Desde nuestro perfil de twitter @JorgeAna40s nos llegó la solicitud de un chico de 22 años para podernos conocer. Pues nosotros no somos de los que damos el sí a la primera; lo que hacemos es conversar un buen rato para poder percibir desde lo posible las intenciones de los singles. Sabemos por lógica que todos quieren un encuentro sexual y ya, pero hay diversas maneras de llegar a ello y filtramos todas aquellas propuestas simples y faltas de creatividad. No somos amigos de frases como: "pues cervecita y buscamos motel". No nos gusta lo fácil, al contrario, nos encanta cuando nos proponen lugares y juegos previos antes de llegar a una penetración.

Pues entre tantas propuestas nos escribió un single con algo en particular y fue que él siempre ha tenido la fantasía de estar con una mujer mucho mayor que él y pues se obsesionó por Ana, que por edad le doblaba los años. Ella nunca se había metido con alguien tan joven, entonces la novedad era para ambos. El muy respetuoso de nuestros tiempos esperó por una semana a que le concediéramos un espacio para el encuentro. Él nos manifestó que su gran fantasía era poder acariciar la vagina de Ana, que disfrutaba mucho el papel de voyerista y que le permitiéramos vernos tener relaciones. Nos agradó su manera de conversar y el ser tan joven no le impidió mostrar sus buenos modales, algo fundamental para poder llegar a tener un encuentro con una pareja swinger. El joven muy ansioso nos mostró un detalle que había comprado pensando en Ana y era una bella lencería negra el cuál quería verle puesta el día del encuentro.

Se programó para el pasado sábado en un bar del centro de la ciudad, cuando llegamos él ya estaba en el lugar y para fortuna no había más mesas ocupadas, los únicos consumidores éramos los tres. Ana pidió un coctel llamado "camino al cielo" y nuestro invitado y yo unas cervezas artesanales. Poco a poco se fue dando la charla y Ana se estaba poniendo muy contenta, no sé si por el trago o porque estaba sentada sobre mi mano con mi dedo anular metido en su vagina; el caso es que mientras hablaba con el single yo le estaba masturbando y se lo hice saber al él. De la emoción se puso como a temblar de imaginarse la escena, pues también le dije que bajo la minifalda de Ana no tenía más prendas y que si quería comprobar mi versión tenía que mirar por debajo de la mesa. Así fue como él se agachó y Ana bien malvada abrió sus piernas y le hizo ver toda su intimidad.

Él muy agitado sacó una bolsa con el detalle y Ana sin pensarlo se fue al baño para colocarse la lencería. Cuando regresó ella se le sentó al lado de nuestro amigo y yo le invité para que le tocara su suave piel; él nervioso fue tocando su pierna y me pidió permiso para tocar más arriba y cuando vio mi respuesta positiva no dudó en introducir sus dedos en la vagina de Ana. Si ella está contenta yo permito que el single siga, y sí que lo estaba, conozco su rostro de placer y el chico sabía tocarla. Ana estaba tan satisfecha que me hizo señales para que fuésemos a otro lado y el lugar más cercano era la oficina de mi jefe que estaba a cuadra y media. Llegamos y tan pronto entramos Ana se quitó la chaqueta y la falda, yo me desnudé y enfrente del voyerista comencé a penetrarla encima de la mesa de juntas, nuestro invitado se le había cumplido la fantasía de vernos hacer el amor. Yo luego la levanté de la mesa y le recosté su cabeza en los brazos de él, Ana lo comenzó a besar mientras sentía mis penetraciones, Ana comenzó a llenarse de mucho placer pues no paraba de gemir; los dos hombres de pie, yo tomándola por las piernas penetrándola y nuestro amigo sujetándola por los brazos; Ana suspendida en el aire sintiendo como mi miembro la zarandeaba y nuestro single ayudando. Fue espectacular la experiencia con nuestro primer single joven, a Ana le encantó y ya está abierta a otra experiencia de esta índole.