Guía Cereza

Foro - Foro swinger

Vida swinger opuesta a la monogamia

gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 2 meses
Este foro lo creo, primer foro que creo, dicho sea de paso, en homenaje y respuesta a un blog creado por Yelahia, intitulado “La monogamia: cárcel del disfrute de la sexualidad en pareja”.

Como su título lo indica, invito aquí a una discusión sobre la validez de la “monogamia” y encontrar sus causas, reales y falsas, para analizarlas y poder valorarlas a su justo valor y peligro, cuando sea el caso. Como consecuencia inmediata, un juicio sobre lo que en la sociedad “normal” sería la antítesis de la monogamia, la vida swinger.

Comienzo abriendo la discusión sobre las sociedades animales en las que no existe una vida de pareja, para ver si existen que nos sean próximas (lo que induciría la sospecha que también haya sido nuestro caso cuando nuestros grupos genéticos no se habían separado, y por lo tanto centrarnos en el momento en que esa mutación social apareció en nosotros), y analizar la incidencia que esa vida libre tiene en su supervivencia.

Cuando vemos los primates, animales con una enorme cantidad de genes en común con nosotros, observamos que la idea de pareja es inexistente o, como en los seres humanos, la sexualidad de los “sometidos” existe solo para el placer del elemento alfa, que sea éste un macho o una hembra. Sin conocerme mucho en el tema, esta dominación del alfa sobre la sexualidad del resto de la tribu me recuerda a Freud en su “Tótem y tabú” creo, que nos lleva, si fuésemos un Desmond Morris, en “el mono desnudo”, a darnos cuenta que no somos distintos a esos animales que sin el alfa viven, fácilmente una sexualidad plural.

Me parece importante asentar, para la discusión, desde luego, desde ahora algunas premisas teleológicas, que son:

- La “superioridad” humana no nos lleva tan solo a la desaparición como especie, sino que también a la muerte del planeta como planeta habitable.
- Podemos cambiar lo que ha sido verdad en los últimos milenios (sobre todo si en los milenios anteriores se hacia lo contrario) si nos parece conveniente. En cierta forma quiero decir que el futuro nos pertenece, a condición de imaginarlo.
- La falsa superioridad del ser humano no es sino, como dijo Nietzche, la manifestación de nuestra desadaptación.

Paro aquí, por el momento con este desarrollo, en la espera de sus respuestas.

Respuestas

gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 2 meses
Parte II

Según tengo entendido, la vida en comunidad permite, permitió y permitirá, la supervivencia de muchas especies. La forma como esta comunidad se manifiesta puede ser de simple interés en el tamaño del grupo, como los équidos y los rumiantes, que son “temidos” por lo numerosos sin real idea de pertenencia grupal. La forma opuesta y extrema me parece la de algunos insectos, en donde los individuos no se unen con un mismo fin, sino que se crea un organismo superior al individuo, la “colmena”, en la que cada individuo es tan solo una célula de una realidad que lo engloba conscientemente, en la medida que se tengan datos de la conciencia de una abeja o de una hormiga...

No creo que muchas personas estén en desacuerdo con el postulado de que el instinto primero de todo ser vivo es la permanencia de su especie. Esta permanencia se garantiza, más que con la seguridad de sus miembros, en su capacidad de reproducción, y que se debe admitir que se considera como sexual todo lo que se refiere a la reproducción. Digo que la permanencia de la especie se garantiza mejor por la capacidad de reproducción que por la seguridad de sus miembros, porque una vez que la seguridad del miembro reproductor, en el caso de los mamíferos la hembra reproductora, le permite tener dos “hijos”, su seguridad es menos importante que su capacidad reproductora. En los animales en los que su seguridad personal está garantizada y sus capacidades reproductoras poco, la especie tiende a la extinción. Tomemos por ejemplo el elefante, que tiene como único depredador al ser humano, tiene más de 2 años de gestación, está desapareciendo, mientras que el ratón casero, con un tiempo de vida de 6 a 8 meses, pero adulto a los 2 meses y con 3 semanas de gestación, es una especie que no corre ningún riesgo de extinción.

