Aquel día, cuando llegue a mi casa, todavía no podía creer que hubiera tenido una verga dentro de mi, trataba de recordar todas las sensaciones, el dolor al ser introducido el pene y el posterior placer que se siente, pero como todo fue tan rápido todo era difuso. La única solución era volver a tener otra relación. Por aquel tiempo, a mis 30 años, por fin logré independizarme y pase a tener apartamento propio aunque arrendado. Fue así como empecé a comprar mis cosas y entre ellas un computador. Fue una buena idea ya que yo chateaba en salas gay de latinchat, pero me tocaba ir a sitios de internet por lo que era muy incómodo tener conversaciones subidas de tono. Con mi propio computador ya podía hacerlo más tranquilo. En esa época para poder comunicarnos más personalmente se utilizaba el correo y el Messenger. Fue así como conocí varias personas, y me tocó comprar una cámara y una diadema para poder acceder a vídeo y audio. Era increíble ver como querían mostrarme sus vergas, sus culos, masturbarnos juntos y corrernos juntos. Yo también les mostraba mi culo, cuando decían separate las nalgas y mi culito se veía todo para aquellos golosos por probarlo, por meter su lengua y su pene y venirse dentro de mi. Yo llevaba la idea para que todos disfrutaramos. Fue así como hubo dos años en los cuales conocí varias personas, solo repetí el sexo con una, un empleado de banco, moreno, pinta y con una verga gruesa que me dejaba una tronera cuando me la sacaba. Definitivamente era un buen amante, de la primera vez solo me acuerdo que aprendí la posición de pollo asado y la de perrito, en está posición podía sentir como sonaban mis nalgas cuando me embestida con su pene. Con él sucedió una segunda vez, vivía en Chapinero, y preciso cuando fui cayó tremendo aguacero, así que me moje totalmente. Cuando llegue a su apartamento lo primero que hice fue quitarme la ropa y secarme después de que me prestará una toalla. Pasamos a su cuarto y a su cama, se acostó, tenía un blue jean azul así que comencé a abrir su cremallera donde se veia un boxer negro que dejaba ver su pene ya erecto, lo toque con las manos y pasé mi cara por encima del boxer. Me dijo que se la mamara pero le dije que lo hacía pero con condón. Así que se levantó se quitó el blue jean y el boxer colocándose un preservativo, que después supe era sabor a cereza. También trajo lubricante anal. Comencé pasando la lengua alrededor de su glande y me iba metiendo poco a poco la cabeza, lamía desde la raíz y luego me la metía toda. Me dijo que le lamiera las huevas pero yo dije que no, lo hubiera hecho ya que eran grandes y llenas de leche. Luego se colocó boca arriba y me indicó que me pusiera lubricante en mi ano y que me sentará en su pene. Está posición nunca la había probado, así que me arrodille en la cama, separé mis piernas una a cada lado de su cuerpo y cogí mis nalgas separandolas mientras él sostenía su verga con una mano esperando que yo me sentara. Empecé a sentarme, primero sentí la cabeza de su pene mientras sentía como mi ano se estaba abriendo sintiendo un dolor terrible, tanto que ya iba a arrepentirme pero mi amante dijo resiste, toma aire y sueltalo suave. Eso empecé a hacer y esa verga gruesa empezó a entrar poco a poco. Hay como cierto límite en el trayecto de introducción del pene cuando ya deja de ser doloroso, fue así como de un momento a otro la tenía toda dentro. Empecé a levantarme poco a poco sintiendo cómo se abría mi culo, pero no me la saque sino que volví a sentarme. Que rico se sentía, está posición es la que más me gustaba, dentro de las que ya había aprendido. Estuvimos así un rato, hasta que me dijo que cambiaramos de posición colocandome en cuatro, su pene entro más fácil, sin dolor, y comenzó ese bombeo, metiendomela hasta el fondo, solo sentía sus testículos chocando con mis nalgas, hasta que se vino dentro de mí. Esa fue la última vez que nos vimos, aunque él quería que fuera un día y me quedara toda la noche. Pero decidí que era mejor no volver. Fue así como conocí también otras personas, pero eso será tema de otro capítulo. Posdata: mientras escribía este relato no pude evitar excitarme y masturbarme.