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Madura Encoñada!

Este será el primero de una serie de relatos contando mis experiencias con maduras, he tenido el palito como se dice para encontrar mujeres mayores.

Conocí a esta mujer a la que llamaremos Silvia a través de una aplicación, comenzamos a escribirnos y desde el principio hubo mucha atracción, sus fotos mostraban a una mujer sexy de unos 45 años, con rasgos de costeña, piel morena clara, con senos operados, una nalgota rica muy parada y unos labios gruesos que incitaban a muchas cosas. No pasó más de una semana cuando nos pusimos una cita para conocernos, ninguno de los dos sabía que íbamos a hacer, tal vez tomar algo y hablar. La recogí esa tarde en el centro de Medellin, vestía un jean y una blusa pegada algo escotada, nos saludamos y pude sentir que estaba fría, me hizo saber que estaba muy nerviosa y que era primera vez que hacía algo así. Poco a poco nos fuimos relajando entre frases y risas, lo que no tenía idea era donde llevarla si proponerle de frente que quería estar con ella en un lugar solos o ir con calma simplemente tomarnos un café y hablar un rato. Al final después de dar tantas  vueltas y cogernos las manos varias veces pasamos por un motel y me dijo que entráramos, que ahí podíamos hablar más tranquilos. Yo no esperaba tal invitación pero si la deseaba mucho, desde que se montó al carro y verle ese escote y esos labios me puso muy caliente.

Entramos y efectivamente seguimos conversando en el sofá como por media horas más hasta que las cosas comenzaron a calentarse, mientras le hablaba al oído y tocaba sus piernas rápidamente pude comenzar a besarla y sentir como su respiración se aceleraba. Sin pensarlo sentí una mano en mi pene y la otra quitándome la correa, me tocaba delicioso mientras yo comenzaba de la misma forma con sus tetas, las dos las saque por encima del escote y se veían demasiado ricas, frotaba sus pezones con mi lengua al mismo tiempo que metía mi mano en el jean para sentir su vagina, depilada totalmente y mojada hasta no más. 1000697066uda en el sofá, le abrí las piernas totalmente y le empecé a chupar esa cuca, su clítoris algo pequeño lograba lamerlo mientras le abría los labios, la imagen era excitante, sus piernas abiertas, mi lengua chupándola y metiéndola en la vagina, le subí las piernas para ver al tiempo su vagina mojada y su culo grande y rico. Era delicioso darle lengua y escuchar sus gemidos, no aguantó mucho y me dijo que quería chupármelo, de inmediato se sentó y bajó mi bóxer y con cara de sorpresa me dijo que era muy grande y que nunca había estado con alguien con algo así, lo cogió con sus dos manos y empezó a chuparlo de forma lenta, esos labios eran realmente excitantes, la forma en que intentaba metérselo todo al mismo tiempo que yo le sobaba la chochita con mi mano, no deje que pasara mucho tiempo y la lleve a la cama, allí la acosté, acomodé su cabeza en una almohada y puse nuevamente mi verga en su boca, lo chupaba rico, no de forma espectacular pero se notaba que se entregaba, después de unos minutos entre gemido y un respiro me dijo : “quiero que me penetres, quiero sentir eso tan rico que tienes”, le metí nuevamente mis dedos en la vagina para para saber que tan lubricada estaba y si era necesario algún lubricante pero sobraba, su cuca estaba emparamada, me acomodé y comencé a metérselo, la cara de placer era impresionante, ver como se cortaba su respiración, la penetraba suave y lento, se la sentía calientísima, continué subiendo la velocidad mientras le chupaba esas tetas ricas y se las cogía duro, me miraba y me decía “dame más, dame más” y yo le daba lo que me pedía, le estaba dando durísimo y me excitaba mucho escucharle esos gemidos tímidos y algo silenciosos, se lo saque para acostarme  y que ella se montara encima, una vez lo hizo y lo metió abrió sus ojos y con una risa señaló su cuello diciendo que lo sentía ahí, empezó a moverse esta mujer de una manera impresionante, intentaba realizar círculos y de verdad que lo hacía muy bien, dejé que se moviera como quería y yo disfrutaba cogiéndole sus grandes nalgas, se las levanté un poco para acomodarme y coger el control de la penetración, cogí sus nalgas y empecé a darle, a metérselo duro, mi verga estaba que explotaba, escuchar el golpe de los cuerpos, ver como sudaba y moverle las nalgas que no alcanzaba a cubrir con mis manos me tenía realmente excitado, nuevamente se acomodó para tomar el control y volvió a moverse como quería, yo le tocaba el clítoris para excitarla más y así fue como pronto me dijo que iba a llegar, aceleró su movimiento y en pocos segundos sentí como apretó sus piernas y soltó un grito de placer profundo, me dijo “ay que rico”,  le dije que casi terminamos juntos, y me faltaba poco, me dijo dale y la puse en cuatro, antes de penetrarla nuevamente le sobaba mi verga en su clítoris y le daba palmadas en esa cuca, se lo metí y me dijo que suave, la acomodé y trate de no metérselo todo, le dí rico viendo su deliciosa nalga moverse hasta que sentí como iba a llegar, le advertí que iba a llegar y me decía : “dame, dame”, cogí su espalda y su culo fuerte y solté toda esa leche adentro. Salimos rápido del motel porque ella debía llegar rápido a su casa, le dejé nuevamente en el centro. Esa semana seguimos hablando, recordamos lo rico que fue y lo mejor que se iba a poner, pero me confesó que estaba casada hasta ese momento y no me gustan esos rollos, me alejé para no buscarme problemas, yo empecé una relación seria, Silvia se puso algo intensa, me enviaba fotos desnuda para antojarme y me ofrecía que solo me la comiera cada mes, que no me pedía más, que solo calmara sus ganas, que ella no pretendía nada más pero decidí evitar problemas.

manuelferrara

Soy hombre heterosexual

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Categoria: Sexo con maduras
Fecha de Publicación: 2016-05-27 12:43:59
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