Al llegar al pueblo, busque la plaza central y me senté bajo un árbol. Creo que Agua de Dios podría vender calor al resto del mundo y le sobraría. En el parque me entretengo con la conversación de dos viejitos que, hablan sobre el rio, un lago y el alcalde. Pareciera que conversaran en un idioma diferente, tal vez por lo lento que lo hacen. Pese a que no falta mucho para la noche hace un calor tremendo como si un gigante me apuntara con una lupa. Voy a comer algo y pregunto por un hotel o alternativas para pasar la noche y me dan la dirección de un par de hoteles con la advertencia que es una época en donde es difícil conseguir algo libre.

El hombre del restaurante me ofrece una habitación en su casa, y la acepto sin pensarlo mucho. Me dice que, lo espere a que el restaurante cierre en aproximadamente una hora. Al salir, me lleva en su moto a un lugar a las afueras del pueblo que, estimo que caminando no serian más de 10 minutos de camino. Es una casa pequeña, pero me parece muy bonita y agradable. El hombre me dice que tiene 58 años de edad y que vive solo; me muestra una habitación que, menciona es de su hijo que se encuentra estudiando en alguna ciudad. Es una cama pequeña, un escritorio lleno de lápices y esferos y un televisor pequeño, las paredes están pintadas de un amarillo pálido y la ventana da a un patio trasero.

Me dice que tiene unas cervezas para tomar, yo le digo que me tomaré un par y le pregunto por el baño y una toalla. El señor de la casa me la facilita, entro al baño cuya puerta es de madera y no cierra bien. La ducha no tiene cortina o puerta, simplemente esta ahí sin ningún tipo de división y al lado hay una ventana pequeña que da al patio trasero. Al entrar, imagino que, el dueño de la casa tendrá la tentación de espiarme pero meda igual, no seria la primera vez. El agua esta fría, pero por el calor se siente tibia, lo que me hace estar completamente cómoda, mis pezones se ponen duros y por ningún momento considero que sea una ducha rápida, podría estar horas desconectada del mundo. Disfruto de la vista de la ventana y evito en todo momento mirar hacia la puerta, no puedo asegurar que me estuviera espiando pero tenia la sensación de que así era.

Momento después, en la sala tomamos un par de cervezas mientras él me hablaba de su vida y me preguntaba por la mía; el restaurante es una empresa familiar en donde él lo administra hace algunos años y le demanda no mucho tiempo. Dice que le gusta mi vestidito y que puedo quedarme el tiempo que quiera. En su tercera cerveza, me dice que se muere por hacerme el amor, yo me rio y le digo que ya ha tomado bastante, me levanto con la intención de ir a la habitación, pero él me sigue, me toma del brazo y me besa. Delicadamente, me lleva a su habitación, en la que hay una cama muy grande de madera, me quita el vestido y me acuesta.

Me asegura que, hará todo lo posible por que la pase bien. Su lengua se mueve sin detenerse en mi clítoris, la hunde en ocasiones en mi vagina y explora adentro de mi con sus dedos, primero lento, luego un poco más rápido y me enloquece de forma que no puedo soportar el placer. Me dice que él se encarga de todo, que debo estar cansada por el viaje. Chupa mis tetas y se hace encima de mí, me penetra suavemente, luego con mas fuerza de forma que la cama parece que se romperá en cualquier instante, ese sonido en conjunto con sus embestidas me lleva a tener un orgasmo y luego otro, y en el tercero él lo saca de eyacula en mi boca. Me besa, su lengua y la mía se juntan llenas de su semen.

Luego, lo hicimos un par de veces más. Le dije que el calor no me dejaría dormir, así que me fui a la otra habitación a descansar, leer un poco y dormir.