Siempre he creído en el pode de la palabra y en la carta del billón. Creo en ello como los alquimistas en su ciencia, incluso temo de su poder y de los umbrales qué es capaz de abrir. Al dirigirme a ti me arriesgo a entrelazar dos mundos paralelos distantes entre sí; sé qué no has pedido ser sumergida en esta complicidad y antes de continuar me excuso por lo comprometedor del asunto aunque sin mucho remordimiento pues soy más de perdones qué de permisos... incluso también de pocas disculpas.

Siempre me he preguntado cual es la llave capaz de abrir todos los universos, todas los umbrales y las mentes más blindadas, me pregunto cuál es la combinación de palabras capaz de corromper los pensamientos más castos, la mente más pura, me he preguntado sobre cual fuese tal combinación capaz de derribar de un zarpazo el código moral; para recitártela lennnnnntamente mirándote a los ojos. Quisiera encontrar esa llave o combinación de palabras para hacer caer sobre mí todo el código penal. Posdata quemar después de leer esta poesía maldita, qué no quede rastros qué existió siquiera tal planteamiento qué trato de derribar los derechos morales de la humanidad, no quisiera ser acusado con leyes qué aun no existen.