Siguiendo con la idea podemos afirmar que la sexualidad se orienta tan solo a la reproducción de la especie. Pero como hemos visto, esta sexualidad no se limita al acto reproductor, sino a la cohesión social, así el dicho acto deje de ser simplemente reproductor para llenar su función social gracias a la fuente de placer que es. Puede parecer antinómico que siendo yo un swinger casi militante, me permita decir que la sexualidad se orienta solo en la reproducción de la especie, pero permítanme resaltar que dije de la “especie” no del individuo y que la reproducción no se limita a la reproducción del ser biológico único sino también en la reproducción de su sociedad. Si lo importante fuera la reproducción del individuo, nuestro organismo nos permitiría reproducirnos de manera autónoma, autógama se dice en muchas lenguas, aunque no encontré el término en el diccionario de la Real, independientemente de otro ser humano para hacerlo. El hecho mismo que tengamos que ser un “macho” y una “hembra” juntos para reproducirnos nos indica ya un vector socializante en nuestra sexualidad.

Para completar, el homínido en general, requiere grandes espacios para sobrevivir, su biocenosis (espacio necesario para el individuo de una especie para tener un siclo de vida completo) es menor que la de las ballenas (desde el Polo hasta cerca del Ecuador) se puede, en el caso del trópico, limitar, para el homo sapiens “latinus” (jejeje) a unas 4 hectáreas por familia básica de individuos (estudio hecho por los “amiguitos” de la “Pola” de mi relato, que se sale del objeto de esta charla), así esa biocenosis pueda ser “negociada” (cedida, tenerla por procuración, comprarla y venderla, arrendarla…).

En la medida en que estemos de acuerdo hasta este punto, la sociedad “homínida” (invito a evitar, en lo posible, todo racismo, incluso hacia otros animales) no puede asentar su poder contra los depredadores por su numero como los bisontes en estampida pueden eliminar el mejor cazador de los tigres dientes de sable que existieran. Podemos sobrevivir, (en una sociedad muy primitiva, aunque si lo observamos con atención, es igual en la sociedad desarrollada) porque cuidamos de los indefensos (crías, viejos, enfermos, hembras gestantes o lactantes) colocándolos en seguridad, mientras que los válidos (todos los demás) procuran los bienes exteriores, tales como la alimentación y algunas materias primas para la industria que pueda existir.

Si los válidos cuidamos de los inválidos, debe haber una razón para hacerlo, puesto que, toca admitirlo, el interés de la especie no es motivo suficiente en nuestro conciente inmediato. Si un individuo es válido, y si se deja solo a su interés inmediato la repartición de su caza, puede escoger a su gusto quien se aprovecha de su “trabajo” sin tener que repartirlo entre los otros miembros “inválidos” de su grupo. Me parece que vemos aquí la justificación de sentimientos como el “amor”, la “amistad” e incluso cualquier sentimiento “filial”, que nos impulsan a entregar parte del producto de nuestra caza a esas personas que “queremos”, amor que solo es reforzado por el sexo. Si la hembra (en el caso de un macho heterosexual) objeto de mis deseos tiene otro amante, o un hijo, o un padre, inválido, su cariño hacia mí será más manifiesto si soy generoso con ellos también. La posibilidad de tener varias hembras me podría arruinar, salvo si las comparto con otros válidos, lo que me daría acceso a estas hembras, basta esperar mi turno, y trabajar para la “comunidad”.

Además, si la hembra humana fuera solitaria, sería presa fácil de cualquier depredador en sus últimos meses de embarazo, como en los primeros días después del parto. La otra posibilidad, frenaría la vida sexual de la hembra humana, para poder dedicarse a gestar sin mayores inconvenientes y parir animales aptos a sobrevivir casi solos desde su nacimiento como entre los rumiantes, pero parece que este tipo de gestación simplemente reduce la capacidad cerebral de los elementos de la especie, como si el cerebro fuera lo que mas tiempo toma para formarse …

Propongo, como corolario de los parágrafos anteriores, que discutamos si la sociedad solo puede ser swinger si no hay una división del trabajo y una noción de propiedad privada en la que se incluya uno de los sexos como parte de la riqueza personal de los “válidos”. Si aceptamos que los celos y la “fidelidad” de la mujer es una manifestación de la organización económica en la que vive mucha gente, llegamos rápido a conclusiones sobre los swinger mucho más políticas que lo que puede querer el creador de ésta página, jajaja.
gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 2 meses
Existencia actual de grupos humanos a mayoría swinger

No dejemos de lado el factor “compañero sexual” de estos grupos primitivos. Si hay una disparidad entre los miembros de un sexo con el de sus complementarios, simplemente o tendremos violencias en el grupo o el grupo se debilita por la deserción de los miembros célibes. En una organización swinger, de todas formas la miseria sexual es imposible para los miembros del grupo, por lo menos si esta miseria fuera posible por el numero insuficiente de personas con correspondencia en sus gustos.

