Habíamos conversado casi diario, compartiendo fotos y en lo que andaba cada uno, aunque para mí es fundamental una primera salida para conocer en vivo y en directo al personaje al otro lado, con él al manejar este ritmo, sentía que ya se había dado esa primera cita. La semana anterior la conversación subió de tono, nos calentamos mucho, me propuso visitarme para darme un masaje para mi dolor, pero me negué, sabía que mi piel probablemente no se resistiría a un contacto de ese tipo, le dije que detrás del masaje se daban otras cosas y que yo no me sentía bien, entonces definimos una fecha para esta semana, pero hoy en vista de que seguía enferma decidí avisarle que el plan debía ser aplazado.
Ingenuamente, de una vez compartí mi ubicación y empezó un juego lleno de adrenalina, él pensó que le estaba diciendo que viniera de una vez, después de aclararle, mi mente se dañó al escuchar la propuesta de recibir una corta visita para recibir unos cuantos besos. Terminé mis reuniones, almorcé, hice algo personal con lo que me había comprometido y mandé el mensaje abriendo la puerta a que podía venir. La tarde estaba oscura, se veía que iba a llover, desplazarse desde el occidente de la ciudad hacia el sur en esas condiciones se vuelve tedioso, así que esperaba una excusa, sin embargo, me dijo que se organizaba y arrancaba. A las 3 PM apareció, en medio de la lluvia bajé al parqueadero y cuando me subí recibí un saludo con un beso corto, estaba nerviosa y la mejor forma de no demostrarlo era hablando sin parar, entonces empecé a contar una y otra historia, después me interrumpió con otro beso más largo, él sabía que debía tomar la iniciativa, porque, aunque soy bastante arriesgada y de mente abierta, esa parte me cuesta. Ese segundo beso empezó a hacer subir los ánimos, no queríamos parar, me empezó a tocar las piernas, los senos, la cintura, nos fuimos acomodando, la adrenalina de estar en un sitio semi público me tenía angustiada pero excitada, debía regresar, pero no quería, entonces le dije que parara. Conversamos unos minutos y volvimos a arrancar, hacía rato no sentía tanta calentura con besos y parecía que lo sintió, me dijo que nos fuéramos para la parte de atrás del carro y aunque ganas no me faltaron, tuve que pensar y decir que no, entonces me dijo que lo dejara sentirme y creo que fue peor, lo que sería una despedida nos hizo antojar más, yo estaba extremadamente mojada, sin darme cuenta mi mano estaba en su miembro, ya estábamos en otro nivel, no se como fui capaz de detenerlo y despedirme, creo que le dije que meditara para equilibrar la energía, me bajé del carro y regresé a trabajar, veía lo que estaba haciendo, pero mi mente fantaseaba con el encuentro aplazado que sería mitigado con unos besos, pero en vez de alivianar las ganas lo que hizo fue explotar una bomba!!!