Por mis 19 años estaba descubriendo mi bisexualidad, siempre había salido con mujeres y me encantan, pero esa noche sentía la necesidad de un cortejo masculino, sentirme deseado por un hombre me enloquecía y decidí darme un gusto. En la ciudad los bares gay son bastante escasos y comerciales por lo que es normal ir a tomar en esos sitios sin levantar sospechas.siempre he sido consiente de mi atractivo, tengo caderas grandes, buenas nalgas y jugosas piernas, además de una apariencia varonil que nunca me han negado una fanaticada. Esa noche decidí aprovechar todo y colocarme un pantalón blanco que marcaba mi culo como un guante. Al llegar al sitio fui al baño y mire como se me marcaba el bóxer casi como un cachetero, me encantaba lo que veía y estaba seguro que a otros también les gustaría.

La noche transcurrió con normalidad, varios tipos de diferentes edades se me acercaron y regalaron tragos y charlas amables, pero nada que me llamara la atención, una pareja de lesbianas y yo hicimos migas, hablamos durante un buen tiempo y compartimos contactos, al parecer mi bisexualidad les llamaba la atención y querían que hiciéramos algo, pero todo cambio después de la media noche.

Mis amigas las lesbianas acababan de irse y yo estaba solo disfrutando de mi última cerveza algo frustrado, todos en el lugar estaban emparejados ya y no tenia muchas esperanzas cuando lo vi, un tipo de mas de dos metros, negro y maduro entro al lugar, se veía imponente y un enorme bulto marcado en un pantalón color mostaza hizo que mi ano palpitara de emoción, era lo que estaba buscando y por el espejo de la barra pude ver que yo era lo que buscaba él. El tipo paso detrás de mi frotando su pelvis en mis carnosas nalgas, juro que pude sentir como se encajaba entre mis dos mejillas y luego al salir me hacía vibrar la carne.

El tipo se sentó en una mesa para dos vacía, estaba tomando una botella de tequila, Don Julio reposado seco y al clima, lo vi reducir la botella a la mitad y mas o menos como a las 3 am levanto el vaso en señal de invitación, camine hasta el y vi como había otro vaso servido en la mesa, lo tome y bebi de un sorbo, pero fue más de lo que podía manejar, mis orejas y nariz se calentaron y durmieron y el sonrió con mucha malicia.

Hablamos un poco hasta que la encargada nos pidió que saliéramos pues iban a cerrar, el enorme sujeto se ofreció a pagar mi cuenta, pero todo estaba pago, al salir la calle estaba muy sola, me preocupaba que me vieran saliendo de un bar gay a esas horas con un tipo así, pero todo estaba muy discreto la noche era perfecta y el tipo la corono diciéndome que si quería lo acompañara a su apartamento que quedaba a un par de cuadras.

Mientras caminábamos pude sentir como el alcohol llenaba mi sangre, al subir las escaleras y llegar a la puerta de su apartamento me desmaye, no se decir aun porque, pero me desperté al rato ya en su sofá, era aun de noche por lo que seguro solo fueron un par de minutos, ya no tenia zapatos ni suéter y pude sentir como el se acercaba, me hice el dormido y espere a ver qué haría él.

El tipo se acerco a mi cara y pude ver entrecerrando los ojos que se quejaba, al parecer no le gustaba la idea de que me hubiese quedado dormido, lo vi salir de la sala a una habitación y escuche como se desabrochaba el pantalón, al escucharlo volver cerré más mis ojos, podía sentirlo caminar por ahí y entonces se paró frente a mí, se estaba masturbando con largos movimientos y luego de un momento me quito el pantalón y me llevo al cuarto.

Me acostó a borde cama, mis piernas quedaron en el limite del colchón haciendo que mis nalgas quedaran al aire, el bóxer que era lo único que me protegía salió disparado de mi culo dejando mi trasero vibrando, el tipo acerco su cara y comenzó a oler, pude escuchar un uy lleno de satisfacción y luego sentí un escupitajo, mi ano ahora estaba bañado con la saliva del tipo y pude sentir como un enorme dedo intentaba entrar, lo movía con bastante cuidado y sacaba con mucha técnica, luego entraba hasta que pudo meterlo del todo, era enorme y casi dejo salir un gemido pero no dolió ni un poco, lo escuche decir hoy estoy de buenas, para estar así de apretado tienes que ser señorita.

Inconscientemente y por el temor había colocado mis pies empinados y no se si el tipo se había dado cuenta pero mis nalgas ahora estaban arqueadas, escuche como se retiraba el condón que al parecer tenia puesto y destapaba una botella con un liquido que dejaba caer en mi culo, mis piernas escurrían mientras el tocaba mis nalgas y ano, un segundo dedo entro en mi y deje salir un gemido, voltee a verlo y estaba ahí de pie, sin ropa, parecía un enorme albañil con un pene tan grande como nunca lo he visto, ni siquiera en el porno. El tipo comenzó a sonreír y me dijo menos mal no te vas a perder de tu primera vez, debería estar molesto ese tipo me iba a violar, pero quería que siguiera, tome mis manos y separe mis nalgas pidiéndole que tuviese cuidado, el tipo dejo caer un chorro de lubricante en su verga y acomodo su glande en mi ano. La cosa era enorme, podía sentirla frotando mis nalgas que estaban muy abiertas, el tipo reía mientras acercaba y alejaba su glande, yo podía sentir como mi ano palpitaba intentando tragarse tan enorme pedazo de carne.

Siguió así por varios minutos hasta que en un instante casi sin esperarlo comenzó a dejar caer un chorro más de lubricante, pero no dejo de empujarlo, la verga negra entraba incesantemente en mí, el tipo se pego a mi culo y pude sentir como mi estomago estaba lleno, no me dolió ni un poco pero definitivamente lo sentía, quería que saliera y cuando salía quería que entrara. El tipo se movió una y otra vez mientras me tomaba de las caderas o daba nalgadas, seguía haciéndolo fuerte y rápido hasta que comenzó a gemir, yo todo ese tiempo había estaba gritando de placer y entonces el con mucha fuerza lo empujo todo en mí, un líquido caliente lleno mis entrañas y al sacarlo de mi culo la leche escurrió por mis piernas.

Solo hicimos eso en esa ocasión, resulta que el tipo era casado y su esposa estaba de vacaciones, intentamos hacerlo dos veces más pero siempre ocurría algo, incluso fuimos a hacernos exámenes de es pues se lo pedí, pero todo estaba bien. Al final la esposa descubrió dos conversaciones y tuvimos que dejar de vernos, pero daría lo que fuera por un negro así de nuevo.