RELATO

“MI ESPOSA Y PAUL”

Hola, soy Jose y quiero compartirles este primer relato que, espero sea de su agrado y excitación. 

Les voy a contar como mi esposa Vanessa conoció a “Paul” aquí en Guía y como se lo comió en nuestra cama, mientras yo era testigo de todo.

Vanessa es blanca, mide 1.54 cm, cabello largo, busto 34 b de caderas amplias y con una vagina rosadita y depiladita.

Y yo soy Jose, tengo 57 años, cuido mucho mi cuerpo con ejercicio, mido 1.67 cm y soy un poco calvo, que por el contrario de lo que se piensa, me ha hecho parecer atractivo para algunas mujeres

Desde hace muchos años, Vanessa y yo disfrutamos de nuestra sexualidad sin límites ni ataduras, siempre y cuando, ambos tengamos conocimiento de lo que hace el otro. Han sido años de múltiples placeres y orgasmos en pareja, que hacen que hoy nos amemos cada día más.

Resulta que mientras yo me encontraba por fuera de la ciudad, en un viaje de trabajo, Vanessa llevaba un mes chateando en Guía, con Paul un hombre de 45 años, que trabaja haciendo películas para adultos. A mi esposa, lo que más le llamó la atención de Paul, fue que su verga era gruesa y medía 23 cm. 

Vanessa, me hablaba mucho de él, cada vez que hablábamos por teléfono. Yo la notaba que se emocionaba mucho cuando el tema era él. Ambos tenemos un acuerdo, de que ella solo puede tener sexo con otra persona, solo hasta que yo lo haya conocido y me genere confianza.

No fue, sino que yo regresara a la ciudad, y Vanessa ya había acordado una cita, al día siguiente, para conocernos con Paul. Vanessa sentía nervios y ansiedad y maripositas en su cuquita. Entonces, llegó el día y, nos encontramos en un café, con Paul, cerca de nuestro apartamento.

Vanessa, nos presentó y mientras tomábamos un café, establecimos las condiciones para que ellos pudieran hacer realidad lo que, durante un mes, habían fantaseado. Paul, me pareció un tipo agradable que se puso nervioso al ver a Vanessa con un vestido estampado de tiritas. Yo, al ver a mi mujer así, mi miembro estaba que me rompía el pantalón. 

Normalmente, acostumbramos a que, en otra cita, Vanessa salga sola con el tipo, sin embargo, me sorprendió, porque Vanessa me dijo: ¡Amor! Me quiero comer a Paul, no aguanto las ganas y mi cuquita lo quiere tener adentro. Además, no acostumbramos a llevar a los conocidos a nuestro apartamento, pero era tanto el deseo de Ana por comerse a Paul que accedimos.

Mientras yo iba manejando, Vanessa y Paul iban en la parte trasera; Vane empezó a besarlo y como no tenía Brasier, se bajó el vestido para que Paul le tocara y besara las tetas, que recuerden son 34 b.

Yo no sé como logré manejar y llegar hasta el apartamento, pues la verdad, era la primera vez que veía a mi mujer con otro hombre. Eso me excitó mucho.

Cuando subimos al ascensor, Vanessa nos besaba a los dos, intercaladamente y nos tocaba los miembros que estaban super empalmados. Llegamos, y ellos se fueron directamente a nuestro cuarto y, Yo me quedé en el estudio, escuchándolos gritar de placer.

Vanessa me contó que cuando entraron al cuarto Paul, se desnudó y ella solo se quitó el vestido, quedando en tangas. Vanessa, notó que Paul estaba Parolo, la tenía grande y gruesa como había dicho y derechita apuntando al cielo raso. Todo eso lo provocó mi hermosa mujer.

Me contó Vanessa que, no aguantó las ganas, y de una, se abalanzó a chupárselo como si nunca hubiera visto una verga.

Cuando Paul, comenzó a penetrar a mi mujer (Yo desde el estudio escuchaba y me sobaba), cuenta ella, que le pasó algo que nunca le había sucedido: tuvo múltiples orgasmos cortos pero continuos.

Estuvieron así casi por dos horas, después del segundo polvo, Vanessa salió del cuarto para pedirme que les sirviera dos copas de vino. Aprovechamos para besarnos y ella me dio varios chupetones en mi pene. Vanessa volvió y se encerró con Paul, después de que yo les llevara las copas de vino.

Algo que me sorprendió fue que mi mujer y Paul no hubieran usado condón, era tanta la arrechera de ella. Vanessa y Paul se fundieron en un excitante y delicioso 69. Paul tiene mucho control, entonces no se corre tan rápido, logrando deleitar a mi esposa por mucho rato.

Cuando se fue Paul, Vanessa y yo tuvimos sexo de otro nivel. Me excité más de lo habitual, ya que tuve la oportunidad de limpiar la cuquita de Vanessa que estaba inundada del semen. Saborear el semen de Paul en la vagina de Vanessa, me puso como loco, la dejé limpiecita -Uff que sabor tan indescriptible- Vanessa se me sentó en mi cara para que le corriera todo el residuo de semen. Ambos nos besábamos fusionándonos en un gran beso blanco.

Si les gustó, déjennos sus comentarios. Después les compartiremos otras experiencias y fantasías realizadas.