muestren les pedimos y contestaron, "pongan las de ustedes ahí" y dejen de ser envidiosos. Más se demoraron en decirlo cuando sentí una mano en mis piernas y ni corto ni perezoso mis manos empezaron a recorrer las partes íntimas de Sandra, segundos después estábamos los cuatro desnudos cuando llegó Jaime vestido solo con un delantal y cuatro cócteles.

Empezó a pasar lo que tenía que pasar, estaba haciendo un 69 cuando sentí un dedo en el ano, Diana me tenía su dedo dentro mientras era penetrada por Carlos, disfrute del momento, me tomé un trago y sentí otra vez lo mismo, no le puse cuidado, estaba penetrando a Sandra, cambiamos de pose y quedé con el culo al aire y otra vez lo mismo, ya medio prendido sentí algo duro en mi ano, no me dió tiempo de nada, Jaime me penetró Sandra gemia como loca, me dolía y Carlos y Diana aplaudían

Todos quedamos en guardar el secreto

Llegó la pandemia, mi señora por estrés no volvió a tener sexo y me acordé de aquella noche.

Llame a Sandra a ver cómo estaba y me dijo " muerta del susto, enserrada" llame a Jaime a ver si sabía de Carlos y Diana y me dijo que nada, me recordó aquella noche y me dió la opción con otro hombre.

Le comenté que ese día me dolió mucho, que me daba susto, que no sabía que hacer ni como, soltó la carcajada y me dijo "déjese enseñar".

Me sugirió cambiar el perfil en guía cereza a bisexual, visitar la legumbreria y comprar zanahorias, iniciando por delgada e ir subiendo de grosor poco a poco.

En esas voy, conocí un vecino que le gusta hacerme sexo oral y esperando de la segunda dosis de la vacuna para conocer un hombre serio, discreto, paciente que ayude con este antojó