La forma swinger social nos aparece, pues, como la más adecuada para la supervivencia de la especie al principio de la formación de la primera “sociedad”, y como hemos sobrevivido, la intuición normal seria pensar que hemos aplicado esta forma de vida cuando, tal vez, aun no habíamos “bajado de los árboles”. Pero miremos si se puede aun encontrar sociedades que sean “swinger” (propongo de urgencia que encontremos un término que no sea gringo para este tipo de vida) aun, por haber escapado a la presión social o por haber tomado la decisión de “regresar” a su forma original de vida, si es el caso. Cito a continuación unos pocos ejemplos que espero no sean exhaustivos.

Una vez vi una emisión de toda una cultura china (en China, un “grupo minoritario” puede estar compuesto de varios millones de individuos) en la que la sexualidad no estaba regida por ninguna noción de “matrimonio”, de “cárcel” como diría Yelahia, y donde la mujer invita a su habitación al hombre que ella quiera, independientemente de quien haya invitado la víspera o de la persona que piense invitar al día siguiente. Perdone el lector si no recuerdo el nombre del grupo étnico del cual hablo ni del sitio en la inmensa China donde se encuentran. Según comprendí, son más de ****** mil personas que viven alrededor de las mujeres, solo estas tienen una habitación propia y los hombres viven en dormitorios colectivos, a los que pueden recurrir cuando no son invitados por ninguna damita.

Un grupo indígena en la Amazonia brasileña sigue viviendo aun de manera swinger, con hombres con varias mujeres y mujeres con varios esposos. Pero por la forma como el documental fue hecho, temo que la noción de “esposa” o de “marido” estaban muy influenciadas por la cultura del observador. Como para el ejemplo anterior no retengo ni el nombre ni la localización geográfica exacta de este grupo. Si algunos lectores consideran estas precisiones indispensables podríamos organizarnos para investigarlas, comenzando por buscar estas referencias en las cadenas de televisión en que pudieron pasar. De igual manera, si algunas personas han vivido en su entorno (padres, abuelos, barrio, ciudad) o sido testigos de sociedades swinger, su aporte es no solo bienvenido, sino que deseado incluso.

Si pasamos por alto estas imprecisiones nominativas o geográficas, propongo que aceptemos que grupos con cultura muy anciana siguen, o han adoptado la vida swinger. Si aparecen sociedades swinger en nuestra cultura con menos de ****** años, mi hipótesis siguiente sería aun más justificada, por lo menos como hipótesis:

La vida swinger no es un fenómeno moderno, existe desde hace milenarios y tal vez es anterior a la forma de vida “monógama”.

Antes de pasar a mi próxima edición, quiero que algo quede claro: Swinger no es en ningún caso la “obligación” de tener múltiples participantes para su vida sexual. Si dos personas no sienten ningún deseo de invitar un tercero, o más, a su intimidad, la vida swinger les asegura, precisamente el respeto de ese tipo de vida. Nadie habrá oído hablar de “acoso” para llevar una vida swinger, salvo, sin ser verdadero acoso, de un pago de arriendo en carne y sudor, que recuerdo haber leído en un relato aquí en guía. Dejemos de lado el acoso posible de uno de los miembros de una pareja para empujar al otro a aceptar una relación swinger, que me parece es ya no respetar el deseo de cada uno de los integrantes de este tipo de relación.
gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 2 meses
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Mi querida amiga, te voy a contestar a medida que leo tu respuesta. Primero que todo recordemos que no soy ni antropólogo ni zoólogo ni nada parecido, es, desde el fondo de mi ignorancia que nos invito a todos a cumular conocimiento para comprender porqué somos swinger. No quiero hacer una teología de nuestra forma de ser, pero si estoy seguro que hay una teleología (ciencia de las causas finales, ciencia que busca el “¿para qué?” de todo objeto que se estudie) en nuestra tendencia.

En biología todo, sin excepción, tiende a la conservación de la especie, incluida la especie humana. Me dices de manera acertada que la masturbación y otras “filias” que pueden no ser reproductoras parecen alejarnos de el principio teleológico de “conservación de la especie”. Sin embargo, como puse cuidado a decirlo antes, no se trata de la reproducción individual, sino de la especie en general. Como ejemplo te diré que actúa tanto la abeja obrera en su búsqueda de polen para la conservación de su colmena como la reina que pone huevos sin parar… Creo que esa confusión entre “conservación de la especie” y “reproducción personal” es la que conduce a muchos psicólogos a traducir todos los actos de la vida del ser humano en actos sexuales, tomándolos lo más cercanos a la reproducción personal y no de manera amplia como actos de “especie”.

