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Promueve la cultura swinger la discriminación e idearios machistas? PRIMERA PARTE
perfumes-mede
Soy hombre homosexual
Publicado hace 6 años, 7 meses
Desde hace algún tiempo hemos compartido con parejas, amigos hombres y mujeres, ciertas inquietudes y críticas hacia la cultura swinger sobre las que en general parece haber cierta unanimidad, pero que se soslaya o evita manifestarse por considerarse un rasgo sectario sordo y ciego a cambios sociales y revoluciones sexuales.
Habrá quien diga que hay libertad de elegir si se pertenece o no a esa comunidad bajo sus reglas y condiciones, pero la crítica sobre estereotipos sociales y conductas discriminatorias promovidas, no deben ser ajenas a ninguna cultura, grupo político o religión, por más carácter privado que este pueda atribuirse. Aunque bien es cierto que sobre sectas religiosas o políticas, tiene más oportunidad una cultura sexual de una profunda autocrítica.
Sin profundizar en el tema de la hostilidad de la cultura swinger hacia ciertas tendencias e interacciones sexuales, derivada de una supremacia machista donde se destaca únicamente como deseable lo que al hombre machista patriarcal le parezca deseable; emerge un estereotipo discriminatorio del que muchos se han sentido víctimas en mayor o menor medida. La revaluación de la figura coservadora y casi bíblica de las relaciones donde la mujer representa la obediencia y el hombre la figura de proveedor que impone sus ideas y deseos dentro de ese intercambio, casi meramente financiero.
Un estereotipo que profundiza una concepción no moderna de la sociedad y las relaciones sexuales o sentimentales, poniendo el valor de las mujeres en su cuerpo y no en sus deseos, y el valor del hombre en sus recursos y satisfacción hedonista. Así, los hombres solteros o "sólos" son discriminados y bloqueados por grandes barreras, mientras la mujer soltera es considerada una pesca perfecta para el harem del patriarca.
CONTINUA en una próxima entrega...
Habrá quien diga que hay libertad de elegir si se pertenece o no a esa comunidad bajo sus reglas y condiciones, pero la crítica sobre estereotipos sociales y conductas discriminatorias promovidas, no deben ser ajenas a ninguna cultura, grupo político o religión, por más carácter privado que este pueda atribuirse. Aunque bien es cierto que sobre sectas religiosas o políticas, tiene más oportunidad una cultura sexual de una profunda autocrítica.
Sin profundizar en el tema de la hostilidad de la cultura swinger hacia ciertas tendencias e interacciones sexuales, derivada de una supremacia machista donde se destaca únicamente como deseable lo que al hombre machista patriarcal le parezca deseable; emerge un estereotipo discriminatorio del que muchos se han sentido víctimas en mayor o menor medida. La revaluación de la figura coservadora y casi bíblica de las relaciones donde la mujer representa la obediencia y el hombre la figura de proveedor que impone sus ideas y deseos dentro de ese intercambio, casi meramente financiero.
Un estereotipo que profundiza una concepción no moderna de la sociedad y las relaciones sexuales o sentimentales, poniendo el valor de las mujeres en su cuerpo y no en sus deseos, y el valor del hombre en sus recursos y satisfacción hedonista. Así, los hombres solteros o "sólos" son discriminados y bloqueados por grandes barreras, mientras la mujer soltera es considerada una pesca perfecta para el harem del patriarca.
CONTINUA en una próxima entrega...