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Lunes santo de infidelidad

Lunes santo, festivo, amanecí arrecha, muy ganosa, con deseos de culiar, quería una pichada rápida, un solo polvo, pero que me lo echaran con ganas. Masturbarme no era una opción, quería una cogida real, sin preámbulos. Sólo un hombre cumplía con estos requisitos, era nada más y nada menos que el marido de una “nueva mejor amiga”.

 

A ella la conocí por asuntos laborales, congeniamos, hicimos amistad, no pensé en cogerme a su marido, pero sus comentarios sobre la forma de su pene, largo, delgado y muy cabezón, era una verga tipo champiñón, despertaron mi curiosidad. En una salida a Salento se presentó la oportunidad y me lo comí en un motel en las afueras de Armenia. Desde ese día cada que coincidíamos terminábamos pichando.

 

A las 8 y 15 de la mañana le escribí, "necesito que me llames ahora". Sabía que estaría sólo, su flamante esposa estaría en Buga con unas tías visitando el milagroso. A las 8 y 20 respondí su llamada, fui directa, le dije que estaba muy caliente y quería que él me quitara la arrechera con su poderosa verga.

 

Acepto, le advertí que no tenía mucho tiempo, que estaría en el motel de siempre, lista para ser penetrada, le enviaría un mensaje con el número de la habitación, que quería su verga sin ningún preámbulo.

 La arrechera se fue haciendo más intensa, me acariciaba los pezones, la vagina, recordaba las cogidas con este macho. A las nueve pasada, me dirigía hacia el motel, estaba muy húmeda, conducía y me tocaba, en los semáforos intensificaba mis caricias.   

 

10:00AM, estoy en un motel, desnuda, me sigo acariciando, por momentos me masturbo, quiero verga, la arrechera crece y crece, la ansiedad también. Escucho gemidos, después voces, la puerta del garaje se abre y se cierra, él acaba de llegar, deslizo mis dedos en mi vagina, me pongo en cuatro y espero que entre....

 

La puerta se abre, lo observó por uno de los espejos. Me mira, y se empieza a desnudar. Queda en ropa interior, camina hacia mí, se quita el calzoncillo, veo su verga, casi erecta, le echa saliva, se pajea, se pone detrás, la acerca.... roza mis labios vaginales, acomoda su cabezota, y me la clava, me la mete suave y con firmeza.... la cabezota de ese magnifico chimbo me recorre, gimo al sentir como me abre y me da placer. Me la hunde toda, siento sus caderas, me la deja adentro y me dice que soy una puta, contraigo los músculos de la vagina y le doy placer.

 

Me toma de las caderas, los espejos me permiten varios ángulos de observación, me la saca y me la hunde, me la deja adentro, pero se mueve suave y rítmicamente. “Con que sólo quieres verga”, sí sólo quiero verga, entonces me la saca y la hunde con fuerza y muy rápido, me la mete y me la saca una y otra vez mientras me dice, “entonces cómetela toda, trágatela, goza con mi verga, gime con mi verga”. No esperaba este movimiento y me puso a gritar de placer, mi gemidos se confunden con los de otra mujer que también recibe polla en una habitación contigua.

 

Es la segunda vez que cogemos sin condón, su pene entra y sale de mi vagina, me lo mete y me lo saca 10, 12 o más veces seguidas, me lo deja adentro un momento, el tiempo suficiente para acariciarlo, para apretarlo, soltarlo y entonces, repite las penetraciones rápidas y profundas, me verguea sin piedad, me corro, me la deja adentro mientras me nalguea.

 

Me dio vuelta, pensé que lo iba a cabalgar, pero me tomo de los pies y los puso contra mis pechos, era la primera vez que hacíamos un pollo asado. Su verga seguía erecta, dura, no tardo en encontrar uno de mis agujeros de placer, me la hundió, con ternura, pero sabía que después me iba a dar con fiereza. Así fue, unos pocos pollazos suaves y después chimbo ventiado, penetraciones fuertes y rápidas. No tarde el volver a gemir. Mis gemidos lo excitaban y me daba chimbo con más intensidad, por momentos era molesto y doloroso. No tarde en correrme por segunda vez.

Soltó mis piernas y sentí que descansaba, su verga perdió algo de dureza, cayo a mi lado, era mi oportunidad, sentí deseos de mamar. Besé su enorme glande, lo lamí, disfrute del olor y del sabor de jugos. Me lo metí a la boca y me lo tragué, casi todo. Era una proeza devorarlo en su totalidad. Se la puse dura y entonces lo cabalgué.

 

Mientras montaba su verga, el me acariciaba las tetas, lo mire y le pregunte sí estaba cargado de leche o lo tenían seca. Me respondió que estaba muy lechoso, con la llegada de los familiares de su esposa, cero sexo. Me arreche y acelere mis movimientos, le pedí mi leche, quería que se corriera dentro para sentir un nuevo orgasmo. Él me acaricio el ano, eso me arrechó más, aceleré mis movimientos, lo sentí gemir, estaba cerca, le exigí mi leche, no aguanto, su verga se hincho y comenzó a escupir leche caliente, sentí su semen y llegué a mi orgasmo.

 

Nos bañamos, él pidió su taxi, pague la cuenta y regrese a casa, llame a mi madre y la invite a almorzar.

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caromar1985

Soy mujer heterosexual

visitas: 1016
Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2024-03-31 05:21:40
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3 Comentarios

Excitante relato !!!

2024-04-11 09:11:26

Hummm, vaya recuerdos, genial las amiguitas así

2024-04-01 13:12:49

Wooww que rico relato....

2024-03-31 20:07:45