Es absurdo criticar o tratar de juzgar un comportamiento sexual, incluso si no conduce a la reproducción del individuo, pero desde nuestra ignorancia no podemos percibir el “para qué” de la existencia del homosexual, por ejemplo. Si varias teorías tratan de explicar la “utilidad” de la masturbación y otras acciones de la sexualidad humana, creo que aun estamos lejos de encontrar una explicación seria y realmente científica. Un día sabremos un poco del “¿para qué”, de la causa final, de todos esos “amores”, sentimientos y actitudes sexuales, y luego, tal vez, podremos ver como se pueden formar en nuestro cerebro, para que, como tu dices, “sin siquiera saberlo” influencien nuestra expresión sexual.

Te pido un poco de paciencia y de condescendencia con este escrito, porque por el momento trato del “homínido” y que “no lo bajes del árbol” aun, por favor. Todas esas variantes que te aparecen como contradictorias con la “protección y reproducción de la especie”, tema de mi parte II, me parecen que sirven para crear un tejido social compacto y sólido y que no es porque no los comprendo (que no consigo a ver sus causas, si queremos ser muy lógicos) que sean menos útiles. Te propongo que tengamos un principio ontológico para percibir las actitudes sexuales no reproductoras del individuo y sería: “Si una acción de un individuo no interviene en la reproducción del individuo, entonces interviene en la reproducción de la especie” completado por este otro: “Si una acción de un individuo no interviene en la reproducción del individuo, ni en la reproducción de la especie, entonces interviene en la conservación de la especie”. Me explico, no creo que un ser biológico pueda hacer otra cosa que reproducirse a sí mismo, reproducir su especie o conservar ésta última. Antes de que tomes el sartén que esté más a tu mano para aplastarme como cucaracha, te diré que el arte, la música, la ciencia espacial, todos los frutos del cerebro humano, construyen el tejido, la red compleja de la especie y por lo tanto contribuyen a su reproducción o conservación, incluso la guerra, aunque no lo creas, pero que ya seria el objeto de una “da bello humanitatis” disputatio distinta de esta…

Todo esto para decirte que la imaginación humana ha cambiado el medio ambiente, hasta casi destruir nuestro planeta, y que no sé como integrara nuestra biología que esta destrucción conlleva también a la destrucción de la especie. Sin embargo, o el mecanismo que describí arriba funciona, si existe, o estamos perdidos como especie y como planeta habitado. ¿No será el interés por nuestro estilo de vida una manifestación de esos mecanismos biológicos de supervivencia que se ponen en marcha? Pero esto también será, si se considera necesario, objeto de otro foro, jejeje.

No estoy de acuerdo contigo cuando dices que la complejidad de la sexualidad humana impida comprender la vida swinger, puesto que, como he tratado de explicar en parágrafos anteriores, todas esas variantes crean el tejido social de la especie. Es posible también que la ausencia de vida swinger libre ha creado tantas insatisfacciones que la complejidad de la que hablas no sea sino las distintas maneras de remplazar la forma natural original. Puedo suponer que sobra decirlo, pero la libertad swinger no prohíbe una vida monógama, dado el caso. Lo que permite la libertad swinger es que toda manifestación sexual y sentimental, se exprese en total libertad.

Terminas tu “critica de mi parte II” preguntando si para ser swinger se debe tener pareja o no. Debemos aceptar que toda respuesta se expresa desde dos “tiempos” distintos. Si vemos como está la sociedad ahora, con toda sus estructuras civiles y penales hechas a partir de la “familia” y a partir de la pareja monógama, tenemos que admitir que la creación de grupos swinger debe hacerse, normalmente, entre parejas ya establecidas. Las posibilidades HMH o MHM, no solo las sexuales, hablo también de las sociales y de las sentimentales pueden existir pero implican un conocimiento más profundo entre las personas, lo que complica todo. La discreción necesaria en la sociedad monógama para tener relaciones entre parejas, hablo de las sexuales, aunque que las simplemente sentimentales tampoco sean admitidas, dificulta aun más estas posibilidades.

El segundo tiempo de la “evolución swinger” implicaría muchas cosas, puesto que cada mujer estará ligada sentimentalmente a varias personas y sexualmente, tal vez a más personas aun. Lo mismo sería para cada hombre, y esto llevaría a grupos de cohabitación múltiples en los que ya nadie sería soltero, sino que entrará a un grupo o saldrá de él. En este mundo “futuro”, se admitirá, desde luego, los pocos “raros” que no quieran vivir en grupos múltiples y se respetará tanto a las personas que vivan solas o “solo” a dos. Pregonar la abundancia de comida no significa perseguir a los anoréxicos, jejeje.

