Me imagino llegando a un bar.

Me siento a tomar algo y al momento llega la pareja con la que ya he chateado antes, de una la vez miro a ella de arriba a abajo, se ve sexy, con ropa muy pegada, un leggis y una camiseta que marca sus curvas. Ella se sienta a mi lado, el esposo en frente, nos saludamos y piden algo de tomar… empezamos a conversar y conocernos.

En la conversación yo empiezo a decirle como se ve de bien. Que la ropa le luce, le digo al esposo que es un afortunado por la mujer tan bella que tiene… como que tengo miedo pero me lanzo a echarle piropos un poquito provocativos.

Ella sonríe y no dice nada, el esposo también hace un par de comentarios sobre lo que más le gusta de verla vestida así, entonces ella entiende que su esposo está aprobando que provoque un poquito y se deje decir cosas. Entonces ella me dice: ah si? Te gusta que me queda apretada la ropa? Por qué? Que más te gusta? Yo le digo que se le ve buena figura y que ese leggis resalta su cola muy bien.

Ella dice: si la verdad es que es redonda… es más en un momento voy a ir al baño… no porque quiera, sino para que los dos aprovechen, me miren y se provoquen… La conversación sigue, y empieza a hacer calor, así que ella se quita la chaqueta y se ve ahora mejor su figura… y se levanta al baño, no sin antes decir… voy a caminar despacio… así que miren bien, porque no puedo andar modelándoles.

Al regresar camina despacio y los dos hombres solo miramos, con morbo, con deseo, admiramos su belleza, al sentarse, luego de haber respirado profundo en el baño solo dice: miraron bien? Por delante y por detrás? A lo que yo respondo… si pero fue muy poquito, ya les dije, era todo lo que podían mirar, si no la gente sospechará.

Yo digo… me di cuenta que se te marca la tanga con ese leggis.

Ella dice: se me marcaba, porque ya me la quite!

Quedamos sin palabras, ella dice, apuesto que les gustaría ver que tanga traía! Yo digo, claro que si, entonces ella disimuladamente la saca del bolsillo y la coloca en la silla en donde nadie la ve, pero yo me estiro un poco y la veo. Es azul, la que me gusta y me había mostrado en fotos.

Seguimos hablando y yo ya estoy duro de la conversación, de verla y saber que se quito la tanga… entonces sin pensarlo le digo… ahora yo necesito ir al baño… pero me puedes prestar tu tanga para ir?

Ella dice, esta loco, para que la necesita allá?

Yo, digo no se, para mirarla bien.

Ella dice, no porque usted no me la devuelve

Yo digo, prometo que si.

No, imposible.

Por favor!

Se va a tocar con ella?

No cómo crees, solo quiero verla y tal vez olerla?

Ahhh la va a oler, entonces no. No se la presto.

Miro al esposo y le digo: ayúdeme.

No puedo, ella decide.

¿Que me pides a cambio?

No estoy negociando.

Prometo no ensuciarla.

Luego de un corto tire y afloje ella dice, bueno té la presto pero no puedes masturbarte con ella, solo mirarla y olerla.

Prometo que solo eso haré.

Me voy al baño con la tanga en el bolsillo, la miro, la huelo, la disfruto… regreso y entregó el tesoro… mírala esta seca, no pasó nada.

¿A que olía?

A vagina, y olía delicioso…

La voy a sacar del bolsillo para devolverla y ahí siento que sin pedirlo una mano se coloca sobre mi bolsillo y dice, yo la saco.

Miramos con cuidado que nadie se esté fijando dejo que ella meta la mano en el bolsillo para sacarla pero ella aprovecha y toca un poco más allá, se nota que quería.

Pero usted esta súper arrecho, se siente duro

Perdón… yo que culpa y me pongo rojo, ella se ríe, la saca

La guarda pero no sin antes mandar la mano y cogerme la verga dura.

Uy se siente dura, ¿eso fue por mi tanga?

Si eso fue por ti.

Seguimos conversando, pensando que otras fantasías podríamos cumplir… salimos al momento. Yo con el olor de esa tanga en mi memoria, ella con la sensación de tocar una verga caliente y dura pero diferente a la de su esposo por debajo de la mesa.