Después de haber confesado los deseos carnales que despiertas en mi, pensé en pedirte que nos encontráramos pero sabiendo la intensidad de esta pasión sabia que si te tenia al alcance de mis dedos inquietos iba a deslizarme por tu piel en busca de tu placer, después de un rato de conversación en la que no tocamos mi confesión hacia ti, me dijiste que estabas sola en tu casa y querías compañía, lo pensé pocos segundos, después te pedí que me dijeras donde vivías y te acompañaba un rato si querías, sin pensarlo, sin dejar tiempo de espera me diste la dirección de tu casa, para mi agrado estabas a solo 15 minutos de viaje.

Estar en camino, a cada paso que me acercaba sentía unas ansias muy fuertes de tenerte entre mis manos, pero me frenaba el hecho, que me hubieras dado tan fácil el lugar donde vives, tal vez solo querías compañía o hablar la hipótesis en la que prefería pensar, es que tu sentías tantas ansias de tenerme como yo a ti. Llegue a tu casa pero preferí llamarte para estar seguro de la casa, abriste y estabas preciosa, divina, verte así solo me encendió mas el deseo, pero aun quedaba la duda del por que me dejaste tan sencillo llegar a ti, me tomaste de la mano invitándome a tu casa, seguimos caminando y tu no me soltabas.

-A donde me llevas Sonia? -te pregunté, pero como respuesta solo tuve una sonrisa atrevida que me confirmo lo que deseabas.

Legamos a una habitación, imagine que era la tuya me hiciste pasar, cerrando la puerta detrás de nosotros. Estaba increíblemente tranquilo pero mi deseo no decayó.

-Quiero que me hagas el amor -eso fue lo que escuche de ti mientras deslizabas tus uñas por mi espalda, como si supieras lo que mas me excita, di media vuelta lo que hiciste me calentó aun mas, estabas desabrochando tu pantalón lo único a lo que atine a hacer en ese instante fue dejan que mi mano se deslizara sobre tus bragas, para sentir que tan excitada y húmeda estabas, tu mirada me transmitía tu placer, me acerque para decirte al oído que deseaba verte retorcerte de placer con mis labios en tu vagina que deseo tomar todos tus orgasmos, recorrer mi lengua por tu piel y saciar tu sed, te rodee el cuerpo hasta quedar detrás de ti te abrase por la cintura, acaricie tu pelvis y te quite la blusa, tu pechos quedaron al descubierto y quedaste al alcance de mis manos para que te consienta, una de mis manos entró en tu pantalón agarraste mi mano con firmeza y me hiciste penetrarte con mis dedos con mi otra mano te estaba acariciando el cuello. Apartaste tu cabello para que pudiera besarte, morderte, lamerte, mientras te masturbaba sentía como te mojabas con lo que te estaba haciendo.

-Siéntate en tu cama te voy a consentir -bajaste tu pantalón quedando en tanga te sentaste en la cama, yo me arrodille frente a ti, te bese despacio con mis manos en tu cintura mis besos cambiaron de rumbo, me fui hasta tu garganta, llegue a tu pecho te acosté en la cama. Mientras te besaba los pechos te masturbaba, sentirte tan mojada solo incrementaba mi deseo de beber tu placer para calmar ese deseo me concentre en consentir solo tus pezones besando, chupando, lamiendo con mordiscos suaves que me encanta dar, tu tenias tus manos en mi cabello cuando querías una caricia mas fuerte solo me acercabas vigorosamente hacia tu pecho, luego de un rato de consentir tus pechos me arrodille frente a ti bese la parte interna de tus muslos lo intercalaba con mordiscos avanzando hasta lo que con tantas ansias deseaba así que antes de llegar a tu sexo te quite la tanga quedando completamente desnuda, quedo a la vista lo que tanto quiero me entro una sed que solo podía apagar penetrándote con mi lengua la vulva, te agarre por la cadera, tu me agarraste la cabeza haciendo mas presión sobre tu vagina lo que solo me incitaba a continuar con mas vigor para continuar con mis besos. -Que delicia, eres mas deliciosa de lo que imagine -lo dije en un tono cansado, apresurado mientras saboreaba el jugo de tu excitación que quedo en mis labios, tu respuesta me calentó mucho.

-No pares David, por favor -me agarraste la cabeza suave y me acercaste de nuevo a continuar lo que no quería dejar de hacer y obviamente tu no querías que me detuviera estaba un poco cansado así que solo baje el ritmo un poco, penetrando mis dedos con mi labios en tu clítoris te chupaba y jugueteaba un taro con ese delicioso postre mientras que agarrabas tus senos, estrujabas la colcha o me cogías a mi, me aparte un segundo para estimular tu clítoris con mi dedo pulgar, lo hice rápido, constante, firme, ver como disfrutabas y cubrías tu boca con ambas manos para no gritar intentaste apartar mi dedo, pero no podía permitir que me prohibieras verte temblar de ese modo así que solo te hice que me cogieras del pelo.

-¡Me vengo! No pares ¡POR FAVOR! -un grito que me estremeció, recibí un abrazo tuyo mientras quedabas sentada de golpe. Te abrasé correspondiendo tu acto, tu respiración agitada, cansada, tu voz cansada nos quedamos un rato abrazados.

-Gracias por tu compañía y este momento tan rico -me dijiste esto mientras continuaba nuestro abrazo.

-Gracias a ti por dejarme disfrutar de tu compañía y dejarme desahogar mi deseo hacia ti espero verte pronto de nuevo Sonia -te mire a los ojos con la certeza que este no sería nuestro ultimo encuentro.

Mientras me iba te acercaste a mi sonriendo, abrazándome dulcemente y a mi oído diciendo: No cambies.