Ser la “tercera” persona en una relación es, en tu caso, tan solo un problema de jerarquía. Evitar esas contrariedades jerárquicas es lo que hace preferir las relaciones entre parejas, es decir de a 4 personas. Evitar exponerte a los apegos y los egoísmos, antes del tiempo de la “regularización” de la vida swinger, o de las parejas múltiples en la sociedad, significa luchar, sobre todo contra tus propios egoísmos. Puesto que, o aceptas ser la compañera en una pareja y que tu pareja entre en conjugación con otra pareja (u otra persona sola) o serás necesariamente la tercera persona, que si comprendo bien es lo que te molesta. Delante de la solidez de las parejas swinger, o creas tu pareja para participar con las parejas swinger o bien, utilizando tu encanto personal, pasas de tercera a segunda persona ex aequo con otra, conformando no una pareja sino un trío en que todas las relaciones sentimentales y sexuales se desarrollen por igual, jejeje.

En todos los grupos sociales existen miembros que son de ese grupo. Si nadie fuera “de” un grupo, el grupo no existiría, ¿no? La ventaja en la vida swinger es que siendo la mujer “de” una pareja, tendrás acceso a los otros cuerpos, caricias, ternuras y amores de las otras personas de tu grupo. Si haces parte de un trío, ese “de” seguirá presente. Me temo, mi adorada amiga, que no te guste sentirte “atada” pero que con tu dulzura, amistad y ternura, sabes que puedes “atar” a todo el mundo. Sólo que la libertad de la vida swinger tal vez te impida que esos lazos sean muy sólidos y que si bien tú no serás “de” nadie, nadie será suficientemente “de” ti.

Por todas esas parejas que desearían llenarte de cariño, desde tus pies hasta tu cabeza, que tu resistencia a no ser la primera, no les impida que un día te lo puedan manifestar con toda su potencia.

Gracias por tus respuestas y perdona que la respuesta a tu respuesta sea tan larga…
gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 2 meses
[glow=black,2,300]Parte IV[/glow]

[glow=red,2,300][glow=black,2,300]Origen de la pareja monógama, historia y función social[/glow][/glow]

A este nivel, propongo que no hablemos más de “swinger” sino de compañeros sexuales múltiples ([glow=black,2,300]CSM[/glow]). Según algunos autores, la monogamia nació mucho después de la poligamia y esta misma también nace después de la “familia múltiple”, la cual se constituyo entorno a un grupo humano de compañeros sexuales múltiples ([glow=black,2,300]CSM[/glow]), que por sus dimensiones reducidas conforma en toda naturalidad una “familia”.

Si la vida de CSM es poder tener sexo con distintas personas que nos gusten sin entrar en compromisos excesivos, la poligamia es  poder tener varias esposas, cuando la poligamia es permitida, solo los hombres pueden tener varias esposas. En el caso del sistema social en que la mujer que pueda tener varios esposos, se llama poliandria. Dicho sea de paso, no tengo referencias muy evidentes o conocidas de sociedades poliándricas. La libertad sexual es poco reconocida, como si los regimenes temieran esa libertad. Solo he sabido que hay sociedades que aceptan, toleran o impulsan la poligamia, con hombres que pueden tener varias esposas y una sola cultura, por no decir religión, la judía, en la que el placer de la mujer es una obligación, incluso si ella, para obtener esos orgasmos, debe tener varios maridos simultáneos (desde luego que no se trate de divorcio).

Para Federico Engels, en “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado” la poligamia y después la monogamia nacieron de la necesidad para el “macho” dominante, que todo embarazo en su familia tenga tan solo como origen el esperma del dicho macho dominante. Este “egoísmo” sexual, reproductivo, de un macho acaparando todas las hembras del grupo, solo puede causar rebeliones y desordenes, en el mejor de los casos, o profundas decepciones cuando no depresiones, en el peor de los casos. Una explicación como estas rebeliones se pueden presentar, me parece, es la obra de Freud, en “Tótem y tabú”, en la que describe que el tótem es la forma simbólica de remplazo del “padre” eliminado por los machos que no tenían acceso a las hembras del grupo.

