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Me comí un hermoso travesti jovencito

Esa noche llegué al burdel mas tarde que de costumbre, cuando ya solo se veían un par de mujeres maduras soñolientas. Una de ellas me saludó y me dijo que esperara a Carlos que ya venía. Como por no perder la costumbre me preguntó que si la invitaba a un vino, a lo que le dije que tal vez otro día... ella se encogió de hombros y se fue a seguir la charla con la otra. A poco llegó Carlos y al verme me dijo que ya estaba tarde pero que vería que me podía conseguir.

Al ratico volvió y me dijo que en diez minutos tendría algo que creía que me iba a gustar. Esperé tomándome una cerveza hasta que se asomó y me dijo que ya estaban esperándome en la pieza, pero que era una sorpresa.

Nunca antes me había comido un travesti, pero este era un moreno jovencito, con un cuerpo hermoso muy provocativo... fue evidente que ya Carlos le había dicho como me gustaba que me esperaran y me encontré al chico en cuatro ya semi desnudo... ¡qué delicia de nalgas! Tenía las piernas separadas dejando ver un hermoso par de güevas colgantes y un delicioso chimbo grueso con el glande morado...

Me le paré detrás y le acaricié las nalgas... el culito se veía apretado... bajé la mano y le cogí el chimbo... estaba caliente... le lamí las güevas... olía a recién bañado... le cogí el chimbo se lo masturbé un poco y le chupé un rato el glande... estaba rico... el chico solo suspiraba...

Me desabroché el pantalón y dejé salir la verga... ya la tenía dura... Él apenas la miró, me cogió una mano y me la apretó... se veía algo intranquilo... ¿ya me la vas a clavar papi? Yo le masagié el culito y le dije que primero quería lubricárselo bien con los dedos... eso papi, dale... finalmente acabé dándole primero un rato de lengua, cosa que a él le encantó y yo disfruté bastante... me encanta...

A pesar de haber usado liberalmente el lubricante y de haberle entrado el dedo con cuidado, fue bastante lo que se quejó en un principio... al cabo de un rato le pude meter dos dedos sin mucho aspaviento de su parte y calculé que ya era hora... me mamó la verga un poco, le puse un condón bien lubricado y se la fui embutiendo despacio con bastantes suspiros y gemidos de su parte. Cuando la tuvo toda adentro la dejé quieta unos minutos y luego empecé a mover la pelvis con suavidad. El culo estaba caliente y apretado... se sentía rico... los quejidos fueron disminuyendo y yo le di por largo rato, disfrutándolo mucho y echándome a ratos sobre su espalda para besarlo... tenía unos labios suaves y carnosos y me dio lengua con entusiasmo... sabía a menta...

El chico, que tendría unos 19 años y se hacía llamar Yenifer, me dijo que normalmente lo que hacía era mamar vergas y me confesó que esta era apenas la segunda vez que le daban por el culo. La primera fue cuando un policía prácticamente lo violó. Me dijo que conmigo aceptó por la insistencia de Carlos y que de verdad lo disfrutó mucho. Que le encantaría volverlo a hacer conmigo otro día y me anotó el teléfono. Yo también disfruté el rato y le di buena plata.

Ese fue mi primer encuentro con Yenifer, pero hubo otros de los que les estaré contando.

Prudencio

Soy hombre bisexual

visitas: 1959
Categoria: Gay
Fecha de Publicación: 2020-04-06 15:29:53
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