Habían pasado como 20 minutos, desde la hora programada, iba un poco retrasado y eso me tenia ansioso, pues soy muy cumplido en mis citas, y más por las expectativas que el encuentro de hoy me generaba. Yo pedí la cita a través del Instagram, pero ella no sabia que era yo, que era su amigo de Guía Cereza.

Cuando llegue, ella se sorprendió y los nervios la invadieron inmediatamente, pero apelo a su profesionalismo y me hizo pasar a su consultorio, un lugar cálido, con luz tenue y velas aromáticas. Pasado un tiempo, cuando ya teníamos más confianza, me confeso que cuando me vio, su vagina comenzó a palpitar, que mientras nos tomábamos el primer café cruzaba las piernas con fuerza, porque no resistía las ganas que le inquietaban su entrepierna.

Charlamos un poco de cosas triviales, pero las miradas se cruzaban, decían todo, nos desnudábamos, yo le miraba la boca con deseo y ella lo notaba, le encanta sentirse deseada, le encanta la energía sexual de mi mirada.

Empezamos la terapia de una manera super normal, pero yo no podía tener mucha concentración, a pesar de que sentía profundamente la energía y fuerza de sus manos, el calor y la buena vibra del momento. Veía su boca, sus labios, su figura. Trataba de que cuando se acercara, ella que estaba con canales abiertos sintiera todo mi sexo latente. Sin embargo, ella continuó su trabajo con todo profesionalismo, pero yo concentre toda esa energía.

Al final, al momento de despedirnos, le cogí la mano, ella se dejo con mucho agrado y la acerque hacia mí, yo aun sentado en la camilla, la traje hacia mí y la bese, ella dejo que sus tetas, pasaran por mi cuerpo.

Ese beso fue impactante y delirante, estaba toda esa energía ahí concentrada, de inmediato se me puso durísimo y ella lo sintió, yo me volteé y comencé a besar su espalda, su cuello y ella también comenzó a excitarse a pegar su cola contra mi pene.

Metí la mano por debajo de la camisa que tenia puesta y agarre sus senos, de una manera delicada pero firme, además pude notar que estaban parados, llenitos, deseosos; esto fue una señal y aproveche el ímpetu para bajar la mano a su cosita, corrí delicadamente las tangas y la toque.

Era tibia, húmeda, palpitante, entre más adentro mas caliente, más mojada, más dispuesta. Con sensaciones físicas y percepciones sensoriales. Es difícil poner en palabras, pero toda esa canalización de energías estaba allí, presente concentrada rebosante, como un volcán que burbujea y se ve calmo, pero esta a punto de erupcionar.

Ella sin mas dilaciones saco mi pene, y comenzó a chuparlo, era una sensación indescriptible, creo que la segunda vez en mi vida, que la siento, es una mamada profunda pero sutil, orgásmica pero lenta, completa, pero a la vez suave y delicada. Es una sensación que solo podría compararse con un buen sexo anal o con la primera vez que lo haces con la mujer que te gusta mucho.

Ella apoyada contra la camilla, mojada como un mar, tenía todos sus jugos en la vagina, yo podía tocar su pequeño clítoris, pero esa sensación de vagina mojada, solo me dan ganas de chuparla, de saborearme esos juguitos, de que se venga en mi cara.

Ella me tomada, como para que la clavara ya, pero yo me resistía, sabía que entre más resistiera, más intenso seria la penetración. Se apoyo contra la camilla y paró la nalga, como en un gesto de ya esta lista, es toda tuya, -clávame- dijo contundentemente.

Yo tenia una mano en su vagina y con la otra trataba de ponerme un preservativo, que saque del bolsillo, cuando lo logre, penetre en ella, sintiendo su mundo, su fuerza, su calor. Le dimos y le dimos, nalgadas, haladas de cabello, pero sobre todo mordiscos en la espalda, que la ponían como una perra, a gemir.

No podía negar que también tenia ganas, que también llegaría con toda su energía, con todo su ser y que esa seria la primera de varias citas, a las que seguí asistiendo, hasta que mi energía, quede totalmente renovada

No aguanto mas me dijo, -vente conmigo- ha ha ha…luego de venimos juntos. , fue una terapia totalmente relajante y muy recomendada.