Por una experiencia estoy dejando ese ambiente, no quiere que me volví una monja, porque ni yo me la creería. aunque no he dejado de salir en lugares como karaokes y a sudar un rato, ya no es como antes. ahora tengo otro estilo de vida, eso es lo que creo, desde los jueves salíamos con el combo de perras ala ciudad, las luces amarillas en la noche en Medellin, anunciaban que ya se venía una fiesta, llena de sexo y drogas, mientras ustedes dormían cinco perras estaban en cuatro recibiendo sexo por atrás.

Y no sólo nosotras hay decenas de hombres y mujeres buscando lo mismo. no todos duermen, ninguna ciudad duerme, eso es mentira, como Medellin y otras ciudades ven lo mismo todos los días, quizá la misma ciudad se avergüenza de nosotros. pisé fondo, desde hacer orgias con mujeres hasta estar con varios hombres a la vez, beber e inhalar cocaína a las doce del día, en un cuarto caliente de un motel, solo para sentirme especial y ser parte de la vieja calle. me gustaba estar conectada con la subcultura de la ciudad, esa a que la mayoría les es más fácil llegar.

Un domingo de junio de este año, había perdido la conciencia después de tener una fiesta larga, que había tomado desde la dos de la tarde, era una joda de un amigo gay, había bebido demasiado, pero el problema no fue ese, había inhalado suficiente cocaína para convulsionar. desperté en un hospital, toda fatigada y avergonzada, mi madre me miraba apoyada de la pared fijamente, para mi mala suerte no tenía otra cara qué mostrarl, más la que ya me conocía, nisiquiera había excusas, ni tampoco podría hechar el tiempo para atrás.

Deje al menos el polvo y alcohol, me siento más plena, ahora me dedico al ejercicio, voy al gimnasio todos los días. conocí nuevas amistades y aunque mis viejas amistades nunca las dejé, en ocasiones vamos a bares, donde se baila salsa o se canta, como karaokes, ó simplemente a hechar barullo en los parques. mi outfit nunca lo cambie, ni lo cambiaría, con esto del gym se puso más buena la cosa, y se tiene que presumir sí o sí.

ahorita estoy ahorrando un dinero para conocer México y es que dicen que los viajes te curan el alma.

No saben lo que significa, para mí, escribir esto. calma la ansiedad que me invade, aunque no pienso regresar a lo mismo, contarles mis aventuras es como vivirlo de nuevo. Soy Nicole, tengo 26 años y mis próximas historias que estaré escribiendo se remontan desde los 22s para ser exactos. espero que se encuentren bien y bendiciones Chao!.