En esta segunda parte del relato no he de omitir nada, y seré profundamente sincero, aquella vez disfruté de tal manera que el recordarlo solo me hace imaginar que lo estoy viviendo.

El ver a Paola, que se tragaba mi verga caída, pero que mientras tanto me metía lentamente dos dedos en el culo, causó una exitación profunda, mi pene se volvió a parar y yo solo disfrutaba de la sensación de ver cómo ella me lo mamaba y y me miraba, y sobre todo, mientras no dejaba de penetrar mi culo ; me miraba, me encantaba contemplar a aquella mujer, a la que me le había comido el culo, (perdí mi virginidad de comer un rico culo) me gustaba ver el rostro de esa mujer que me mamaba la verga,  ver los ojos de ella, sentir sus dedos en mi culo e imaginar que seguiría las ordenes de esta mujer, así es, solo deseaba hacer lo que ella quisiera. 

Después que pasó un rato saboreando mi pene, me metía los dedos y en ocaciones me lamía con su lengúa mi culo, se paró, me besó; me gustó hasta más no imaginar el sabor de aquella boca, de aquella lengua que besaba, esa lengua que ha estado en aquel lugar, en aquel lugar que nunca creí alguien iba a saborear, mi culo. Mientras la besaba y ella no dejaba de meter sus dedos en mi culo me dijo que quería que le hiciera lo que su marido no le ha hecho, que le hiciera oral, que le recorriera toda su vagina, que le metiera la lengua, que se la metiera lento, rápido, como fuera, que me quería ver cómo lo hacía, y quería verme meter mi lengua en su culo. Yo no lo dudé, hice uno de los más ricos orales que he hecho hasta el momento, pero antes de bajar mi lengua a esa rica vagina, mojada y que quería sentir, le pregunté: Por qué su marido no le ha hecho oral? Ellla me respondió que porque sabía maluco, que le daba asco. Yo solo disfrute ese sabor, lo saborié con el mayor de los gustos; lentamente fui besando el abdomen de Paola, despació, besé sus senos, y bese sus labios, y sin nada más le separé las piernas, y despacio despacio, penetré su culo, rico culo. 

Y sentí el gozo de sentir una lengua en mi culo. Una lengua de una mujer que recuerdo con anhelo y deseo.