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Relatos de una virgen

Todo empezó en un día de verano, era un sol ardiente y en mis pensamientos vagaba solo la idea de que algo helado penetrara mis papilas gustativas. Cual sería mi sorpresa de no percatarme que me encontraba en un lugar plagado de mojigatas almas que se esconden bajo el telón de las sagradas escrituras, tener un pensamiento de esos en voz alta puede escandalizar a un simple mortal que prima la moral y la religión ante la realidad del comportamiento biológico, salvaje y primitivo que reposa en la especie humana.

De repente aparece el, con su altivez y un sexapil de macho alfa, se bajó de sus lentes oscuros y dejó escapar una leve sonrisa, pero sin dejar de mirar a la negra de ébano que parecía dejar reposar sus pies sobre otro hombre. En su mirada se lograba ver la curiosidad y picardía de saber qué relación había entre el negro pintor y la ébano de pelo rizado. Entre ratos, no podía contener sus ganas de mirar a la mujer azabache a quien le dedicó un par de sonrisas más, de esas que encantan y que llaman a despertar el placer y la lujuria; por un momento sentí y deseé que ese hombre viril recorriera hasta el último poro de mi cuerpo.

Llegó la tarde noche y con ella se marchó la imagen que por un momento logró llamar mi atención, creo que nunca había anhelado tanto que un día acabara para encontrar una excusa y volver, a verle. Es más, ambos desde la distancia y aún sin conocernos jalamos los minutos y las horas para que volvieran las miradas a encontrarse, y con ellas la esperanza de arriesgarse ha conversar de temas un poco alejado de las artes.

Pero así es la magia del universo y la bondad del destino, cada vez se sentía más la necesidad de encontrarse, sin embargo, ya no era suficiente solo el hecho de verse; en uno de esos tantos encuentros el no aguantó y en un armonioso saludo, posó medio beso en sus labios, ¡Dios! No le robó un beso, fue solo medio beso que pareció detonar cada tuétano de los locos cuerpos que posteriormente vagaban bajo la luna. Esa que con la envidia de verlos fundidos en un largo y profundo beso se escondió para no ser testigo de aquella historia que apenas empezaba.

Cual beso provocador que hizo mojar a la virgen de ébano que hasta entonces no había sentido unas ganas tan espeluznantes que la devoraran y la despojaran de sus vestiduras. Fue una noche de miedos y deseos infinitos de una vagina que aún no conocía verga alguna, pero que en ese instante un toque más la hubiese dejado indefensa.

Pasaron meses de mucho toque, toque… mucha lujuria pasajera y yo, mujer ébano, aún no perdía el control ante el deseado hombre de río. El que viajó de un puerto y arribó a otro para descontrolar mi alma aventurera y libre. Por fin llegó una noche de esas mágico- explosivas, donde dejé exponer cual bella desnudez delante de semejante macho. Él con su dulzura empezó a besar y lamer cada parte de la piel caramelo que lo seducía y que anhelaba hacer suya.

Empezó por los dedos de mis pies y muy lentamente subió hasta llegar al famoso monte de Venus, donde es el inicio del viaje para conocer las estrellas, su lengua suave y juguetona con gran ritmo alteraba el volumen de un clítoris que palpitaba de deseos y de placer, ansiando que una verga templada quebrantara por completo la delgada fibra que separa la adolescencia de una mujer, tan pronto con gran fuerza penetró esa puerta a la que muchos le temen. En ese momento sentí y experimenté en medio del dolor el mayor de los placeres. Por un par de horas sudamos entre subidas y bajadas, entre besos alborotados y devoradores, donde las sábanas no lograron sostenerse ante la jornada tan maratónica de dos cuerpos que estallaban de gozo… De repente el desea ponerme en cuatro y zas, me clava toda su verga mientras sostiene el cabello rizado entre su mano. Era la típica escena de un par de bonobos saciando sus deseos más biológicos e instintivos…

Y he aquí la mujer de ébano de la historia y de la realidad, que disfruta del morbo y de despertar el deseo en quien se deje cautivar por su magia.

Prometo continuar la historia

ebanoyleo

Somos pareja swinger

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Categoria: Poesía erótica
Fecha de Publicación: 2020-02-21 22:53:13
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