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La boca de Tatiana me fascina, acostumbro a decirle que le quedó muy bien ese "maquillaje permanente" color rosa en sus labios, aunque en realidad es su color natural. ¡Qué toque de sensualidad le dan esos labios, qué nena tan deseable! ¡Los besos de mi mona me vuelven loco! Tiene su forma particular de besar con la humedad y roce de labios y lengua precisos que unido a su delicioso aliento dan ganas de prolongar cada beso de manera indefinida. Experimento gran placer besando a mi esposa en la boca mientras acaricio sus senos y su vulva con mis manos. Noto el grado de disfrute en ella pues mueve su lengua rozándola con la mía, ¡qué delicioso es! Y cuando mete mi pene a su boca es fantástico. Lo hace con pasión, se nota que le gusta. Lo chupa delicioso, me enloquece el roce de sus labios y lengua sobre todo el cuerpo de mi pene y como por momentos se dedica a lamer el glande... juega recogiendo las goticas lubricadoras con su lengua y luego las esparce por todo el pene. Esa boca me da muchísimo placer. Los pezones de mi nena son preciosos... bien marcados y rosados, pareciera que a toda hora "tiene frío" y cuando los estimulo con caricias, lamidas, besos o chupadas se ponen más "brotaditos" todavía. Cuando usa blusa o baby doll sin brasier se notan de una manera espectacular, por ahí hay unas fotos donde tiene camiseta blanca mojada... wowww ¡qué delicia de pezones! Además son muy sensibles... acariciarlos o besarlos debidamente le provocan una excitación que la lleva a pedir y dar más y más placer. Cuando está sentada sobre mí, cabalgando mi pene es todo un espectáculo observar sus hermosos senos moverse al ritmo de su excitación, por momentos los acerca para que pueda chupar sus ricos pezones, eso le encanta, eso nos da mucho placer. La vulva de mi esposa es bellísima, su tamaño y su color rosa hacen juego perfecto con su cuerpo y piel. Sus dos pares de labios son suaves y delicados, su clítoris se hace notar con un color rosa más intenso cuando está excitada. Ella acostumbra a rasurarse bien, lo que permite apreciarla mucho mejor. Ver esa vulva lubricada es una especie de sentencia para lamerla, besarla, chuparla, saborearla. Me fascina recorrerla toda con mis labios y con mi lengua, lo hago despacio, con ternura, disfrutando cada roce, disfrutando cada lamida. Me encanta "atraparla" toda con mis labios y que mi lengua se dedique a juguetear con su delicioso clítoris. Después de un goce así ella va a necesitar con cierta urgencia mamar mi pene y luego sentarse sobre él para que se hunda profundamente en su vagina. El ano de Tatiana es tan supremamente disfrutable que siempre me siento corto de palabras para expresarme al respecto. La adecuada preparación que mi esposa hace con enemas garantiza la higiene debida para disfrutar al máximo esa suave textura rosadita. Las hermosas nalgas de la mona esconden celosamente ese lindo ano por el cual he desarrollado adicción. Me excita mucho mirarlo, acariciarlo, lamerlo, besarlo, chuparlo, penetrarlo. Al hacerle sexo oral a mi mujer, es casi imposible dejar de lamer su ano. Ella disfruta mucho que deslice mis labios y lengua por su vulva y por su ano. Amo poner a Tatiana agachada "en cuatro" con sus nalgas bien hacia arriba para abrirlas con mis manos y luego lamer y chupar su rico ano. Me encanta como reacciona a mis lamidas, dilatándose poco a poco. Cuando ya he metido mi pene completamente y lo puedo mover firmemente hasta el fondo, ella interrumpe con una petición que me estremece de placer... "trae tu pene a mi boca, lo quiero chupar". Justo antes de volver a meter mi pene en su ano, me gusta abrir sus nalgas y ver su ano ya bien abierto... ahí se puede apreciar mejor ese rosado brillante por el lubricante y no hay manera de evitar lamerlo con más ganas esta vez. Meto mi lengua profundamente en su ano y la muevo circularmente sintiendo ese calorcito típico, en ese momento ella se desahoga gimiendo fuertemente. Y yo como desesperado vuelvo a meter mi pene para seguir disfrutando esa penetración anal que tanto nos gusta. Estando ella boca arriba, me hago sobre ella para alternar metiendo mi pene en su vagina y en su ano mientras la miro a los ojos y le digo una y otra vez cuánto la amo, cuánto la disfruto. Ella me silencia besando mi boca apasionadamente y luego yo respondo volviendo a chupar sus lindos pezones. A pesar del gran placer que estoy sintiendo en ese momento por penetrarla vaginal y analmente, siento la urgencia de volver a lamer su vulva y su ano, para lo cual le pido que nuevamente se haga "en cuatro" y otra vez tengo ese precioso paisaje delante de mi... sus bellas nalgas, su espalda, su piel pidiendo besos y caricias... ¡qué desespero! ¿dónde la besaré esta vez? Me decido por abrir sus nalgas y esta vez chupo fuertemente su ano, provocándole fuertes gemidos de placer. Luego alterno metiendo mi pene en su vagina, en su ano, en su boca... lo hago una y otra vez hasta que ella me pida "su lechita caliente". Me encanta chorrearla, me encanta como va cayendo mi semen sobre su piel, sobre sus pezones, sobre su boca. Aunque varias veces ella me pide que eyacule dentro de ella... que reparta mi semen entre su vagina y su ano, después ella lo chupa como procurando disfrutar hasta la última gota.--- Fin del relato ---
