Después del saludo normal en el chat sentí que había esa química que hace que todo suceda. Al comentarle mi sensación me expresó que sentía igual.

Cambiamos números de contacto y ahí comenzó una serie de conversaciones en la que nos íbamos conociendo, le comenté de mi trajo, las ocupaciones, pero que en medio de eso disponía del tiempo para el día en que decidiéramos conocernos, me manifestó que podía viajar hasta mi ciudad porque a pesar de sus ocupaciones, la casa, los hijos, le gustaba darse tiempo para aventuras y de paso descansar. 

Ella una morena de 170 de estatura, cabello negro, ojos negros y buen cuerpo (lo que llamamos troza) con una cola genial de esas que vuelven loco a cualquiera y unos senos mediano pero infinitamente llamativos por su firmeza. Al conocerla en persona sentí ese olor rico de fina colonia. ¡¡Que delicia.¡¡  

Por las múltiples conversaciones ya sabíamos que estábamos en ciudades cercanas (dos horas de distancia) hasta que llegó el día que acordamos para que viajara, reserve una habitación de hotel para esperarla, aromas encendidos y los elementos necesarios para nuestra noche de fantasía (condones, vibradores, aceites... y frutas para ganar energía). Durante el viaje nos estuvimos comunicando y a medida que se acercaba nuestros nervios y  temperatura comenzaba a subir. Era inevitable.

Al llegar esa morena, la recibí con caballerosidad, le abrí la puerta del taxi... ect y subimos a la habitación, nos tiramos en la cama mirándonos de frente,  hablamos un poco y a medida que hablábamos íbamos perdiendo ropa en nuestros cuerpos, parecía que nos incomodaba.. Así llegamos a besarnos y decidimos consentirnos los cuerpos mutuamente con mucho aceite, algo así como un delicado masaje que lo terminamos en un delicioso 69 y con el sendos orgasmos. Ahí descansamos un poco.

Las ganas nos invadieron de nuevo, sin darnos mucha cuenta ella estaba en cuatro, en el bordo de la cama y yo desde abajo de pie mirando esa rica panorámica de su hermosa cola y su deliciosa cuca, eso produjo que miembro estuviera casi a reventar, de manera que me acerque y sin mayor obstáculo entro todo en su deliciosa cosita, dejando salir un corto gemido de placer. Cuando sentí que estaba en su máximo de excitación me retiré par a buscar el vibrador el cual entro a remplazar mi miembro dentro de ella y yo inicie suavemente la penetración por su trasero, esto tomó algo de tiempo, pronto se materializó aquel propósito que fue confirmado con un largo AHHHHHH de su parte. Segundos después en medio de la acción me manifestó "es mi primera doble penetración, es lo más delicioso que me ha pasado". En medio de los movimientos nos venimos mutuamente en un delicioso orgasmo que terminamos con múltiples gemidos de ambas partes, quedando exhaustos.

Al día siguiente y para despedirnos, ambos con la idea de volvernos a ver nos hicimos una deliciosa masturbación que para mí fue genial. Me colocó en cuatro y desde atas con aceites me masturbaba y consentía toda mi zona del perineo (entre el ano y los testículos) hasta hacerme venir en un delicioso orgasmo del cual no puede evitar grandes gemidos. Nos alistamos y nos despedimos. 

Espero les haya gustado, dejen sus comentarios.