Salí de trabajar y me encamine al bar donde había acordado una cita a ciegas con una mujer de 50 años (yo tengo 58 y vivo solo). Estuve algún tiempo a la espera y mientras saboreaba una cerveza fría. Al poco rato vio entrar a lamujer envuelta en una gabardina negra, se sentó en la mesa y antes de sentarse se quitó el saco y debajo traía un vestido cortísimo que dejaba ver unas piernas hermosas y bien torneadas ; la mini dejaba muy poco a la imaginación y casi podía adivinar su abultado sexo entre las piernas . Todo era luz a su alrededor, pidió una cerveza. No podía dejar de verle las piernas. Un buen rato momento le dije: te ves mejor en persona que en las fotos.

Ella sonrió y me agradeció el piropo. Acerque mi silla frente a ella y charlamos un raro de todo y de nada. Creo que ambos disfrutamosal descubrir que ninguno era del clásico ¿trabajas o eres ama de casa ?

Yo no podía quitar la vista de las piernas hermosas que tenía enfrente, mi peney mis emocionesse aceleraban, se me calentaba el cuerpo. Nunca había visto una madura tan sensual. Ella se paró y dijo: voy al baño, enseguida regreso. Cuando regresó se sentó frente a mi nuevamente y, al cruzar las piernas, sentí que me moría; la mujer se había quitado las tangas. Ahora veía claramente su vagina húmeda y de labios suaves, rasurada, muy sexy, jugosa e invitante. Ahora ya Tenía una erección tremenda y sentí que si no hacía algo al respecto me iba a morir. Recordé una película que había visto hacía algún tiempo donde la artista le hacía lo mismo a un grupo de policías. Ahora solo estaba fantaseando con tener esas piernas alrededor de mi cuello.

Finalmente decidimos salir de allí. Ella como si nada, me conto que una de sus fantasías era que le hicieran el amor en un taxi. Pues sin pensarlo, paramos el primero que pasó por allí y subimos; me preocupo que el taxista pudiera ver lo que haríamos.

sin embargocomencé a besarla, a pasar mis manos por las piernas y sus tetas, ella tomó mi mano y se la puso en medio de las piernas ; comencé a frotar los labios vaginales y el clítoris, de vez en cuando metía los dedos lo más profundo posible y los movía por dentro. La mujer gemía de placer; el taxista se veía medio incómodo. Yo le pregunte al oído: ¿no te molesta que nos vea? ella dijo no, me excita, ¿no sientes lo mojada que estoy? Si, mis dedos se movían con facilidad, mientras ella bajaba el cierre de mi pantalón y sacaba mi vergapara comenzar a acariciarlo, suave pero rápidamente.

Lo apretaba con la mano y lo subía y lo bajaba, pobre taxista, pensé para mis adentros: ojalá le dé buen servicio a su esposa cuando llegue a casa. Ella se agacho y puso mi pene en su boca, le dio algunas mordiditas en la punta y luego comenzó a meterlo y sacarlo, cada vez más profundo mientras su lengua corría alrededor de su glande. Casi podía sentir su garganta aprisionándolo. ¡Qué placer! Después se enderezó y me dijo: entra.

Se puso de lado y yo coloque mi verga en la entrada de su vagina mojada al máximo yla penetre, comencé a entrar y salir, a moverla arriba y abajo; ella seguía gimiendo de placer. Aumentamos el ritmo y ella dijo: córrete conmigo. Siiii, dije casi en un gemido gutural. Ella comenzó a tener su orgasmo con movimientos violentos y estirándose. Yo le tape la boca pensando en el pobre taxista. Ella pegaba la cara a la ventanilla, ledije que ya me iba a venir, nos movimos más rápido y al fin comencé a eyacular, y solo me detuve cuando llene su vagina de mi leche.

Solo recuerdo mi despertar al dia siguiente en mi cama, Un gemido profundo medespertó de un placentero sueño. El cuerpo de aquella mujerestaba sobre mí balanceándose y gimiendo. Ella me dijo: te vi durmiendo tan rico y tenías “eso” tan parado que decidí aprovechar. Ándale a bañarte porque vas a llegar tardeal trabajo. Me levante como pude, me duche, tome un medio desayunó que ella había preparado y me fui al trabajo un poco aturdido y pensando si ella estaría allí a mi regreso.