Después de suceder todo esto miraba los hombres en la calle, en Transmilenio, en los buses tratando de sentir algo, pero no sentía ninguna atracción, es decir, continuaba siendo heterosexual pero acostándome con hombres. Seguí chateando y tuve varios encuentros sexuales donde solo hubo sexo oral, de mi hacia ellos y por supuesto con condón. En una de esas conversaciones le propuse a otro pasivo como yo que nos encontráramos e hiciéramos un 69. Cosa que nunca había probado pero que también es delicioso hacer. Estuve en dos ocasiones a punto de hacer un trío, ya que habíamos quedado con una persona pero cuando llegue ya había otra persona allí, eso fue en una ocasión, y en la otra cuando el personaje me estaba mamando la verga llegó otra persona. En los dos casos me eché para atrás y me retiré. Tal vez, hubiera sido rico probar también está experiencia. En una ocasión me encontré con un tipo alto, mono, crespo, blanco y con la verga más grande y rica que he probado. Para penetrarme me coloco en posición de pollo asado pero me la metió toda de una, por lo que me dolió. La sacó inmediatamente asustado. Me puse de pie por el dolor y dijo que me la dejara meter de nuevo y así lo hicimos en posición de pie, me la fue introduciendo poco a poco pero como era grande y gruesa y mi culito apretado se vino muy rápido. Fueron dos años de estás experiencias después no volvieron a suceder. Y como ya se está haciendo larga mi historia volveré a mi relato sobre mi fantasía, en el próximo relato.