La razón económica de esta paternidad efectiva es la herencia del patrimonio del padre. No se trata tan solo del “lujo” de tener varias hembras para sus apetitos sexuales, puesto que esa posibilidad, con un poco más de elegancia, ya existía en la sociedad de familia colectiva, o CSM. Se trata sobre todo de no dejar la herencia para alguien que no sea el fruto del semen del “padre” y señor. En cierta forma, este tipo de “monogamia” solo se presenta en las sociedades con esclavitud permitida, la mujer se convierte en una propiedad, y el acceso a su vientre no depende ya de la voluntad de ésta, sino de un titulo de propiedad llamado “contrato de matrimonio”.

La noción de “amor” y de romanticismo aparece al final de la edad media, en pleno renacimiento, como una forma falaz y económica de imponer esa dominación sobre la hembra humana. Con palabras dulces y nociones precisas encarámeladas en rimas poéticas, conseguían ahorrarse los gastos de un harem (sitio en donde los ricos musulmanes guardan aisladas del mundo a sus mujeres) o de un gineceo al conseguir que voluntariamente la mujer se reserve para ellos. Es muy diciente que se trate no del sexo de la mujer, sino de su vientre, de tan solo su capacidad reproductora que debe ser exclusividad del macho dominante. El ejemplo más evidente es que en los harem los eunucos son castrados de los testículos y nunca del pene, sabiendo que no se pierde la capacidad eréctil por la simple ablación de las gónadas.

Vemos pues que las nociones de “amor único”, de “honor de mujer” e incluso de “matrimonio a vida” nacen de una necesidad económica para transmitir la herencia de los bienes materiales a los hijos biológicos del dueño de la riqueza y que representa la primera dominación del hombre por el hombre, puesto que mujeres libres se ven reducidas a una esclavitud sexual incluso en las sociedades en las que la esclavitud no es una forma de producción admitida.

El caso más presente de esta esclavitud es nuestro “contrato de matrimonio” en el que el macho se otorga la exclusividad del vientre de una hembra por contrato, sin tener que seducirla y “conquistarla” a diario.
gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 1 mes
Parte V

El matrimonio como garantía de la monogamia

Si la monogamia fuera la forma natural, habría parejas que lo serian, incluso “a escondidas”, o por lo menos no habría parejas que sufran de ese estilo de vida. Parafraseando al Guille, que nos dejó hace unos meses, yo diría que si la monogamia fuera natural, no requeriría de un contrato como el matrimonio para establecerse. Peor aun, los múltiples prostíbulos no tendrían toda la clientela de hombres casados que los rentabiliza al máximo. Por otro lado la “infidelidad” de las mujeres que se escapan de esa cárcel dorada (a veces de simple oropel) para reanudar con el placer y sentir que su cuerpo no es solo un útero reproductor del apellido del esposo. El argumento total es, desde luego, que si la monogamia fuera natural, simplemente nos sería imposible no ser monógamos. Con una imposibilidad física. No tendríamos erección o la %@!*?# de la damita no podría recibir a otro pene que el de su “legitimo” u otra forma de mecanismo invalidante. Mínimo algo como la ausencia total de deseo hacia otro hombre cuando se es heterosexual o una repulsión profunda, como la de tener sexo con un animal cuando no se es zoofílico. Sin embargo, la naturaleza nos da la posibilidad de la pluralidad de los amantes e incluso los deseos mentales para ansiar satisfacer esa posibilidad.

Si miramos en la historia, nunca, desde las sacerdotisas de Lilit en la Babilonia antigua, pasando por la misma Mesalina, esposa del emperador Augusto, creo, hasta nuestras vecinas hoy en cada barrio, la mujer tampoco ha sido fiel, pocas lo han sido y me atrevería a afirmar que se ve en la cara de amargura que llevan las que pueden afirmar que solo su legitimo esposo a penetrado en su marchitos y resecos jardines del placer. Supongo que nadie quiera decir que es “fiel” la mujer que no puede probar a otros hombres por imposibilidad física (recluida en un gineceo policial) o por la imposibilidad social de control de todos los vecinos, como sucede a menudo en la mal llamada “democracia” americana.

