Luego de que se viniera en mi boca y ver su cara de goce y disfrute, nos quedamos acostados en la cama, disfrutando del momento, deseándonos mutuamente y llenándonos de ganas para continuar con nuestra locura.

Me encanta jugar con él y él sabe, lo aprueba, lo disfruta y por ende se deja. Mientras él seguía tendido en la cama, me paré por un momento para darle una buena sorpresa. Entré al baño y saqué de mi bolso unos lindos ligueros de color blanco, los cuales se ven muy bien en mi cuerpo y mi piel morena. Soy una hermosa mujer de estatura media, de cintura pequeña y de nalgas deliciosas como este hombre me dice, por esa razón quería provocarlo de esta manera.

Al salir del baño le pedí que cerrara sus ojos por un momento, y me acosté boca abajo en la cama, completamente para él, con ganas de ser devorada literalmente. Una vez abrió sus ojos, pude ver la forma morbosa con la que miró, tenía fuego en sus ojos....y su cuerpo respondió rápido y de la manera que me gusta a mí. Su pene comenzó a pararse y a ponerse grueso, cosa que me llena de morbo a mi, pues me declaro adicta a su pene. Comenzó a besarme los muslos por detrás mientras con sus manos me agarraba de la cintura. Yo estaba muy nervisosa porque hace mucho tiempo no estábamos juntos, pero a la vez me sentía más caliente que nunca, y practicamente quería que el me hiciera lo que se le antojara. 

Luego sus besos se apoderaron de mi espalda, de mi cuello, de mis orejas. Mientras el me besaba con fuerza, podía sentir su pene parado rozando mis nalgas, por lo que comencé a moverlas de manera provocativa, solo para que el se excitara más y supiera que era toda suya. Sus manos se deslizaron hacia mi vagina, y con sus dedos pudo darse cuenta lo emparamada que estaba. El sabe como me mojo por completo con sus besos, con sus caricias, con su pene. Mientras jugaba con mi vagina y me calentaba más y más, me puso en 4 en la cama de aquel motel, en frente de un espejo. Los dos miramos hacia este y con una sonrisa admitimos que era el momento de comernos mutuamente, pues yo no aguantaba que siguiera jugando conmigo y que no fuera penetrada. Nos besamos un momento mientras el quitaba mis tangas y dejaba mi vagina completamente descubierta, emparamada y caliente para ser comida. Luego me quitó el brasier y agarró suavemente mis tetas, beso mis pezones con suavidad hasta que quedaron duros y parados por completos. Le susurré al oido que deseaba que me comiera ya, y por eso tomé su pene y lo puse en mi boca por un momento.

Volvió a ponerme en cuatro frente al espejo, y sentí como desde atrás su pene tocaba mi vagina, abriéndose paso para penetrarla por completo. Entró demasiado fácil, en este momento estaba completamente húmeda. Comezó a penetrarme suavemente mientras con sus manos me cogía del pelo, algo que me excita demasiado. A la vez que el me penetraba, yo iba moviendo lentamente mis nalgas para calentarlo mucho más, para provocarlo, para ponerlo más arrecho y que de esta manera me hiciera el amor como si no hubiera un mañana. Mis gemidos  no se hicieron esperar, aceleramos el ritmo mientras su pene entraba y salía produciendo más y más placer y morbo en mi, sus testículos chocaban contra mí, y las gotas de sudor de su pecho caian contra mis espalda. Sin darnos cuenta ya tenía mi espalda muy mojada, mientras este hombre seguía dándome fuertemente por detrás, comiéndose mi vagina de la manera más deliciosa que hay.

Me soltó el pelo, y poniendo sus manos sobre mis tetas erguió un poco mi cuerpo hasta que quedamos ambos arrodillados. Pude ver en su cara su deseo hacia mi, sus ganas de venirse dentro, de llenarme con su rico semen. Yo no aguantaba más y le pedi que se viniera rápido ya que yo estaba a punto de estallar....Pues así fue, estallamos los dos casi al mismo tiempo y puedo recordar con detalle su cara transformada de placer y reflejada en ese espejo, de aquel motel, de nuestro delicioso encuentro....

Confieso que quiero seguir devorándome a este hombre, si lo hago les contaré de nuevo.......