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Y sucedió.

Aunque ya la habíamos pasado genial, quedó algo en el aire que de algun u otro modo, nos llevaba a desearnos y morbosearnos de cuando en vez, pero sin concretar nada. Sus múltiples ocupaciones no permitían llevar acabo un nuevo encuentro. Pero no perdimos contacto; con fotos, videos y palabras siempre cargadas de deseo y lujuria, manteníamos ese hilo rojo por un buen sexo. Uno no coincide con cualquiera, estamos en la misma sintonía. Él siempre ofreciéndome el placer de su mujer, y yo atenta y dispuesta a complacerlos.

Esta vez más tranquilos, más abiertos, sin temores, contemplando cualquier posibilidad y prestos a lo que la noche nos brindara. Ella de viaje, él en su apartamento y yo en mi trabajo. Diferentes lugares, pero con un mismo deseo: Follarnos. Ella inicia la conversación con un: “Ustedes dos me tienen desde hace días palpitando mi vagina” … que te puedo decir; inmediatamente, vuelven a mis los recuerdos de tan majestuosa noche decembrina, que, por cierto, no creí que fuera a ocurrir. Y ahí estábamos de nuevo, morboseandonos, enviándonos fotos que quedaron de aquella noche. Comentábamos los instantes más intensos que vivimos. Con más confianza y una no muy lejana casualidad, nos estábamos programando para un nuevo encuentro. Ella me enviaba fotos de la verga de su hombre, ofreciéndomela, pidiendo que se la mamara como una perra, que lo tragara completamente. Le respondí que lo haría con mucho gusto; y que también le lamería esa cuquita rosada deliciosa, tanto que pidiera chimbo. Y así comenzamos a subirle el tono a la conversación. Él nos envía un video de lo que le gustaría que le hiciéramos en la verga: mamársela al mismo tiempo, sacarle toda su leche y jugar con ella. Super caliente ese video. Sin mucho tiempo de espera, a los 8 días nos volvimos a ver. Esta vez, el abre la puerta del apartamento, lo saludo, tranquilo. Pero sé que su pantalón contenía una gran embestida de la cual estábamos dispuestas a recibir. Ella, encima de un sofá terminando de organizar el árbol de navidad. Siempre bella. Su cabello un poco más corto que la primera vez, pero con sus tonos de colores llamativos, haciéndola lucir bella. Vestida de negro, con un escote profundo, una cadena dorada, sus uñas impecablemente maquilladas, su rostro reluciente, es sencillamente hermosa. Con paso acelerado llegué hasta ella y la abracé. Sonreímos con complicidad, con picardía, con deseo, con morbo, con ganas de comernos. Antes de eso, salimos un rato a tomar algo. Llegamos a una licorera y nos sentamos. Ahí iniciamos la nueva noche. Ella y yo morbosas, libres, sin tapujos, sin complejos. Estuvimos un rato allí. Compramos algo de comer, tomar y regresamos al apartamento. Ella tenía un body narciso color negro. Por su color de piel le quedaba espectacular. Sensual esa mujer. Antes de todo, ella se acerca tímidamente con un regalo. Era un plug, para mí. Lo vi y me encendí, igual o más que ella. Nos empezamos a besar en el sofá. Él ya estaba desnudo, pero nosotras nos besábamos, no nos percatamos en qué momento él se quitó la ropa. Después de largos besos, ella me pide que me recueste en la mesa. Me abro de piernas y ella inmediatamente posa sus labios sobre me vagina mojada y palpitante. Ardíamos en el más profundo placer, nos dejamos llevar. Todo al natural, todo fluyendo. Él con mi celular tomaba fotos y videos (tengo la mejor galería), ella lamiendo mi clítoris a punto de estar, toma mi plug, aplica un poco de aceite y lo introduce en mi ano. Abro más las piernas y las levanto, le ofrezco todo y ella se apropia magistralmente de mi culo y vagina. Perversión en su mirada, locura en cada lamía. Introducía sus dedos en mí y cada vez más mojados. Me bajo, la siento en el sofá y al ritmo de un reggeton bailo sobre ella. En contacto nuestras vaginas, húmedas. Deseosas de mucho chimbo nos pusimos en cuatro, ese hombre tenia el chimbo a punto de estar, pero antes de las clavadas, nos tomó foto, mientras ella aceitaba mi culo y yo luego hacia lo propio. La clava a ella primero, era tan rico volver a escuchar sus gemidos. Nos fuimos prendiendo más, él más caliente, con su verga grande, dura, venosa y nos empieza a dar chimbo. Mucho chimbo, ella lo cabalgaba, luego yo. La puse en cuatro, le lamia su culo, nos poseímos con mucho morbo. Cada lugar del apartamento lo recorrimos dejándolo impregnado a sexo. Ufff, mamadas, clavadas, chupadas de tetas. Todo era maravilloso. Ese hombre nos dio tanto chimbo, no se cansaba, cada clavada era más y más profunda. Que rico fue todo. Tiempo después, casi agotadas, entre las dos mamamos su chimbo y lo hicimos como en aquel video. Recogí su leche y se la escupí en la cara, en la boca, que le callera en las tetas. Extasiados dormimos, al día siguiente más chimbo, más clavadas, más mamadas, mas y más sexo, ese del que pocos ofrecen, ese sexo que te libera, que te relaja. Esta vez si fue un finde completo, hasta que me fui…No se sí nací para ser la mujer que no pertenece a nadie, que quiere todo con fuego por cada experiencia que luego se vuelve obsesión por la libertad, esa libertad que asusta a los que tienen hogar. A ellos gracias, me hacen creer cada día más en la bondad de los extraños.

devora9101

Soy mujer heterosexual

visitas: 1559
Categoria: Microrrelatos
Fecha de Publicación: 2021-12-14 21:53:27
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3 Comentarios

Que rico yo quiero un salida contingo

2021-12-15 08:29:33

Gran relato, Una maravillosa perra.

2021-12-15 01:17:09

Que afortunados son los tres.

2021-12-14 22:30:34