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Un Fin De Semana Desahogando Nuestro Querer.

Ya habíamos quedado en encontrarnos en tu casa, me dijiste a que hora podía pasar, yo ignoraba que a la hora que me citaste íbamos a estar solos en tu casa.

llegué a tu casa te llame para que me abrieras la puerta, para mi sorpresa, abriste la puerta, estabas solo con sostén unos cacheteros y una cobija muy pequeña que dejaba ver de tu ombligo hasta abajo, prácticamente estabas desnuda.

-Hola amor, pasa tranquilo, estamos solos en la casa y mi familia llega hasta dentro de tres días -me agarro por el cuello acariciando mi cabello del modo que ella sabe, me excita.

-¿Entonces podemos pasar estos días juntos verdad? -me hizo entrar a la casa mientras cerraba la puerta, se adelanta hasta la sala modelando su cuerpo semidesnudo, la sigo y me acerco a ella apresuradamente, la agarro por la cadera, la abrazo contra mi cuerpo, beso su cuello, muerdo su cuello, deslizo mis dedos por su piel, acaricio su pelvis con mi mano derecha sobre su ropa interior, deslizo un dedo hasta su clítoris, juego un rato con el, hasta que un gemido suave escucho de ella, le quito el sostén, y hago que se siente sobre el sofá, separo las piernas de ella, me arrodillo, dejo mis dedos entre su cabello, mi mano izquierda agarra su cadera, nuestras lenguas se acarician, se abrasan, se dicen cuanto se extrañaron, cuanto se desean, cuanto se quieren, mis labios traviesos e inquietos emprenden un viaje por su piel con destino a sus pezones, corren por su mejilla sin afán, probando cada paso que dan sobre su piel, sintiendo a la mujer a la que le hago el amor, mis labios llegan a su cuello y mi dientes envidioso se asoman para para desgarrar un gemido, gemido que efectivamente sale de sus labios.

-Me encantan tus besos -dice ella, me quita la camiseta y desabrocha mi pantalón, yo continuo consintiendo a mi bella mujer, regreso a su cuello, besando, lamiendo, mordiendo, bajo por su escote, saltando sobre su piel con mis besos, llego a su pecho lleno de besos sus senos, mi lengua acaricia sus pezones, la beso, con mis dedos doy unas caricias a sus pezones, la excito sin afán, tenemos mucho tiempo de sobra para hacer el amor, eso me alienta a continuar con mis mimos sobre ella, continuo acariciando a la mujer que quiero, que me encanta, me fascina, me excita, no me detengo por nada, somos solo ella y yo en esta momento, nuestros cuerpos también necesitan expresar cuanto te desean, cuanto se quieren, me pongo de pie para desnudarme completamente, ella aprovecha para retirar la ultima prenda que la viste, quedo de pie frente a ella, una mirada de ternura y deseo mezclados noto en su mirada, se acerca a mi sexo para lamerlo, llenarlo de besos, no deja in rincón sin ser tocado por sus labios, lentamente me hace penetrarla en su boca, un jadeo suave sale de mi, ella acaricia con sus dedos mi espalda, recorriendo con sus uñas los puntos que sabe me calientan y encienden mi pasión, con su mirada fija en mi rostro, chupa con fuerza y juguetea con su lengua sobre mi erección, separa las piernas y se recuesta en el sofá, me arrodillo frente a deliciosa vagina empiezo a besarla desde los muslos, alternando mis besos con mordidas y lamidas hasta llegar a su sexo, al llegar allí mi lengua es la primera en acariciarla, lentamente, con un trazo largo desde la parte baja de vagina hasta su clítoris, luego mis labios la acompañan con un beso en su vulva, explorado los placeres que esconde en ella, pongo sus piernas sobre mis hombros, ella gime, la cojo por la cadera, para poder besar con mayor deleite su deliciosa humedad, su excitación, nuestro placer, ella pone sus dedos entre mi cabello, con sus uñas acariciando mi cabeza del modo que solo ella sabe, para aumentar la intensidad del momento, chupo su clítoris, la golpeo rápidamente con la punta de mi lengua, agarra con más fuerza mi cabeza, como queriendo que la devore hasta dejarla seca de orgasmos, comienza a gritar, me pide que la penetre, acerco su cadera al borde del sofá para penetrarla, entro en ella la acuesto para hacer que este lo mas relajada posible, quedando su clítoris al alcance de mi pulgar, para hacerla retorcer de placer y escuchar sus gemidos en un tono más elevado.

-Me encanta verte temblar por mis caricias -le digo mientras ella esta acostada, gimiendo, revolcando y retorciendo su cuerpo de la excitación que mis dedos causan sobre ella, la tomo de la cadera, la elevo para penetrarla al antojo de la fiera que esta en mi, para saciar la sed de esa bestia, para que devore a mi mujer, ella con sus manos es su pecho agarrando con fuerza sus senos, yo con mi erección en ella, profundo, firme, sin la intención de terminar ese instante, ella acerca sus manos a mi cuello, lo agarra, toma mi cabello, la abrazo, me siendo en el sofá sin salir de ella, me acomodo de modo de ella tome el control, profundidad, velocidad y la intensidad de nuestro encuentro, se relaja sobre mi haciendo que la penetre mas, se mueve fuerte, frotando su pelvis con la mía, con mis manos me ayudo para mantenerme dentro de ella y aun penetrarla más, ella con sus manos agarra mis piernas ayudándome con mi deseo y por lo que noto también es suyo, comienza a mover su cadera con mi erección en ella, gime, rasguña, jadea, me pide que no me salga de ella, ya siento como su orgasmo se acerca, me lo dicen sus movimientos, sus palabras, la fuerza de sus gemidos, todo su cuerpo, tomo con mayor fuerza su cadera, clavo mis dedos en ella, se cuanto la excita esto, su orgasmo llega largo acompañado de un grito, sus uñas en mi espalda, su espalda arqueada, mis dientes en su cuello, nuestros abrazo nos acerca aun más, su orgasmo termina con unos movimientos suaves de su cadera y unos jadeos tenues, mis manos acarician su cuerpo, mi excitación no decae, aun tengo ganas, ella lo sabe, se aparta un segundo para arrodillarse frente a mi, me acaricia con sus manos el pecho sus besos llenan mi torso desnudo de su lujuria, baja sin afán, mi sexo entra en su boca, puedo ver como se pierde entre sus labios completamente, juega con su lengua y sus manos cada vez que libera mi erección, sus besos caricias y besos son calmados, suaves, largos. Las caricias de sus manos vas tomando mayor fuerza, pero continúan con el rimo, la intensidad de sus besos toman más vigor, chupa con placer mi erección, aumentando el deseo e intensidad de sus carisias y besos. Con sus manos masturba mi erección rápido, fuerte, sin descanso, intensamente, con su lengua buega que la punta de mi sexo, gimo, jadeo, la agarro por el cabello, le digo lo mucho que me excita su deseo hacia mi, toma mayor vigor la fuerza de sus caricias con sus manos, hasta hacerme venir sobre sus senos, terminamos agotados hasta el alma, se sienta sobre mis piernas, nos abrazamos, besamos, descansamos nuestra faena, esperamos para mostrarnos los deseos de nos guardamos para lo que suma de los días que aun tenemos juntos.

davidalejo1992

Soy hombre heterosexual

visitas: 274
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2016-06-30 05:21:56
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