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El pilar máximo de la satisfacción sexual

dr-house-
Soy hombre heterosexual
Publicado hace 14 años, 4 meses
El orgasmo, considerado como pilar máximo de la satisfacción sexual es, aunque parezca difícil de creer en pleno siglo XXI, algo completamente extraño, algo que nunca se ha experimentado, o algo difícil de alcanzar para una gran proporción de mujeres. Son varios los factores que influyen para que una mujer no logre llegar al orgasmo, entre los cuales se pueden citar trastornos orgánicos (menos frecuentes), problemas emocionales, bajo nivel de autoestima, estrés emocional, y en una buena proporción, un mal compañero sexual.
Con la publicación del Informe Hite sobre la sexualidad femenina, el cual se basó en una amplia investigación a través de cuestionarios a una muestra significativa de mujeres, se pudo establecer que las mujeres pueden alcanzar el orgasmo con facilidad, esto si son estimuladas en la forma adecuada, de acuerdo con sus necesidades.
Es interesante la forma en que el informe documenta sus hallazgos, pues lo hace a través de las propias palabras de muchas mujeres, las mismas que participaron en la investigación, las cuales describen cómo alcanzan el orgasmo por sí solas a través de la masturbación; pero el informe no se queda ahí, realiza una clasificación de las diferentes formas de masturbación femenina y sus variantes, adentrándose al mismo tiempo en la forma de pensar y de sentir de estas mujeres, sus sentimientos y emociones relacionados con el sexo, el placer, el orgasmo, la cultura y la religión, como elementos moduladores de su satisfacción.
Se plantea entonces un elemento interesante para discutir el cual se basa en ese elemento cultural tácito en muchas de las relaciones de pareja, en donde se piensa, erróneamente, que la mujer DEBE llegar al orgasmo por medio del coito, es decir alcanzar el “orgasmo vaginal”, con lo cual se prioriza al coito como elemento central de la relación sexual, fenómeno de genitalidad que es bien evidenciado en las películas pornográficas, donde todo termina con la penetración y posterior eyaculación masculina, dándose por sentado el orgasmo femenino, generando esto unas ideas erróneas sobre la sexualidad, colocando presiones sobre hombres y mujeres (los hombres debían durar lo suficiente, o eternidades según la película que se vea, y las mujeres debían tener el orgasmo de esta forma), restándole elementos valiosos y placenteros al sexo.
Hace unos años se pensaba que el "orgasmo clitoridiano" era  "inmaduro" y "menor", cuando se comparaba contra el “vaginal”. Aunque el Informe Hite la desmintiera, esta idea ha vuelto a renacer, quizá no en forma explícita, pero si una muy sutil, donde a partir de la divulgación del llamado punto G, renació el viejo concepto de orgasmo vaginal: “cada mujer debía tener un orgasmo por la penetración, si era una mujer hecha y derecha”, se decía antiguamente.
Se puede llegar a usar la búsqueda de dicho punto G como fin y no como medio para el goce y disfrute de la relación en pareja, o centrarse en la penetración y la genitalidad como único elemento válido en el sexo.
Es pues un hecho que la !?*@*$ es un órgano sensible y placentero para la mujer, en las circunstancias correctas, sobre si todo si se considera que por ejemplo la %?**!# solo tiene terminaciones nerviosas en su tercio externo, con lo cual el viejo aforismo de que “entre más largo mejor” queda en entre dicho. El Informe Hite no niega esto, pero demuestra que para la mayoría de mujeres este placer, el de la estimulación vaginal, no conduce al orgasmo. Muchas mujeres disfrutan del coito como una especie de preámbulo, o elemento valioso en la relación sexual, pero a continuación necesitan un masaje clitoridiano específico, aplicado sistemática y suavemente, para el orgasmo, de acuerdo con sus necesidades.
El gran aporte que hace el Informe Hite se basa en que describe la gran riqueza que hay en la sexualidad femenina y en cómo, haciendo referencia al viejo adagio de que todos los caminos conducen a Roma, diversas formas de estimulación, válidas tanto en la masturbación como en la relación sexual, conducen al orgasmo femenino.
Y es que con esto se revela que la sexualidad de la mujer es más rica y basta de lo que muchos hombres quieren o se atreven a admitir, o de lo que muchas mujeres se imaginan. Por ejemplo no es infrecuente que una mujer llegue al orgasmo a través de un beso, o de la estimulación de los senos, o que logren una gran capacidad multiorgásmica, todo lo que se necesita es confianza en la pareja, deseo de complacer al otro, y de disfrutar del sexo sanamente y sin egoísmo, con lo cual se reelaboraría una definición del sexo en la cual estaría incluida que la estimulación al orgasmo forma parte normal de la práctica sexual, haciendo, de paso, del sexo algo más igualitario, no tan centrado en el coito como único punto primordial o clímax sexual.

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