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No hace mucho tuve una pequeña aventura con una mujer...

Un día la invite a tomarnos unas cervezas, terminamos en un parque asumiendo una profunda charla, trago tras trago, criticábamos a esta sociedad y como había golpeado nuestras vidas, poco a poco, entendíamos con el paso de las horas, y la llegada del frió que definitivamente sentíamos cada vez mas hambre el uno por el otro aunque no hubiese sucedido el primer beso, hasta que sucedió, el sexo con la cabeza medio entonada por el alcohol fue realmente excitante y bastante apasionado la verdad.

Esa noche había terminado y para mi había sido una aventura mas, pero no dejaba de recordar tan profunda conversación, aquello me había dejado mas intrigado que el mismo sexo, había encontrado un extraño deseo por tal nivel de entendimiento. en fin tal intriga no me dejo tranquilo en esa semana, que había hecho ella que no me la podía sacar de la cabeza, y fue entonces que decidí resolver la duda en la dimensión donde los colores, las formas y las sensaciones toman vida.

Decidí invitarla  a que juntos nos embarcáramos un un psicodelico viaje con un LSD, ella emocionada por su curiosidad acepto, es mas, propuso que fuese en su casa.

llegue a su pequeño aparta-estudio nos tomamos unas cervezas mientras el papel absorbente que portaba la sabiduría del hongo se disolvía en nuestras lenguas, la música de Pink Floyd amenizo la entrada a través de ese portal a aquella realidad que nos rodea, de pronto nuestras palabras fueron tomando cada vez formas mas sincrónicas, el tema de conversación armonizaba totalmente con la canción que sonaba en el momento... fue solo cuestión de tiempo para que cada uno percibiera la frecuencia en la que palpitaba el corazón del otro, las verdades ocultas tras esta realidad enmascarada surgían en forma de consolidadas alucinaciones que hablaban claramente, y se sentían a través de toda nuestra piel.

En ese pequeño cuarto que para ese momento se había convertido en un espacio increíblemente amplio, nuestros sentidos estaban tan profundamente sensibles que con un solo gesto expresábamos al otro complejos pensamientos sin tener que decir una sola palabra... y fue justo en ese punto donde una mirada picarona había anunciado que llegaba la mas esperada etapa, fue al mismo tiempo, como si todo estuviese escrito que empezó a sonar música electro, y ella se me abalanzo, y ese beso fue tan profundo como nuestra primera conversación... Nuestras lenguas literalmente danzaron, las palabras cesaron y nuestros cuerpos hicieron el resto.

Toda mi energía se acumulo en mi pene, ella sentía el calor en el al tocarlo, e inmediatamente sus labios rojos y excitados me exigían aquello que era necesario, y esa sensación de contar un chiste y lograr hacerla reír, fue la perfecta analogía al meterle el pene y hacerla gemir, y cada vez que se lo metía y llevaba al limite su *%?#$@ explotaba el universo, y ese estallido se resumía en su grito, para volver a sacarlo, y comprobar la teoría del big bang de nuevo...

Desde entonces sigo buscando una experiencia equivalente, pero no lo he logrado, la mayoría de mujeres solo quieren tomar, estar prendas y meter perico, y ahí cuando su !$@%** les pica quieren lo de siempre... y eso nunca trasciende, la rutina hace que el moviente se congele, y aquello que no se mueve esta muerto...