Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Lo puta de mi esposa se sale de control

Ya lo he contado en otros relatos pero para los nuevos les cuento que es bajita, de cabello castaño oscuro, ojos color miel, en resumen una cara muy bonita, tiene una cola muy sabrosa, unos senos pequeños pero tienen lo suyo y pezones grandes oscuritos, piernas lindas y en general muy apetecible.


Aclaro que lo que voy a narrar es una fantasía que tengo con ella y que no creo que se pueda realizar pero ahí va.


Mi esposa antes estuvo casada y de esa relación nació un hijo que vive con nosotros, por razones obvias ella debe mantener contacto con el ex-esposo que es un señor mucho mayor, nada del otro mundo.


Habitualmente hablan por teléfono sobre temas del hijo y en raras ocasiones se encuentran si es absolutamente necesario. El caso es que un día yo estaba de viaje y mi esposa estaba sola en casa, cuando estoy de viaje y sobretodo en un viaje que ocupe el fin de semana, a ella le gusta tomarse algunos tragos en casa, relajarse y pasarla bien sola. Como ya he contado en otras historias ella es una mujer muy caliente, ella no puede ver que le esten dándo el pago porque literalmente se come al hombre que tiene al frente.


La cuestión es que el ex-esposo la llamó el viernes en horas de la mañana, porque su hijo se había traído por error unos documentos en el maletín días atrás y los necesitaba urgente. A ella no le gustaba verlo más que para lo necesario pero aquello era un imprevisto así que le dijo que podía pasar que ella le entregaba lo que necesitaba, no podía contar con su hijo porque estaba en una finca con los amigos.


Las horas pasaron y después del trabajo ella llegó a casa donde se puso un camisón muy cortito y transparente, quería estar cómoda para ver una serie y tomarse unos tragos hasta quedarse dormida. La serie es de esas que tienen bastantes escenas eróticas y eso mezclado con los tragos hizo que se sintiera muy caliente. Empezó a llamar a algunos de sus amantes conocidos pero desafortunamente nadie estaba disponible y tenía pereza de pararse y salir a un bar.


Siguió tomando confiada de que podía emborracharse sin problema cuando sonó el timbre. Inmediatamente ella se acordó que el exesposo había quedado de ir por los documentos y se maldijo su mala suerte de tener que atenderlo.


Se puso una levantadora y trastabillando un poco por lo mareada que la tenían los tragos le abrió la puerta.


El exesposo tenía puestos unos joggers grises, tenis y una camiseta, nada especial.


  • ¿Oiga y usted porque esta tan deportivo hoy? - preguntó ella.
  • Voy camino a jugar un partido - replicó él - ¿Y Usted que hace?
  • Nada - respondió ella secamente y abrió bien la puerta para que pasara - siga y vamos a ver que hizo esos papeles ese muchacho.
  • Debe tenerlos en un morral que llevó el otro día - dijo el sin dejar de mirarla de arriba abajo.


Evidentemente ella no estaba en la mejor pinta, una levantadora y chanclas no era la escena más erótica, ella le dijo que lo acompañara a la habitación y cuando llegaron ella empezó a buscar y se quedó de pie en la puerta.


El morral no estaba a la mano, la habitación era un desastre así que en medio de la faena ella se agachó a recoger algunas cosas del piso refunfuñando por el desorden y le mostró todo el culo a su exesposo sin darse cuenta. Por supuesto el si notó la tanga de hilo diminuta que le permitió ver incluso una parte de su coño. La búsqueda continuó por algunos minutos y ella cada vez más molesta con su hijo no se dió cuenta que la bata se abrió en un par de ocasiones dejándole ver la batola trasnparente y un poco de pezón allí y tanga por allá.


Al fin encontró un sobre y se los pasó al hombre para que revisara si eran esos porque el famoso morral por ningún lado. Efectivamente eran los documentos pero mientras el los revisaba ella notó por encima del pantalón que su exesposo tenía una fuerte erección, ya había olvidado lo grande que lo tenía.


  • ¿Oiga y Usted porque está como tan contento? - le dijo en tono de burla mientras su mirada apuntaba hacia el paquete.
  • Ah no pues es que no me acordaba que Usted estaba tan buena, no deja de tener un culo delicioso - le dijo el sonriendo con picardía. La reacción institntiva de ella fue ajustarse la bata pero su entrepierna la engañó, aquella situación la había excitado, maxime acordarse después de tanto tiempo cuando en otras épocas disfrutaba de aquel miembro sin pausa.
  • Usted si es muy ordinario - le dijo ella sin mucha convicción y un poco acalorada y notando que se sonrojaba, el licor hacía efecto en su cabeza de una manera que no podía describir, no podía creer que le estaban dando ganas de comerse a su ex.
  • ¿Me presta el baño? - dijo el aún sonriendo.
  • Siga, está al fondo - y le señaló un pasillo con una puerta.