Si se acepta que ni los hombres ni las mujeres aceptamos tener un único y exclusivo compañero sexual, salvo presión extrema de la sociedad, de la religión o de la ley, la noción misma del matrimonio nos puede parecer absurda. O tocaría, si queremos ser consecuentes con la realidad que nos rodea, que cambiáramos la idea que en la actualidad esa institución tiene. Si adjuntamos un poco de moral, la verdadera, la que es posible llevar a cabo sin negación de nuestros seres y sin caer en el ridículo, constatamos que el matrimonio, garante de la fidelidad monogámica, es una forma de prostitución. Esta prostitución se manifiesta al extremo en los Estados Unidos, con las negociaciones absurdas, en los casos muy conocidos de las estrellas de cine, por ejemplo, reglamentando el nombre de encuentros sexuales en la vida de la “pareja” antes del matrimonio y la repartición del patrimonio al momento del … divorcio. Si se desea no avalar la prostitución con una institución “sagrada” (me es imposible no reír ante la ironía de considerarlo sagrado) como se pretende al matrimonio, si se desea no aplastar destruyendo la plenitud de la vida de uno de los conyugues, aceptemos que esa institución, con su contrato, su promesa de fidelidad y su repartición de beneficios es absurda, inmoral (prostitución, puesto que uno de los conyugues tiene sexo con la otra persona a cambio de un sitio para dormir y de la comida diaria, dominación moral y física, esclavitud sexual y otras, trabajo no remunerado ni reconocido, etc.) debe desaparecer en su forma actual. A falta de familias múltiples, que cuando existen no requieren de ningún contrato, la simple inteligencia nos llevaría a eliminar tanto del código civil como del penal, la noción de matrimonio.

A estas alturas de mi análisis se debe aclarar que estando la sociedad establecida alrededor de esa noción de familia con su contrato de matrimonio, la vida swinger no requiere, tampoco, acordarle al matrimonio una importancia que no tiene. Podemos dejar que poco a poco caiga en desuso y desaparezca por una extinción debida al abandono que la población le dé. Poco a poco se tendrá que organizar la sociedad tomando conciencia del deber colectivo de la educación de los niños, de todos ellos, los propios como los que no lo sean y que el papel de la madre sea un hecho biológico, por haber dado a luz, y un hecho sentimental, por ser la persona con la que se tienen relaciones especiales, incluso cuando se es adoptado. Pero que no sea el vientre fecundo una razón de ganancias monetarias para ninguna mujer. Dejaremos de esta forma a los sentimientos filiales su lugar de sentimientos, que deberán formarse de manera individual, cada vez, de manera permanente.

Tarde o temprano aceptaremos que simplemente somos seres humanos, compuestos de machos y de hembras. Aceptaremos que toda mujer, para mejor traer al mundo niños en buena salud, debe tener su periodo de descanso al final de su embarazo (las fechas sólo los médicos las pueden establecer), como tener facilidades para la lactar al fruto de sus entrañas. Pero aceptaremos también que la noción de “mujer en el hogar” no debe ser una profesión para ninguna. La cocina, el aseo de la casa, el cuidado de la ropa, o son actividades por las que se paga o serán actividades individuales. Es verdad que siempre me ha parecido que la vida swinger es una revolución social total en la que las practicas sexuales son solo uno de sus aspectos. Ya veo que entre las parejas swinger que frecuento, si son más estables como pareja, la economía familial ha cambiado. Las tareas de la casa son tareas de los dos como el aportar dinero al hogar. Las mujeres conquistan, con su libertad sexual, su derecho al descanso, su derecho al trabajo remunerado, derechos todos que acarrean, desde luego, sus propios deberes, como el estrés inherente al mundo del trabajo, la competencia o las carreras en el transporte publico, por ejemplo. Es a partir de esta vida, entre otras fuentes mucho más violentas, que poco a poco se destilará en nuestras conciencias estos nuevos valores que tendrán la ventaja de entrar en vigor con la dulzura y el placer del sexo que los vehiculará.

Paro aquí esta discusión sobre lo absurdo del matrimonio monogámico para no invadir un tema que trataré más adelante y que se llamará, como título de la parte: “Una definición de la familia”.
gerardo91000
Somos pareja swinger
Publicado hace 13 años, 7 dias
Linda Yelahia, tus desacuerdos permiten aclarar o ampliar puntos que no habían sido suficientemente tratados. Para responderte me permitiré hacerlo por partes y espero que perdones esas “cotomias”, que por lo numerosas no podemos llamar “di”, jeje.

La poliandria: Para muchos etnólogos, el grupo humano primitivo se formó alrededor de una hembra (visto nuestra inteligencia en esa época, la palabra “mujer” seria casi abusiva), hembra que recibía generosa la sexualidad de todo un grupo de hombres. No es por nada que la pareja de sexólogos gringos (¿Master y Jonson era como se llamaban?) decían que la mujer puede tener un número enorme de orgasmo por día, ¡mas de ****** ! Recuerdo biológico de épocas primitivas, supongo. El problema que le veo a la poliandria es que, como todo grupo en el que una persona de un sexo tiene acceso exclusivo a la sexualidad de varios miembros del sexo complementario, pueden manifestarse conflictos por el poder y alguno puede apoderarse sin compartir el acceso a dicha sexualidad. Un grupo con varias mujeres y muchos más hombres sería más viable, por ejemplo, si tres mujeres son las únicas hembras de un grupo compuesto con ****** hombres más, pues si ningún hombre tiene a una única y sola mujer para tener sexo con ella, siempre podrá estar con “otra”, o con una de las “otras” para no sentirse desposeído cuando su “preferida” esté con otro hombre… Regresamos al secreto de la vida swinger que es la “pluralidad”. La inexistencia de la exclusividad puede ser difícil de aceptar, incluso para las mujeres que se sienten a gusto con un grupito de hombres solo para “ella”, pero que soportan mal la existencia de “otra”. No se trata de cambiar algo injusto por otra injusticia, me parece.