El ex se encaminó hacia el baño y ella regreso a la habitación porque necesitaba urgente tomarse un buen trago. Vació la copa que tenía repleta y aunque su cordura le indicaba lo contrario, se dejó abierta la bata para reencontrarse con él.


Al llegar al pasillo no escuchó nada, ni el baño sonando, ni la orina cayendo en el inodoro, así que se acercó más y lo vió a un costado, el se había subido la camiseta para tenerla con el mentón y se bajó los pantalones dejando ver la portentosa verga parada en sus manos mientras se masturbaba.


Ella lo miró a la cara sintiendo la embriaguez del morbo de aquella situación y no atinó más que a preguntarle que estaba haciendo. El se dió cuenta que su bata estaba abierta y que sus pezones erectos la delataban, la escena era inmejorable, su ex-esposa en su nuevo hogar semi desnuda viéndolo con la verga a punto de explotar.


El se acercó a ella caminando despacio con los pantalones abajo sin dejar de masturbarse y le dijo que la tocara, que él sabía que le gustaba.


Ella estaba paralizada, su cuerpo pedía a gritos aquella cosa enorme adentro suyo pero las fotografías de su actual esposo en las paredes la tenían en shock.


Él no se hizo esperar, se acercó completamente y cogiendo una mano de ella la puso en su verga y le dijo que la sintiera, que se acordara como pasaban de bueno y ella como automáticamente se la empezó a sobar diciendo en voz baja que eso no estaba bien.


después de unos segundos el la tomó en brazos y se la llevó a la cama de la habitación matrimonial de donde había salido, la acostó en la cama, le abrió las piernas y empezó a chuparle todo el coño, sentía como sus líquidos vaginales lo bañaban mientras ella gemía y se aferraba de las cobijas desordenadas sin poder controlar las ganas que tenía. El hombre tenía maestría para mover la lengua y ella lo estaba gozando al borde del éxtasis.


De pronto el se quitó la ropa por completo y calentandola con la punta del pene en la vagina le empezó a decir que se lo pidiera, que le pidiera que se la metiera.


Los tragos en la cabeza, las ganas en su entrepierna no hicieron más que acelerar su petición ahogada: metamela bien rico, metamela ya.


El no se hizo de rogar, se la empujó de un solo golpe, facilitado por la lubricación de la vagina de su exmujer y el morbo de cogérsela en la cama matrimonial hicieron de aquello una tarea fácil, la verga de aquel hombre entraba con potencia y ella no podía dejar de gemir cada vez más duro, aquel hombre que alguna vez había jurado no querer volver a ver la estaba penetrando delicioso, cada vaiven, cada chupetón en las tetas y cada palabra que el le decía "como esta de rica" "mire como esta más rica que la de su marido", entre otros comentarios, cada movimiento la acercaban más a lo que fue un orgasmo que la hizo convulsionar, su cuerpo entero estaba excitado y no pensaba en otra cosa que no fuera sentir esos espasmos de placer.


De repente sintió que él también se corría, entonces intentó quitarse para que no terminara adentro pero ya era demasiado tarde, él la tenía firmemente agarrada y ya estaba viniéndose a chorros, ella realmente no tuvo la fuerza para detener aquello máxime cuando aún sentía oleadas de placer.


Ambos cayeron exhaustos en la cama, ella le reclamo porque se había venido adentro y el le dijo que había sido inevitable y que al final a ella siempre le había gustado sentir el semen entrando en su ser.


Luego el se puso de pie se vistió y antes de irse le recordó que cuando quisiera podía hacerle la visita, que no era sino que le avisara, ella no contestó nada, pero el recuerdo de lo que había pasado perduraría mucho tiempo más en su mente y tiempo después en una segunda parte.


FIN


cornudomzles34

Soy hombre heterosexual

visitas: 1421
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2023-10-24 17:25:53
Más Relatos Por cornudomzles34
Compartir en:

1 Comentario

Excitante relato, imaginé visitando a tu esposa ufff.

2023-10-26 14:04:04