El contrato de matrimonio: Desde la época antigua (Grecia y Roma instauraron toda su sociedad alrededor de la “familia”, en diferencia con los semitas en los que la “tribu” es, aun se puede decir, la base de la sociedad) el matrimonio, con sus hijos garantizados de un mismo padre, conforman la base de la sociedad. Para que esta organización funcione un contrato existe, que él sea escrito o no, para que cada miembro de la “ciudad” conozca su puesto y las relaciones que deben reinar con los otros miembros de la misma “ciudad”. Sin la existencia de dicho contrato la vida seria imposible mientras una persona tenga la pertenencia sexual de otra. La libertad, especialmente la sexual, implica, como condición necesaria, la inexistencia de esas pertenencias, y sin pertenencias, es decir sin obligaciones civiles, la pregunta que aparece es ¿Para qué un contrato?

Muy oportunamente mencionas la parte patrimonial de ese contrato, que es la parte que me permite llamarlo “contrato de prostitución”. Confieso que no veo razón para que la mujer no trabaje, luche y muera al igual que el hombre (cito a Esther Vilar) por lo tanto, si todos tenemos la posibilidad de crear nuestro patrimonio, suponiendo que podamos legarlo a voluntad, los derechos de herencia ya no son validos, o dicho contrato se llamaría simplemente “testamento”.

Sobre los derechos de pensión, no comprendo francamente. Me explico: los hijos de toda mujer, de cualquier mujer, reproducen el grupo social, por lo tanto su educación son responsabilidad de todo el grupo humano, por lo tanto, si la mujer (cuando se habla de derecho de pensión generalmente se hace referencias a la pensión que la mujer puede recibir) puede y debe trabajar, ¿porqué recibiría una pensión que pague sus anteriores prestaciones sexuales? ¿No crees que caemos de nuevo en una forma de prostitución?

Todas estas dependencias económicas se han creado como la remuneración de una prestación sexual, en el mejor de los casos, como el pago de una exclusividad sexual en el peor. Si se acepta que la independencia económica sigue de manera inmediata a la independencia y libertad sexual (imagino mal la libertad sexual sin independencia económica), la vida sexual se ve despojada de toda obligación patrimonial, y sin obligaciones patrimoniales, ni sexuales, temo que el “contrato” del que hablamos, es sin objeto, sin sustancia… Tu “orden” sin nada para ordenar desaparece, creo…

La vida swinger presenta varias cualidades casi opuestas, por un lado es una revolución al interior de cada uno de nosotros y por el otro también infiere una revolución social. Si actualmente esta vida, la swinger, se organiza entre parejas, al progresar, se manifestará entre grupos más grandes, lo que permitirá, en cierta forma, la existencia de grupos poliándricos. Llegamos a la segunda cualidad opuesta: Si la noción de “familia” se considera como un grupo humano compuesto de una pareja que tiene actividad sexual exclusiva y sus allegados, sean hijos o padres respectivos, a veces uno que otro hermano de alguno de los “sexualmente activos y exclusivos”, en la vida swinger una pareja será pareja solo porque lo desean en ese momento, sin olvidar que la vida sexual no será, tampoco, obligadamente entre ellos dos solos. Para completar, si los niños son la reproducción de todo el grupo, las obligaciones de estos corresponderá a todo el grupo humano…, entre swingers, de varias generaciones como tales, la “familia” no tendrá mucho en común con la actual noción.

Insisto, para terminar, que la división entre todos los miembros del grupo humano, del sustento y educación de esos hijos que no serán obligadamente del mismo padre y de la misma madre, implicará, poco a poco, la modificación, también por esta causa, de la noción de familia. Lo mismo se puede decir de los ancianos, que serán, desde luego, también, la obligación de todo el grupo humano, sin que la responsabilidad recaiga solo sobre los hijos biológicos de cada viejo…
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